Capítulo 40 - Búsqueda.

2.6K 259 23
                                    

–Bien. Sí es lo que realmente quieres, y sí eso te hará sentir mejor. Me iré.


Rosé le sostenía la mirada, sin dejar que un ápice de remordimiento cruzara su rostro, y dejar en claro que le dolía. Ni siquiera ella podía creerlo.


Había echado a Namjoon de la manada.


A su mejor amigo.


Levantó más el mentón, intentando mantener esa fachada, por lo menos hasta estar a solas.


–No lo harás–escuchó a la primera persona negarse a ello, y fue poca su sorpresa al ver que se trataba de Jisoo; al fin fuera de esa habitación–. No vas a sacar a nadie de la manada, Rosé.


–No. Está bien, Jisoo. Rosé es la Alpha, ella sabe lo que hace–dijo Namjoon con suavidad.

–¿Y a dónde irás?–urgió desesperada, intentando buscar la mirada de Rosé, pero ésta la mantenía puesta en la dirección contraria. Sí, estaba muy avergonzada por lo que estaba haciendo, pero su orgullo era aun mayor–. Rosie, esto es de locos. No puedes hacerle esto a Namjoon...


Namjoon no objetó nada al respecto, estaba a punto de marcharse, pero ver a la pobre humana tan frágil y a punto de empezar a llorar, no se contuvo a acercarse y abrazarla con fuerza. Estrujándola una vez más en sus brazos.


–Hey, tranquila. Todo irá bien, te lo prometo–alentó con voz cantona, y se alejó ligeramente; tomando su rostro entre sus manos. Llevaba plasmado en el rostro una de sus juguetonas sonrisas, y le limpió las lágrimas usando sus pulgares–. Cuida bien de Rosé, humana. Pronto estaré de vuelta.


Namjoon se apartó apretando los labios, conteniendo cualquier otro sonido que se asimilara al llanto. Ni siquiera hizo el ademán de dirigirle una última mirada a su mejor amiga, sólo bajó las escaleras. Jin lo siguió sin rechistar, al igual que Jennie.


Joy casi choca con ellos mientras iba subiendo.


–¿Qué mierda acaba de pasar?–preguntó con total confusión. Pero ninguno respondió, y los terminó siguiendo hasta la habitación de Namjoon–. Hey, ¿qué haces Nam?


–Me voy, Joy–respondió cortante.


–Estás jugando–rió incrédula. Y se retractó de inmediato al verlo sacar su ropa del armario por montones, junto a una mochila y una maleta: empezando a empacar–. Ay no, no estás jugando. ¡¿Por qué?!


Jennie se lanzó sobre la cama, empezando a sacar de la maleta lo que Namjoon ya había acomodado.


–Jennie, para–la sujetó por ambas muñecas. La pequeña hizo un puchero–. No hagas eso, Ruby.


–No te vayas Namjoon, todas sabemos que Rosé sólo estaba molesta. Son mejores amigos. ¡No estaba pensando claramente! Lo arreglarán, ustedes siempre lo hacen.


–Huuu. ¿Me regalas ésta camisa?–escuchó a Joy preguntar.


–No–dijo exasperado, de inmediato le quitó la prenda que tenía entre manos, volviendo a Jennie nuevamente–. Sé que así será, Jennie. Pero quizás ésta sea la manera para que Rosé al fin abra los ojos.


–Yo iré contigo–anunció Jin, entrando a la habitación.


El chico negó con la cabeza, mirándolo con una sonrisa triste.

–Tú hermana te necesita, Jin. Y yo necesito que te quedes, que todos se queden, y hagan algunas cosas por mí–admitió con cansancio–. Estaré bien.


–Por supuesto, pero... ¿a dónde irás?–cuestionó Joy, torciendo el gesto preocupada.


–Digamos que tengo un poco de familiares por aquí y por allá–cerró la maleta, y se colgó la mochila–. Supongo que los veré después.

⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora