Capítulo 28 - Árboles.

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—... Ocho... Nueve... ¡Diez!—canturreó la voz aniñada.

Jisoo sonrió con dulzura al ver desde lo alto, como la pequeña Alice emprendía en su búsqueda: empleando su avanzado olfato como una gran ventaja en su juego de las escondidas.

De algo debía servir tanto entrenamiento de Cazadora, trepar el tronco de un árbol para esconderse de una niña. La rama era lo suficientemente resistente para su peso, las pocas hojas en ésta y la abundante neblina le ayudaba en su escondite. Replegó sus piernas y se encargó de rodearlas con sus brazos, su respiración aún estaba algo agitada por la actividad física reciente, y por la distancia del suelo, hacía algo de frío.

—¡No es justo!—lloriqueó Alice, una vez se dio por vencida con la búsqueda—. Tu puedes trepar árboles, yo no. ¡Me rindo!

Al escuchar eso, la cazadora no pudo evitar contener una sonrisa de satisfacción. Se puso de pie, y se aproximó a la rama más baja del árbol cercano, dónde la Omega había iniciado su conteo.

—Genial. Voy ganando—cantó victoriosa, ganándose la atención de Alice, quien observó con asombro la agilidad y sutileza con la que Jisoo descendía por el tronco. Apoyándose entre grietas y usando ramas más pequeñas como soportes—. ¿Quieres jugar algo más?

—Nop. ¡Quiero que me enseñes a trepar!—chilló emocionada, corriendo en dirección de un árbol al asar.

—No cariño, puedes lastimarte—advirtió Jisoo, impidiendo que la pequeña siquiera llegara a su objetivo. Recibiendo a cambio un puchero demasiado adorable—. No me mires así, recuerda que debemos almorzar antés de que Rosé llegue. Después de eso, te ayudaré.

—Pero no tengo hambre—alegó sin convicción, intentando persuadir a la mayor. Pero para su suerte, su estómago hizo un ruido quejumbroso en contradición a sus palabras. Jisoo levantó una ceja divertida—. ¡Pero es que quiero trepar como tú!

—Lo harás. Después de que te traiga los deliciosos sandwiches que te prepar...

El sonido de una rama rompiéndole la hizó callar al instante, su cuerpo tensándose cuándo en su campo de visión captó la silueta de un gran lobo grisáceo a lo lejos. El licántropo giró la cabeza en su dirección, y por un segundo el miedo le cortó la respiración.

Sehun.

Como acto reflejo, colocó a la hermana de su mate detrás de sí misma. A pesar de que el animal sólo se quedaba ahí, estático e impasible, con las puntiagudas orejas levantadas en alerta. Olisqueó un poco el aire, reconociendo el aroma de la Omega. Jisoo pensaba cuál sería el mejor momento para huír, pero para su alivio, el lobo siguió su camino.

—Es parte de la guardia—tranquilizó Alice, mirándo confundida a su compañera de juegos—. Seguro Rosie envió a alguien a cuidarnos, es todo. Creo que se llama Jungkook. ¡Hola Jungkook!

—Si, bueno. Ya entendí—rió Jisoo, algo alterada por volver a tener la presencia del licántropo cerca—. Iré por nuestra comida.

Se alejó un poco temblorosa, con el miedo y la ansiedad en su cuerpo. Su marca escoció levemente, seguro Rosé había percibido su pánico de inmediato. No estaba acostumbrada a convivir en el ambiente de la manada, además seguía sin ser conocida. Tal vez los miembros de Dark Moon estaban enterados de que su futura Alpha ya tenía a su Luna, pero aún no estaba integrada del todo.

Había pasado un mes. Y no había señales de alguna amenaza por parte de Sehun, o más bien, no había señales de él. Alexander aseguraba que después de que su hijo hubiese partido a Cold Moon, nunca regresó. No sabía si suspirar de alivio o encogerse de miedo. ¿Sería eso algo bueno o malo? Sangre por sangre. Lo más seguro era que iría detrás de ella, o peor, por su mate. No encontraba alguna manera más cruel y agónica que Sehun la matara a ella, para así hacer de la muerte de Jisoo aún más dolorosa.

⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora