🔥Sienteme🔥|| Emiliaco [Terminada]

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Emilio
7:00 am, CDMX

*Es solo una mentira, te enamoraste de una mala impresión, no puedo confiar ni en mi propio reflejo, atrapado detrás de tus ojos fugaces, mi vida es un puto show y no puedo salir de el, ojala pudieras liberarme de mi mismo, pero no puedo decirte quien soy en verdad*  

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La mañana había comenzado, como cualquier día, me levante de la cama, mis pies se expusieron al frio piso de madera, comencé mi andar hasta el baño de la habitación, ingrese a este, me deshice de la única prenda que llevaba puesta, esta al instante se deslizo por la extensión de mis piernas, cayendo al suelo; una vez desnudo me adentre en el cubículo de cristal, dejando que mi piel se erizara con la lluvia artificial que ofrecía la regadera. 

Una vez culminada mi ducha, salí del cubículo, mientras que la toalla de baño era colocada por mis manos en mi cadera, nuevamente mis pies comenzaron su andar, devolviéndome a la habitación, una vez ahí, me dirigí a mi armario donde reposaban todos mis sacos, al igual que camisas y calzado. 

Elegí un traje color azul marino con textura cuadriculada, a juego con una camisa color blanco, desabotonada de los primeros dos botones, coloque zapatos negros para contrastar las texturas, y por ultimo coloque el reloj plateado en mi muñeca izquierda. Loción es el ultimo toque que recibe mi cuello. 

Al terminar de vestirme, salgo de la habitación, pasando por el corredor que me lleva directamente a las escaleras, bajo por estas y a los pocos minutos ya me encuentro en el comedor principal del apartamento, en el comedor ya se encuentra una taza con café en ella, fruta picada, entre ellas kiwi, manzana y fresas, pan tostado y jalea de moras azules, tomo asiento mientras le regalo un saludo cortes a la señora Ross. Son las nueve de la mañana, a un tengo tiempo suficiente para llegar a la compañía.

......

En cuanto termine de degustar los alimentos que preparo la señora Ross, salí del apartamento, pasando por el corredor hasta llegar al ascensor, subí a este y a los pocos minutos ya me encontraba en la acera, Hugo al instante abrió la  puerta del Mercedes, permitiéndome ingresar al asiento trasero, Hugo encendió el auto, haciendo rugir el motor del auto, bastaron solo un par de minutos para que se colora en las calles de la Cuidad de México, atrás de nosotros siempre se encontraban Tobías y Sebastián, mis guardaespaldas. 

El sonido de mi celular anunciando una llamada nueva, me hace despegar mi vista de la ventana del auto, es Romina. 

- ¿Cuál es el problema? - pregunto en cuanto atiendo la llamada 

R: ¿Vendrás? - pregunta con cierta esperanza en sus palabras

- No - contesto sin pensármelo mucho, a lo cual mi pelirroja hermana suelta un suspiro ruidoso 

R: Emilio no puedes hacerle esto a mama - por dios no otra vez la cantaleta de cada año, obligo a mi cuerpo a mantener el control

- No le estoy haciendo nada a mama Romina, yo no tengo ninguna razón para presentarme esta noche - hago una pausa momentánea - Ya tengo planes para esta noche y no pienso cancelarlos - finalizo 

R: Bien, de acuerdo, pero si cambias de parecer estaremos en casa de mama - suspira - puedes traerle -  termina de hablar la mujer que tengo por hermana 

- Bien, Ciao (Adiós) - pronuncio 

R: Te veo luego hermano - finalizo la llamada, un gran suspiro se escabulle de mis labios 

A los pocos minutos de haber terminado mi conversación telefónica con Romina, el auto se aparca frente a la puerta de la compañía, bajo del auto, la suela de mis zapatos pisa la acera de la calle, me adentro al edificio de la compañía, cruzo el umbral, llegando hasta la puerta de mi oficina, entro de lleno al amplio espacio, rodeo mi escritorio hasta llegar a la silla giratoria frente al escritorio.