Cuando Rosé era pequeña, recordó siempre tener poca paciencia con las cosas, era mas temperamental que otros niños de su edad, y usualmente tenía lo que quería.
Tener sangre Alpha influía en cada una de estas cosas.
Por eso cuando ese niño le arrebato su banana tan repentinamente de las manos en el kinder, su reacción fue fulminarlo con la mirada. Sus marrones ojos sufrieron un cambio drástico, que solo los Licántropos suelen tenerlo después del primer cambio.
El pequeño Arturito casi se hacia pipí encima cuando le devolvió la banana a Rosé.
Y es por eso, que el simple hecho de pensar que por culpa de ese estúpido chico, estuvo a punto de perder a Jisoo. Si Jisoo hubiese terminado el Rechazo, Rosé no tendría la fuerza suficiente para detener que se marchara. Algo mas que su corazón se abría roto, eh
inevitablemente pasaría una de dos cosas.
A pesar de no haberla mordido, el tenerla lejos causaría que entre en una depresión. Debilitándola tanto hasta llegar a un punto que no lo soportará, y morirá.
Pero sin la mordida tiene esta opción, que es el poder soportar la perdida de su Mate, y vivir con ello. Como algunos Licántropos viven en la manada. Solitarios.
Ambas serian iguales de dolorosas, Rosé no quería experimentar ninguna. Ella quería a Jisoo, ella quería estar con su Mate, con su Luna. Y Kai estuvo a punto de arrebatarle lo que había estado esperando toda su vida.
Como ese niño con su banana.
Pero una simple mirada no bastaba, ella quería arrancarle la garganta para asegurarse de que no lo volverá a hacer. Quería dejar de escuchar los latidos de su corazón.
-¡Rosé detente!-escuchó la voz de Namjoon, pues el cambio estaba pasando.
Su Loba estaba tomando posesión de su cuerpo. Exigía salir y acabar con el traidor. Lo miraba fijamente, tomando grandes bocanadas de aire para tranquilizar a la bestia que vivía dentro de ella. Su mirada comenzaba a nublarse, el poco razonamiento que había en su cabeza, se esfumaba.
Sin embargo, noto una silueta posarse frente a ella y evitando que conectara los ojos en Kai. Gracias a la distracción, Namjoon tomó al chico de la chaqueta, arrastrándolo consigo hasta salir por la puerta de la cocina que daba al patio trasero de la enorme casa para
quitarlo de la vista de la Alpha.
Unas suaves manos tocaron el rostro de Rosé, que se encontraba hundido en rabia. El tacto era tan suave, y resulto ser tranquilizador en Rosé. Eran las manos de Jisoo. Podía sentir como estas temblaban, víctimas del miedo. Y una ola de culpa lleno el cuerpo de Rosé, desviando su atención a los ojos de su mate.
Esto no debía ser así, Jisoo no debería sentir miedo de ella.
-Lo siento-murmuró Rosé, su cuerpo relajandose al sentir la calidez de las manos de su chica en ella-. No quise asustarte, soy una... una...-paro, y bajo la mirada avergonzada.
La pelinegra trato de calmar su agitada respiración, no sabía que fuerza fue la que la llevo a intervenir entre Rosé y Kai, no podía comprender porqué justo ahora, se moría por volver a unir sus labios con los de su mate. Pero eso no evito que actuara rápido, pues por primera vez actuó sin pensar mucho las cosas.
La besó.
Los labios de Rosé eran embriagadores, todo en ella era embriagador. Su olor le transmitía tranquilidad y estar en sus brazos la hacía sentir segura. Rosé no dudó en
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⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧
Science Fiction-Mate-la escuchó murmurar, casi en un ronroneo. Por su tono de voz, apostaba a que tenía una gran sonrisa en el rostro-. Mía. 𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨: 𝟐𝟖 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥: 𝟗 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨. ×Esta historia no me pertenece, todos los der...