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Joaquín
12:30 am, CDMX

*Mis labios responderán ante su dueño y mi cuerpo reaccionara a su llamado divino*

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Ya es media noche y mi cuerpo me pide a gritos descansar, regreso del jardín, en el que minutos atrás tuve un pequeño encuentro con el idiota de Emilio; el que sepa que no está comprometido no hace más fácil mi acercamiento con él.

Es como si el controlase mi cuerpo, sus ojos recorriendo mi cuerpo sin pudor logra enviar una corriente eléctrica, que contrae mis músculos y me hace flaquear; por más que trato de apartarlo simplemente no quiero, es una extraña atracción que va más allá de solo deseo carnal, una conexión que me ata a su cuerpo. Si la señora Marcos no hubiese importunado, hubiera perdido el control de mí, y probablemente yo habría ocupado un lugar más en la larga lista de Emilio Marcos.

Al llegar a la mesa donde me encontraba anteriormente, me percato de la usencia de mi castaña amiga y su bolso - probablemente fue al baño - tomo camino a la parte de afuera de la residencia, el aire comienza a helar así que esperare a Sam en el auto. Al llegar al lugar donde había aparcado nuestro transporte, soy consciente de dos cosas, lo primero es que Sam tenía las llaves del auto, le pedí que las llevase ella y la segunda, no está el maldito auto - ¿pero qué demonios?

Tardo un par de minutos en buscar el auto en vano, oh por dios ¿Samanta me dejo aquí?; rápidamente tomo mi teléfono y busco el contacto de mi castaña amiga. Nada, buzón directo - oh Sam si no estas muerta juro que yo mismo te matare - digo para mis adentros evidentemente enfadado. Intento un par de veces más, pero no hay respuesta, decido sentarme en una pequeña banca que se encuentra por el lugar, esperanzado a que Sam regrese.

Una voz se filtra por mis oídos, pero no cualquier voz, su voz, maldición porque todo me pasa a mí.

- ¿Esperando un acto divino? - su comentario, logra captar toda mi atención; no sé cómo logra irritarme con solo respirar

- Ay no, tu otra vez - me es inevitable decir aquello, pero al parecer el idiota lo disfruta

- Creo que, en este momento, podría se tu salvador - ja, ¿Tu? primero me tiro de un edificio

......

Bien lo admito, si acepte su ayuda pero que quede claro que solo lo hice porque me estaba muriendo de frio y no conocía esta zona de la cuidad. Mi vista reposaba en el paisaje que se apreciaba por el cristal del auto.

- Hermosa noche ¿no? - aquel comentario me tomo por sorpresa

- Si, las estrellas están brillando más que de costumbre - conteste cordialmente, soltando una pequeña sonrisa ante aquello

- Wow, eso fue una contestación cortes; ¿te sientes bien? - maldición no puede evitar ser un idiota por una vez

- No habría día que no seas un imbécil - ok fue una contestación grosera, pero en mi defensa su sarcasmo fue el culpable de mi reacción

- Y tu un niño berrinchudo - me esta colmado la paciencia, juro que si no se calla lo golpeare

- No so... - su chofer interrumpió mi protesta, anunciando que habíamos llegado a mi edificio

Emilio salió inmediatamente - a donde rayos va - antes de poder abrir la puerta, el antes mencionado es más rápido y abre la puerta del auto, yo solo lo miro y salgo del mercedes negro que me ha traído a casa. Y no paro ahí, me acompaño hasta la puerta de mi departamento, debo admitir que la incomodidad reino en el ascensor, aquellos minutos parecieron horas, al abrirse las puertas de este me cedió el paso primero. Sera un imbécil, pero debo reconocer que es un caballero.

🔥Sienteme🔥|| Emiliaco [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora