El chico perverso.
Cerró su casillero soltando un bostezo que logró sacarle pequeñas lágrimas, apretó los ojos y los talló con su puño izquierdo mientras se daba la vuelta sin mirar por donde iba. Sintió a alguien chocar contra su cuerpo sin mucha fuerza, por lo que abrió los ojos observando a la persona con el ceño fruncido.
Él reconocía esa cabellera teñida.
— Hey, tú eres el rarito del otro día — le apuntó acusadora mente.
El chico le miró curioso, escaneando su cuerpo como si tratara de reconocerlo, cuando lo logró sonrió amablemente y asintió una vez.
— Eres... Emilio Osorio , ¿cierto?
— Ajá y tú... Como te llames.
El chico rió.
— Joaquín Bondoni.
— No me interesa — rodó los ojos al verle inclinarse en aquella presentación formal y dio media vuelta con sus talones con la intención de alejarse.
Al no cerrar su mochila como se debía y dar la vuelta rápidamente dejó escapar un lapicero, dejándole rebotar en el suelo.
Joaquín se agachó a recogerlo y rápidamente trotó para alcanzarle, porque Osorio había avanzado tan rápido como la pereza matutina y sus ganas de alejarse de ese chico raro le permitían.
— ¡Espera, hyung, se te calló esto!
Se giró ceñudo para así observar el lapicero negro tapizado con cabezas de kumamon. Su favorito. Se lo arrebató de un movimiento y le miró con una mueca.
— ¿Hyung?
— Digo... Pareces mayor... Aunque... — pareció dudarlo, acercándose mucho a su rostro, tanto que el olor a menta llegó a sus fosas nasales —. ¿Qué edad tienes?
Escuchó a su propio corazón retumbar fuerte contra su pecho ante tal cercanía, sus manos temblaron ligeramente y tragó saliva, humedeciendo sus labios sintiéndolos extrañamente muy resecos. De pronto se había sentido muy nervioso y odiaba sentirse así. Incluso sintió sus mejillas teñirse y eso era algo que odiaba demasiado.
Emilio lo alejó de un empujón.
— No te acerques, niño raro.
Joaquín sonrió divertido. — Voy en primero, soy nuevo ¿y tú?
— Que bien por ti niño — acomodó la mochila sobre sus hombros asegurándose de cerrar bien los cierres después de guardar el bolígrafo —. Y no te interesa.
Joaquín estuvo por decir algo más, pero el timbre anunciando el inicio de clases le interrumpió. Emilio se apresuró a caminar a su primera clase, no porque estuviera ansioso por ello, si no porque la presencia de aquel chiquillo le ponía nervioso.
— ¡Que tenga un buen día, hyung! — escuchó su voz detrás despidiéndose amablemente y aceleró el paso.
✧🐱🍙✧
— ¿Vieron al chico nuevo? — Camilo preguntó curioso al tiempo en que dejaba su mochila vieja sobre la mesa de piedra y se sentaba frente a sus dos amigos.
— Camilo, es nuevo curso, hay muchos chicos nuevos — Alejo contestó ligeramente ceñudo.
— Sí, pero hablo del bombón de primer año.
Alejo alzó una ceja y Emilio los miró desinteresado.
— El del trasero de melocotón.
— ¡Ah, ya sé! — Alejo alzó un poco la voz — El cachetón, se llama Joaquín Bondoni y es muy lindo. Me dan ganas de apretarle los cachetes.
— No es lindo — Emilio habló por primera vez desde que se habían sentado en aquella mesa de piedra que solían frecuentar, captando la atención de ambos
—. Es un engendro, es irritable... Es... Es... Es perverso.
Sus amigos le miraron ceñudos.
— ¿Qué? Es verdad.
— ¿Por qué es perverso según tú?
— Porque le traté mal y aún así me trató bien.
— No entiendo ¿tú entiendes? Porque yo no entiendo — Alejo se dirigió a Camilo, quien encogió los hombros.
— En serio, se supone que debes tratar a las personas como te traten, y yo le traté mal — abrió mucho los ojos —. ¿Y si planea algo?
— ¿Qué dices? — Camilo ladeó la cabeza confundido.
— ¡Sí! Puede ser un truco — murmuró más para él mismo —. Quizás trama algo. Ese niño no es normal, es demasiado amable para ser verdad, debe esconder algo oscuro ¡es perverso!
Sus amigos compartieron miradas unos segundos para luego comenzar a reírse escandolasamente, provocando que les mirara enojado y se levantara para darles zapes a ambos.
Esto pasó hace un año, el mismo tiempo que el prólogo. Aquí inició todo :')
Digamos que Emilio no cree que toda esa amabilidad, bondad y sonrisitas tiernas sean reales, porque piensa que Joaquín es demasiado guapo y perfecto como para ser real (no lo sé Rick, parece falso xd).
Siempre se sintió ligeramente atraído, pero decidió pensar que sus nervios eran porque le parecía raro e irritable y porque era extraño sentirse así junto a ese mocoso, entonces comenzó a llamarle de esa manera. Mr. Botas era el gato del prólogo y secretamente lo adora porque le recuerda a él (?
Espero me haya entendido xd y lamento alguna falta 👀
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✩Sweetie✩
Fanfiction«Mírenlo siendo tan lindo y adorable... debe ser un truco, quizás trama algo. Ese niño no es normal, es demasiado amable para ser real, debe ocultar algo realmente oscuro. iEs perverso! ¡El mal personificado! Si buscas en el diccionario la palabra "...