Capítulo 25 - Cicatrices.

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Decir que al regresar nuevamente a Dark Moon, la seguridad se había duplicado era poco. No había rincón en el territorio que no estuviese perfectamente vigilado. Cualquier olor desconocido cerca de esa manada, sería rápidamente rastreado. Rosé sabía que Sehun no podría venir, conocía a su primo, pero éste no era estúpido.

Sehun la había amenazado de muerte. Pero de alguna manera, encontraría la manera más cruel y vil para hacerla sufrir, que desearía estar muerta.

Apenas pusieron un pie en la residencia, Jisoo al fin sintió el aroma que tanto había echado de de menos, todo estaba exactamente igual. Y podría decirse que después de al fin recibir la atención de Rosé, su piel comenzaba a tomar un tono mas vivo, y su cansancio se esfumaba. Que bien se sentía regresar a casa.

—¡Jisoo!

La energética voz de una pequeña bruja fue quien irrumpió el silencio, recibiéndola con un fuerte abrazo. Jisoo devolvió el gesto con la misma devoción, sonriendo divertida, pues Jennie podía llegar a comportarse como una persona sin escrúpulos, pero sólo ella sabía del enorme corazón que la pequeña poseía, tal vez demasiado grande para ese cuerpo.

Por su emotiva demostración de afecto, sabía que no era la única que se había encariñado con la otra.

—Que gusto tenerte de vuelta, eres la única que puede llevarme en un paseo en coche al borde de la muerte.

Jisoo soltó una carcajada, recordando esos momentos en que la bruja casi enterraba las uñas en su asiento pensando que morirían por la habilidad de conducción de la cazadora.

—Lamento decir que no te será sencillo deshacerte de mi.

Jennie se separó con una sonrisa, su felicidad resultó ser contagiosa hasta para Kai, quien se acerco con paso vacilante. Jisoo esperaba escuchar el gruñido de Rosé, pero se sorprendió gratamente cuando la atención de su mate no estaba en el chico, estaba en ella, con una gran sonrisa que abarcaba la mayor parte de su rostro. La miraba con un brillo en sus ojos tan intenso, con un amor tan irreal, y eso le causaba miles de mariposas en el estómago.

La miraba como sí fuese la criatura más extraordinaria y maravillosa del mundo, y por un segundo, se permitió pensar que enserio lo era.

A fin de cuentas, no necesitaba a alguien que le dijera lo hermosa que era, ella necesitaba a Rosé, que la hacía sentir así, con sólo una mirada.

Jisoo no se contuvo a devolverle el gesto, sostuvo nuevamente su mano, llevándola a sus labios para dejar un casto beso en sus nudillos, encantada de tener a su chica de vuelta.

—Wow Kim, regresaste en una pieza. Bastante bien para una humana—se sorprendió por el intento de Kai en sonar amigable, pero no podía quejarse por ello—. ¿Te divertiste en tus vacaciones?

—Si, no creerás cuanto—contesto irónica, sonriendo de la manera más falsa posible—. De hecho, te traje un regalo. Ya sabes, ese remedio para las pulgas por las que tanto te quejas.

La escandalosa risa de Namjoon se hizo sonar, pasó por su lado en dirección a la cocina, dejando unas palmadas en la espalda del chico, que parecía fastidiado.

—Muy divertida, Kim. ¿Y bien? ¿Dónde está ese regalo?

—Oh, debe estar por aquí—fingió buscar algo en su bolsillo trasero, sacando a cambio su espléndido dedo medio.

—Graciosa—dijo, devolviendo el mismo gesto con ambas manos.

Rosé rió divertida, tirando de la mano de Jisoo para adentrarse a la residencia, sin contar que ambos chicos aún a la distancia, se siguieran ofendiendo con señas.

⌗𝐋𝐔𝐍𝐀 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora