⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧

Capítulo 58 - Sangre Fresca.

La paciencia de Namjoon se terminó tan pronto como Jane mostró sus dientes en una divertida sonrisa.

–¡Namjoon, basta!–ordenó Jennie.

Pero antes de que el puño del Beta pudiese volver a tocar a la mujer; una fuerza lo arrojó contra el extremo opuesto, golpeando su cabeza en seco con la pared de piedra. Jennie miró aterrada hacia Irene, quién había lanzado el hechizo sin medir su fuerza.

–Les encanta meterse en problemas–sonrió Jane.

Namjoon parecía estar inconsciente, e Irene se acercó con temor hasta él para asegurarse de que estaba respirando. A sus espaldas podía escuchar a Jennie alejarse corriendo de la celda, pero sus ojos no podían apartarse del chico en el suelo. En cambio los párpados del Beta se abrieron en un segundo de un color dorado cobrizo, resplandeciendo con furia. La bruja jamás lo había visto así.

–Namjoon, yo enserio lo...

Pero había sido tan rápido, el sonido de huesos dispersándose, tejidos rompiéndose, su rostro se transformó, afilándose en un alargado hocico con filosos colmillos que amenazaban con cortarla en pedazos. De pronto ya no veía al chico hacia abajo. Namjoon era un lobo enorme de un pelaje del mismo color que adoptaban sus ojos, toda él se erguía casi como una montaña mirándola desde arriba. Cada músculo se tensaba listo para atacar, tan majestuoso, tomando esporádicas respiraciones, y bufando intimidante.

–¿Te había dicho que me encanta tu cabello?–le preguntó tragando con fuerza, echando su cabeza ligeramente hacia atrás.

El enorme Beta vociferó un último gruñido antes de lanzarse sobre la Bruja, quién con un grito sordo cayó al suelo con el enorme lobo sobre ella cómo un peso muerto, impidiendo mover su torso y piernas.

Aún así ambos mantenían el contacto visual.

–Bien, ya estamos a mano. Ahora quítate de encima.

Pero Namjoon no parecía escucharla, su garganta se cerró con miedo cuando el licántropo lanzó la mordida directo a su rostro, el cuál protegió usando su magia. Colocó ambas manos, sin necesidad de tocar al Beta, retirando su hocico con toda la fuerza que su cuerpo le permitía, y Namjoon arremetiendo en su contra con la misma intensidad. Un dolor desgarrador atravesó su brazo izquierdo, como una corriente de fuego surcando desde su hombro hasta el antebrazo. Namjoon le había clavado las garras.

–¡Namjoon!–escuchó la voz de la Alpha, y en ese instante el Beta se apartó.

Irene al fin se relajó en el suelo, sujetando su brazo lastimado con un quejido. Jennie acudió a ella de inmediato, al parecer había sido ella quién fue en busca de Rosé.

La Alpha se mantenía de pie, con tres guardias detrás suyo.

–Esto es el mejor entretenimiento que me han brindado desde que me encerraron–siguió Jane.

Rosé pasó de mirar a Namjoon, a mirar a Jennie e Irene.

–Tengo a dos guardias inconscientes afuera con heridas de primer grado, a dos brujas en los calabozos con la prisionera más peligrosa, y una disputa con el Beta segundo al mando de mi manada. Más vale que tengan una buena excusa para no ser desterrados ahora mismo de mi territorio por traición.

Nadie parecía dispuesto en ser el primero en hablar. A cambio, Jennie miraba suplicante a Namjoon. Una petición silenciosa oculta en sus facciones.

Por favor...

Pero fue en vano.

El Beta regresó a su anatomía principal, replegando su pelaje, normalizando su respiración.