–¿Qué está ocurriendo?–fue Jennie quien rompió el silencio.
Ambas chicas rompieron el contacto visual para mirar en su dirección, notando a Kai, Jiyoon, Jin, Lisa, Jennie, y Joy mirándolas preocupados. Lo más probable es que todos hayan escuchado la espantosa riña, los gritos seguro aún resonaban en toda la casa.
Rosé se sentía temblar, avergonzada y arrepentida. Ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que había perdido el control de esa manera, que se había dejado llevar por su instinto animal. Jisoo llevó su mano izquierda a su mejilla, intentando ocultar de los demás el enrojecimiento en la zona por la bofetada.
–Nada, yo... saldré a tomar aire fresco. No me siento bien–escuchó su débil voz quebrarse apenas terminar de hablar. Y sentía su dolor, lo sentía martillar contra su pecho.
Luchaba internamente contra las insistentes lágrimas que se acumulaban en sus ojos, y tragar el grueso nudo que se formó en su garganta. Rosé no detuvo a Jisoo cuando ésta se alejó de ella, bajando escaleras torpemente sin levantar la mirada, pues no quería tener ningún tipo de contacto visual con nadie en ese momento. Quería salir, despejar su mente, pensar claramente. Una disculpa atropellada salió de entre sus dientes cuando su hombro chocó accidentalmente con el de su hermano, quien miró de mala manera a Rosé antes de seguir a su hermana fuera de la propiedad. Jennie se acercó a pasos lentos y vacilantes a Rosé, quien no podía apartar la mirada del suelo. Tenía una expresión indescifrable en el rostro, sumergida en sus pensamientos.
No, por favor, no.
Mi Luna.
Jisoo.
Esa voz interna de su Alpha volvía en cada momento. Rosé miró sus propias manos, como si no pudiera reconocerse a sí misma.
Dijiste que jamás la lastimarías.
Heriste a tu Luna.
Frunció sus labios, y tragó saliva con aspereza, como si su propia garganta quemara. Sus manos se apretaron con fuerza, convirtiéndose en puños. Se sentía una completa idiota, frustrada y herida. ¿Cómo podía Jisoo desconfiar de ella? ¿Cómo podía siquiera pensar en la remota posibilidad de que buscaría a alguien más que no sea ella, cuando Jisoo era lo único que había esperado toda su vida?
Pero no debía reaccionar así. La razón era Sehun, ella no tiene la culpa de nada.
Tampoco el bebé.
Cerró los ojos con fuerza, intentando acallar esa vocecilla que parecía llevarle la contraria a cualquier pensamiento racional. Apoyó su espalda contra la pared, buscando la estabilidad en su cuerpo, cubriendo sus ojos con ambas manos para evitar que los demás la viesen derramar humillantes lágrimas.
–Rosé–llamó Jennie suavemente una vez más, ya que la Alpha había permanecido en silencio por bastante tiempo–. ¿Está todo bien?
¿Qué es lo que esperaba? Jisoo no querría tener jamás a un bebé que le recuerde el momento más doloroso de su vida. Se sentía estúpida por si quiera proponérselo. Y en ese momento, prefería ser como los otros Alphas, esos que apenas saber que su mate esperaba un hijo que no era suyo, le tenían un irremediable odio, y preferían vivir sin su Luna y descendiente, a tener un bastardo. O esos que no lo permitirían, y acribillaban a puñetazos el vientre hasta cerciorarse de que ya no había ninguna vida creciendo en él.
Pero ese bebé es tuyo también.
Pero es la decisión de Jisoo.
–Rosie–volvió a repetir Joy.
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⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧
Science Fiction-Mate-la escuchó murmurar, casi en un ronroneo. Por su tono de voz, apostaba a que tenía una gran sonrisa en el rostro-. Mía. 𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨: 𝟐𝟖 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥: 𝟗 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨. ×Esta historia no me pertenece, todos los der...