Rosé no se separaba ni un poco de Jisoo, besaba su marca con frecuencia en un intento desesperado en traerle un poco de tranquilidad, y funcionaba, durante pequeños lapsos de tiempo realmente funcionaba. Pero todo lo demás se trataba de un dolor paralizante.
Para ser honestos, Jisoo no había pensado en éste día. Su mente se había encargado de omitir éste momento. Y sólo enfocarse cuando tuviese a su bebé en brazos. Qué ingenua.
Veía a todos en la habitación de invitados moverse con avidez, trayendo agua tibia, y toallas limpias.
Todos sabían qué es lo que debían hacer, y eso era gracias a Rosé, quien sujetaba su mano sin intención de soltarla, era lo único en lo que podía enfocarse claramente. La partera se acercó a ellas, pero Jisoo tenía otra cosa en mente.
–No... a Irene.
Una contracción más le hizo retorcerse en la cama, y perforar con sus uñas la mano de Rosé.
–Tranquila, Luna. Irene no tarda en llegar. Ella ya no tarda–prometió, besando su frente.
Su voz sonaba firme y segura, pero la conocía a la perfección y sabía que estaba a punto de entrar en pánico. Y en su mente ya maldijo a esa mujer por ser tan lenta.
Ese era su consuelo. "Irene no tardaba en llegar". Esa bruja demente siempre llegando al final.
Cada segundo era un martirio. Sentía miedo, tanto miedo que podía saborearlo en su boca.
Oleadas de calor trepaban por su cuerpo hasta la punta de sus dedos, e incluso tragar saliva era una acción cada vez más complicada.
Rosé parecía igual de afligida que ella, pero intentaba no aparentarlo. Sabía que debía transmitirle seguridad a Jisoo.
–Todo va a salir bien, mi amor. Y pronto tendremos a nuestro cachorrito en brazos...
–Bien, ya llegó por quién lloraban–fue lo primero que cantoneó Irene al entrar a la habitación. La Omegas apresurándose a lavar las manos de la bruja–. Disculpen la tardanza, me encontré con unas flores muy bonitas de camino.
Sabía que bromeaba para aligerar lo tenso en el ambiente, y funcionaba. Aunque no para Rosé, quien le gruñó con desaprobación.
Pero Irene no dijo nada al respecto, tan sólo se posicionó entre las piernas de Jisoo para revisarla.
Su visión se nubló, una contracción más, y Jisoo ya no podía pensar más que en el dolor.
Todo era dolor. Dejó caer su cabeza hacía atrás, exhausta, el calor era sofocante, pero entre toda la conmoción de su cuerpo y la voz de Irene pidiéndole que pujase con más fuerza, estaba el olor de Rosé. El olor a Alpha. Era la brisa fresca que necesitaba, la tranquilidad que la embriagaba, sólo le quedaba resistir. Las corrientes eléctricas atravesaban su espalda como ráfagas que impulsaban a su cuerpo hasta el límite. No sabía cuánto más podría durar.
Unos minutos más, y Rosé no dejaba de besarle las mejillas, la veía mover sus labios con una enorme sonrisa que no cabía en su rostro. E inevitablemente también sonrió.
No podía escuchar nada, pero lentamente, la visión borrosa fue aclarándose, y sus oídos destapándose. La podía escuchar, su llanto, y sus sentidos se pusieron rápidamente en alerta. Su mirada la buscaba con rapidez en la habitación, pero la cantidad de Omegas a su alrededor controlando su hemorragia no le permitían ver.
–La están limpiando–tranquilizó Rosé, dejando un beso más casto en su sien–. E Irene la está revisando.
Quería preguntar muchas cosas. Pero sus garganta se lo negaba. Las emociones se agolpaban contra su pecho, y las de Rosé se las transmitía a través de la marca poniéndola más sensible que nunca.
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⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧
Science Fiction-Mate-la escuchó murmurar, casi en un ronroneo. Por su tono de voz, apostaba a que tenía una gran sonrisa en el rostro-. Mía. 𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨: 𝟐𝟖 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥: 𝟗 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨. ×Esta historia no me pertenece, todos los der...