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— Cuando Emilio conoció a Joaquin dijo que era muy lindo y adorable — Alejandro explicaba con una sonrisa en el rostro —

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— Cuando Emilio conoció a Joaquin dijo que era muy lindo y adorable — Alejandro explicaba con una sonrisa en el rostro —. También dijo que le daba diabetes y no quería acercarse a él por temor a morir joven. "Es demasiado amable para ser verdad, debe esconder algo oscuro ¡es perverso!" Sí, tal cual.

Dylan rió escandalosamente. — ¿En serio? Cuando Joaquín conoció a Emilio nos contó que le pareció un hyung demasiado lindo. 

— Sí, también dijo que deseaba ser mucho más cercano a él — Ethan añadió, comiendo de las galletas de Alejo —. Eftufo haflando de él tofo el fía. 

— ¡Ethan, son mías! — Alejo se apresuró a quitárselas, obteniendo una sonrisa burlona por respuesta. 

— Ah, ambos son tan tontos — Dylan negó lentamente —. No sé cómo Emilio no le ha pedido salir. 

— Emilio es un pendejo para esas cosas — Camilo aclaró su garganta después de tomar agua —, probablemente se lo pida cuando Joaquín deje de sentir algo por él. Es más, no sé cómo le puede gustar. 

— ¿Podrían dejar de hablar de nosotros como si no estuviéramos? 

Cuatro pares de ojos observaron al pelinegro con el ceño fruncido. Joaquín a su lado le sonreía dulcemente y sus manitas intentaban trenzar sus cabellos oscuros. Estaba tan entretenido peinándole que no le prestó ni la más mínima atención a las palabras de sus amigos.

En cambio, Emilio sí había prestado atención mientras tanto disfrutaba de los toques suaves en su cabello además de los besos rápidos y juguetones que le daba en su mejilla derecha, haciéndole sonreír avergonzado.  

— Ah, creí que estabas durmiendo — Alejo le sonreía con inocencia, llevándose una galleta a la boca. Dylan estiró el brazo y disimuladamente le robó una galleta partiéndola en dos y dándole la otra mitad a Ethan. 

Lo cierto era que Emilio se veía tan relajado ante las caricias que en algún momento cerró los ojos durante largos minutos. 

— ¿Cómo mierdas puedo dormir con tanto ruido? — se removió mirándole con el ceño fruncido. 

— Hyung, no te muevas — Joaquín murmuró suavemente, halando la manga de su camiseta —. Ya casi termino mi primera trenza. 

— Lo siento, sweetie. 

Alejo no pudo reprimir sus ruidos inhumanos ante lo jodidamente tierno que había sonado eso, seguido de Dylan y las arcadas fingidas de Ethan, mientras tanto Camilo sonreía orgulloso. 

— Ow, santos cielos que tierno — Asher había dicho apenas llegó a la mesa, sentándose en las piernas de su novio y obligándole a rodear su cintura sin dejar de mirarles —. cami, ¿por qué no eres así? 

— ¿Así de cursi? — Camilo le miró con horror — As por favor, me ofendes.

Asher le miró con una ceja alzada y Camilo sonrió con inocencia robándole un rápido beso. 

— Iagh, me dan náuseas — Ethan se quejó —. Me hacen sentir solo ¿saben? 

— A mí también. 

— Y a mí. 

Dylan miró a Alejo ceñudo. — Pero tú tienes a Soora. 

— Pero no estudia aquí — respondió con un puchero —, igual me siento solito. 

— Ow, pobre hyung — Dylan acarició su cabello como si fuese un cachorro y Alejo se dejó hacer pegándose a su cuerpo como si buscara refugio. 

Emilio les miró con una mueca incómoda volviendo a removerse en su lugar, alejándose sin querer del castaño que seguía jugando con sus cabellos. A lo que Joaquín  chasqueando la lengua volvió a acercarse tanto que sus muslos chocaron y el dulce aroma de su perfume llegó a sus fosas nasales. 

Emilio le miró de reojo, notando lo cerca que se encontraba. Le pareció demasiado tierna la manera en que su ceño se mantenía fruncido y la punta de su lengua se asomaba entre sus labios. Joaquín concentrado era tan, pero tan tierno que lograba ponerle nervioso. 

Se había perdido tanto en el rostro entretenido de Joaquin que para cuando se dio cuenta, tanto Alejo y Dylan habían tomado fotografías. Y uno de ellos olvidó quitar el flash. 

— ¡Te dije que quitaras el flash Ale estúpido! 

Emilio pestañeó un poco aturdido por el flash y les miró muy ceñudo. Ethan trataba de no reírse mientras comía las galletas de Alejo, y Dylan le reclamaba al segundo. Camilo dejó de prestarles atención cuando Asher comenzó a dejarle cortos besos por el rostro. 

— ¿Pero qué...? Bórrenlas. 

— No~ se ven muy tiernos — Alejo le enseñó el móvil a Dylan quien hizo ruidos inhumanos. 

— Que las borren — se levantó ceñudo intentando quitarles los móviles, pero ambos se apresuraron a huir riéndose escandalosamente — ¡No huyan, cobardes!

Joaquin comenzó a reírse a carcajadas al verle molesto y con una mini trenza en su cabello, quitándole todo lo rudo posible. 

— Hyung — llamó en un murmuro, captando su atención —. ¿Puedo pedirle algo? 

Emilio asintió lento sentándose nuevamente. Joaquín sonrió con mejillas teñidas. 

— ¿Te gustaría salir conmigo, como novios? 

Emilio abrió mucho los ojos escuchando a su corazón acelerarse y sintiendo sus mejillas arder. 

— ¡No! — Joaquín se sorprendió y le miró ceñudo — Quiero decir, se suponía que yo debía... ¡Bondoni! Te lo iba a pedir hoy en la tarde, eish. 

Soltó risitas divertidas y volvió a acercarse tanto, subiendo una pierna por las delgadas de Emilio y sonriéndole tiernamente. 

— Dilo. 

— ¿Quieres salir conmigo, cachetes? 

— ¡Sí, sí, sí! — rodeando su cuello con sus brazos unió sus labios rápidamente, siendo correspondido de inmediato. 

Nuevamente, un flash iluminó sus rostros seguido de risas burlonas. Pero no les importó. Sólo importaban ellos dos sumidos en su pequeña burbuja. 

Quizás no era tan perverso después de todo.

Quizás no era tan perverso después de todo

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✩Sweetie✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora