Joaquín miraba a lo lejos los tres chicos sentados en una mesa de piedra no muy lejos de ellos, podían escuchar sus risas y una que otra queja de parte del azabache. No podía saber de qué hablaban, pero lo que fuese, les hacía mucha gracia al otro par.
- Joaco - llamó Dylan -, ¿qué pasa?
Lo miró sin entender.
- Estás un poco extraño, ¿pasó algo? - comentó Ethab sacando una galleta de su empaque para luego comerla.
- No, no es nada - sonrió tratando de tranquilizarlos -. Sólo estoy un poco cansado. Ayer te ayudé con los perros - miró a Ethab -, luego fui a la heladería de yogurt - miró a Dylan - y después ayudé a una abuelita con sus compras y me encontré con Emilio hyung en el parque herido. Supongo que sí, estoy muy cansado.
- ¿Emilio hyung está herido? - la sorpresa decorando la voz de Dylan.
- Se torció el tobillo - miró su mesa -, pero parece que está mejor.
Le miró un rato más, observando las muecas en su rostro ante algo que había dicho Camilo, a lo que los otros dos empezaron a reír. Emilio parecía defenderse de algo, pues parecía frustrado y a punto de querer golpearlos. Le pareció gracioso cómo levantó la mano y le dio un zape a Alejo, para luego este quejarse y sobar su cabeza. Pensó que sería bueno que ambos se hicieran amigos más cercanos y pasar ese tipo de momentos, aunque Emilio lo golpease.
- Joaquín - la mano de Ethan agitándose en su rostro lo sacó de su ensimismamiento -. Te quedaste mirando a Emilio hyung por un largo rato.
Sintió sus mejillas encenderse.
- T-te crecerá más la nariz por mentiroso - apartó la mirada apenado.
Ethan aplanó los labios y le miró obvio.
- ¿Hay algo que nosotros no sabemos? ¿Emilio hyung te ha hecho algo? ¡Dime y lo matamos!
Joaquín se rió por las ocurrencias de Dylan, negó todavía sonriente y agitó sus manos. No les había contado lo que ha estado pasando últimamente con ese chico, quizás porque ni él mismo sabía qué estaba pasando. Un día Emilio se comportaba bien, incluso amable, y al otro, actuaba como si no lo conociera.
Incluso huía cuando le deseaba un buen día, porque sí, había visto la forma en que aceleraba cuando se lo deseaba. Ese chico le frustraba.
¿Por qué era así? No recordaba haberle hecho algo malo. Mejor dicho, él no le había hecho nada malo a nadie nunca. Siempre fue muy amable y lindo con cualquier cosa viviente, y todos respondían del mismo modo. Pero Emilio Osorio, él era otro caso.
- ¡Oh! - Ethan abrió mucho los ojos - ¿Será que... Te gusta ese hyung?
Los dos menores intercambiaron miradas sorprendidas, tapando su boca como si estuviesen reprimiendo gritos de emoción al ver que su shipp favorito ha sido confirmado.
Joaquín se ruborizó sin evitarlo, mirándolo atónito mientras tragaba saliva. ¿Gustarle Emilio? Ese chico estaba loco.
- ¿Q-qué cosas dices? - negó repetidamente, riendo nervioso - Eso jamás... No... Ah, ah...
- ¿Seguro? Porque tus mejillas dicen otra cosa.
Rápidamente tapó sus mejillas, sintiéndolas cada vez más calientes. ¡No! No podía gustarle ese chico, no, simplemente no. Se hizo una promesa y la cumpliría.
Sus ojos viajaron hacia esa mesa, donde el chico azabache reía, hablando animadamente mientras se quejaba de las palabras de sus amigos.
Y quizás, sólo quizás... Reconsideró la idea de gustar de él.
Sólo quizás.
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✩Sweetie✩
Fanfiction«Mírenlo siendo tan lindo y adorable... debe ser un truco, quizás trama algo. Ese niño no es normal, es demasiado amable para ser real, debe ocultar algo realmente oscuro. iEs perverso! ¡El mal personificado! Si buscas en el diccionario la palabra "...