Al despertar, supo de inmediato que no se encontraba en su cama, esta era mucho más cómoda que la suya. Era bastante amplía y las sabanas blancas la cubrían de la cintura hacía abajo. Se percató de que no llevaba su ropa de Cazadora, si no un pequeño camisón de seda hasta por la mitad del muslo.
¿Qué había sucedido? Los únicos vagos recuerdos que tenía aún en su memoria era que la habían atrapado. Los incesantes golpes del Beta, y una linda chica de ojos marrones.
No se encontraba encerrada, a no ser que todos las celdas fueran tan bien decoradas y tan cómodas.
Intentó sentarse en la cama, pero un brazo se lo impidió, apretando más fuerte su cintura y atrayéndola a un cálido cuerpo detrás de ella. Giró con lentitud, quedando frente a frente, esperando no encontrar lo que temía. Pero sus suplicas no habían sido escuchadas.
Era ella.
La linda chica que su mente se había encargado de recordar entre los vagos recuerdos de la noche anterior.
Jisoo no pudo contener la necesidad de mirarla, detallar cada rasgo de su hermoso rostro. Su cuerpo era cálido, su olor corporal era embriagador y sus labios realmente apetecibles. ¿Pero... qué estaba pensando?
En primer lugar, no tenía una jodida idea de donde estaba, con quien, ni como es que había llegado a esa habitación y traía tan poca ropa encima.
En segundo, la pelirosa era una completa extraña y sin embargo, ya estaba teniendo pensamientos inapropiados hacia ella. ¿Qué le sucedía?
Y en tercer lugar, la simple y mayor razón. Seguramente se trataba de una... de ellos.
Un gruñido surgió de la garganta de la chica cuando Jisoo intentó zafares de su brazo, causando que esta despertara un tanto ida, pero al mirar a la pelinegra, una boba sonrisa creció en sus labios.
La miraba como si fuese el tesoro que tanto había buscado en alguna isla. Pero Jisoo lo ignoró, o por lo menos intentó hacerlo, quitando con cierta brusquedad el brazo de la misteriosa chica de su cintura, lo cual pareció molestar a la joven.
-¿Qué hago aquí? ¿Quién eres tú?-preguntó alterada, pues se encontraba vulnerable ante una criatura que desde pequeña le enseñaron a temer y odiar-. ¿Dónde mierda esta mi ropa?
La pelirosa se sentó recargando su espalda contra el respaldo de madera de su cama, totalmente despreocupada, y un tanto entretenida por la reacción de la chica. Pero aún así se mantenía seria, evaluando cada movimiento y palabra.
-Te encuentras en la manada Dark Moon, mi nombre es Park Chaeyoung, Rosé, hija del Alpha Park Jimin, y su próxima sucesora-la voz de la chica sonaba fría y dura. Pero al ver el confundido rostro de la pelinegra relajó sus facciones-. ¿Cuál es el tuyo?
Jisoo no contestó, sólo desvío la mirada hacia su alrededor en la habitación. Buscaba algo filoso con que defenderse en caso de ser necesario. No tenía ni idea de lo que Rosé quería de ella.
-¿Ahora no quieres hablar?-cuestionó la chica divertida, con una sonrisa que mostraba su perfecta dentadura-. Puedes hacerme las preguntas que quieras, y a cambio, tu me dirás tu nombre.
No sonaba como una sugerencia, sino mas bien una clase de orden.
-Jisoo.
Rosé sonrió complacida, sin apartar la mirada de la otra chica. Café y marrón se miraban con intensidad, y sin poder evitarlo, Jisoo quedó un poco perdida ante ella. Su belleza era única, y recién levantada por las mañanas le daba cierto aire tierno, pero a la vez sexi.
Trato de enfocarse en la realidad, sacudiendo ligeramente su cabeza y levantándose bruscamente de la cama con la mirada puesta en la pelirosa.
-¿P-Por qué me salvaste?
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⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧
Science Fiction-Mate-la escuchó murmurar, casi en un ronroneo. Por su tono de voz, apostaba a que tenía una gran sonrisa en el rostro-. Mía. 𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨: 𝟐𝟖 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥: 𝟗 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨. ×Esta historia no me pertenece, todos los der...