Capítulo 1 - La Misión.

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Cazadores, un grupo de humanos bendecidos por la gran Bruja soberana de la paz. Brindándoles las habilidades y la resistencia que implicaba mantener la tranquilidad entre dos mundos.

Pero a fin de cuenta humanos.

Y eso los llevó a cometer el más grave de sus errores.

-Mierda, claro que no lo haré-repitió furiosa, cruzando ambos brazos sobre su pecho.

-Tienes qué, es una orden.

-Pues me niego a sus ordenes.

La chica miraba desafiante al corpulento hombre frente a ella. Nadie, jamás, se había atrevido a contradecir la palabra de un miembro de Los Sangre pura.

-No tienes opción Jisoo, todo esta en riesgo -dijo imponente, con una voz bastante profunda e intimidante que podría hacer que cualquiera se pusiera a sus pies... a excepción de Jisoo claro está-. Si tienes por lo menos un poco de consideración y respeto por tu gente, harás esto.

Ese era el problema, Jisoo no tenía eso.

La chica tensó la mandíbula, las uñas comenzaban a clavarse en las palmas de sus manos por la rabia e impotencia que sentía en ese momento. Sus ojos se clavaron firmes en los de Marcus como una clara muestra de desobediencia.

-Vayase mucho a la mierda.

-Jisoo-la reprendió WooBin detrás de ella, sintiendo un poco de vergüenza hacia la mayor de sus dos hijos por faltarle de esa manera el respeto a uno de sus líderes.

-Déjeme hacer esto a mi-intervino un ansioso Jin-. Mi hermana no tiene las agallas ni la capacidad suficiente para este trabajo, en cambio yo, he estado entrenando para esto toda mi vid...

-Estoy teniendo paciencia contigo, Jisoo-interrumpió Marcus al joven, poco interesado en el menor de los Kim-, en estos momentos podría mandarte a encerrar en lo mas recognito de esta comunidad el tiempo suficiente para que aprendas quien es tu superior.

Aquello le provocó un escalofrío, los castigos que suelen impartir a todo aquél que se revele ante las ordenes o mandatos de Los Sangre pura, no se le volvía a ver por la Comunidad.

-No lo haré porque le tengo un gran aprecio a tu padre.

La chica hizo el ademán de rodar los ojos, totalmente irritada y molesta por escuchar el nombre de WooBin en la conversación. Aún así, casi pudo sentirlo detrás suyo enderezarse orgulloso, como si le hubiesen dado una medalla conmemorativa por alguna hazaña. Pero no, él solo se colgaba de su propio apellido por los logros de los abuelos de Jisoo.

-¿Y qué gano yo al hacer su trabajo sucio?-cuestionó levantando una ceja.

-Tu libertad.

No lo podía creer.

Todos estos años, sufriendo en silencio. Siempre supo que este lugar no era donde ella pertenecía, quería conocer que había en el mundo, no pasar la mayor parte de su vida en un entrenamiento para cazar Licántropos.

Sintiendo cada vez mas el rechazo de su padre hacia ella, y los constantes insultos que recibía por parte de su hermano.

Desde que Yoona, su madre, huyera de esa comunidad dejándola sola y desamparada a sus seis años, no pudo evitar sentir un rencor y odio hacia ella, que cada día que pasaba, crecía más y más.

Desde que esa mujer se marchó sin dejar rastros, WooBin solía salir cada noche a beber al clásico bar de la Comunidad, y al llegar a casa nuevamente sin sus cinco sentidos, solía golpearla hasta cansarse. Ella al principio no entendía las razones, hasta que comprendió que era por el gran parecido que compartía con su madre, cuando la mujer era joven. WooBin desquitaba su rabia en ella, dejando algunas marcas y cicatrices que hasta el
momento, seguían intactas.

-Lo haré.

No iba a desaprovechar la oportunidad, no iba a permitirse estar ni un minuto más ahí. Mientras más tiempo permaneciera sin poder salir sentía que alguna bruma oscura le absorbía la vida con lentitud.

Estaba dispuesta a cualquier cosa.

-¿Que debo hacer exactamente?

-Es algo sencillo, debes ir al Clan del Norte, llamado Dark Moon. Ellos tienen algo que nosotros queremos, que necesitamos-explicó el hombre, mostrando una retorcida sonrisa cómo si fuese un niño a punto de hacer una travesura. Sus negros ojos mirándola fijamente-. Debes traerme la Joya de la Diosa Luna, Kim.

-¿Y como supone que entre a su territorio sin que perciban mi olor y me maten antes de si quiera entrar?-preguntó irónica.

Tenían escasos conocimientos sobre hombres lobo, pero una de las cosas que si sabía, era que podían percibir cuando un intruso o un desterrado de los suyos se adentraba en sus tierras.

-He conseguido a una bruja que podrá camuflar tu olor, podrás entrar sin ser descubierta. Pero no te deben ver, debes ser muy precavida -advirtió, en un tono que parecía mas una amenaza-. Y no se te ocurra regresar con las manos vacías, pues entonces olvídate de nuestro trato.

-De acuerdo-respondió decidida-. ¿Y como podré comunicarme con usted?

-El hechizo de Kim logrará que tengan un enlace, así podrás informarnos sobre tu paradero y demás.

-¿Kim?-preguntó confundida.

-La bruja pura que he contratado.

Y como si la hubiese invocado, una pequeña chica entro por la gran puerta haciendo eco en la sala de reuniones. Su estatura era increíblemente baja, su cabello lizo y una gran sonrisa en el rostro hizo dudar a Jisoo por un momento si en realidad se trataba de una bruja verdadera. No es que supiera mucho de brujas, pero esa chica se asemejaba mas a una pequeña hada.

-El término "Bruja" no es muy de mi agrado, Marcus-se quejó la chica-. Jisoo, es un placer. Puedes llamarme Jennie.

-¿Y serás como mi Hada Madrina o algo así? -preguntó la pelinegra con burla.

-¿Y tu diriges alguna secta satánica o algo así?-contraatacó.

Wow, si así reaccionaba a un comentario sarcástico una Bruja pura, no quería imaginar como lo haría una de Gold. Seres que le habían vendido su misma alma al demonio para conseguir poderes o objetos a cambio.

-Me caes bien, duende.

-No puedes usar ese termino conmigo Kim, es algo bajo-la chica parecía ofendida-. Los duendes usualmente son gruñones y no soportan otras compañías que no sean ellos mismos. Además de que les encantan las travesuras-explicó con detenimiento.

Parecía la profesora de algún grupo de Kinder. La bruja se enfocó tanto en la leyenda de los duendes que olvido la razón del por qué surgió el asunto.

-Pero tu también me agradas.

Era algo cómico que llevaban minutos de conocerse, y se trataran como si fueran viejas amigas de toda la vida. Pero curiosamente Jennie trasmitía cierta energía que la obligaba a confiar ciegamente en ella, un efecto curiosamente extraño.

-Déjense de juegos-interrumpió Marcus-. Arregla tus cosas Jisoo, partes mañana a primera hora.

Jisoo no sabía lo que le esperaba.









































×Esta historia será eliminada si la autora me lo pide×

⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora