Capítulo 7

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Preparó a su niña en su silla del asiento trasero para después cerra la puerta de ella de copiloto, aquel movimiento y aquella imagen sólo le trajeron recuerdos de la misma acción realizada algunos años atrás.

De la noche que se conocieron.

Era aquella fiesta universitaria en una de las casonas de la fraternidad de arquitectura, los jóvenes no dejaban de gritar bromas, las letras de canciones o juegos.

Jack ya estaba a terminar la carrera y por lo tanto no le interesaba estar ahí por mucho tiempo, iba más por acompañar a su amigo pelinaranja Hans quien jugaba a las vencidas con otros compañeros, entre uno de ellos el castaño de Hiccup quien apenas se notaba que comenzaba a ejercitarse.

Jack en su aburrimiento había salido al jardín esperando no ver tanta gente, habían algunos dentro de la piscina comiendo pizza y otro acostados sobre el césped fumando.

Repasó el lugar con su mirada hasta que la encontró sobre una de las mesas de picnic, sola.

Tenía su cabello corto, llevaba una expresión de aburrimiento y triste, mirando su teléfono celular constantemente.

-¿Esperas a alguien? -Le había preguntado cuando se acercó a ella.

-No -Ella apartó la mirada a un lado – Quería distraerme un poco.

-¿Aquí? -Jack se sentó frente a ella - ¿Con quién vienes?

-Con....-Ella le miró y sonrió sin opción -En realidad con nadie, sólo vi que había una fiesta y quise entrar.

-Está aburrida -Jack miró al interior donde pareciera todo lo contrario con los demás.

-La verdad es que sí ¿Y por qué no te vas?

-Me aseguro que uno de mis amigos no termine ahogado en la piscina – Jack le sonrió de lado - ¿Y tú?

-Porque esperaba que alguien, tú, llegara a preguntarle dónde es la dirección de Lepons.

-¿Lepons? -Jack le miró extrañado – Está al otro lado de la cuadra ¿Te perdiste?

-Me orientaba, mejor dicho.

-¿Y en que te ibas?

-Pediría un taxi.

-Es algo noche.

-Los taxis siempre están disponibles.

-Al igual que pervertidos.

-Claro -Ella dijo dientes mientras apretaba los labios apenada de darle lástima - ¿Por qué no mejor me ofreces a llevarme y ya?

-¿Gustas que te lleve? -Dijo tendiéndole la mano.

-¿Y cómo sé que tú no eres el pervertido? -Elsa se cruzó de brazos.

-Si fuera el pervertido me aferraría a que mejor te quedaras aquí, te ofrecería una bebida ya abierta con alguna droga y así no te moverías.

Elsa le miró con rareza.

-¿Segura que te quieres quedar....

-Podríamos irnos mejor.

Jack le sonrió y esta a él mientras se levantaban.

Y esa misma noche en que Jack dejó a Elsa fuera de los apartamentos de la residencia de la universidad, ella le miró curiosa a su cabello aun en el asiento del copiloto.

-¿Tienes canas?

-Ah no lo creo -Bromeó pasándose la mano – Mi madre solía tener un cabello blanco y platinado, mi padre no y creo que apenas se está aclarando.

Se busca mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora