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Joaquín
5:30 pm, CDMX

*Las caricias pueden dañar o sanar, todo depende del portador que las obsequie*

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Me encontraba tranquilamente navegando por mi red social adictiva llamada Instagram, mientras que mi cuerpo descansaba en una firme trabe de mármol refinado que adornaba el interior de aquel vestíbulo. Sam me pidió pasar por ella ya que su auto ha sido llevado al mecánico, me encontraba cerca de la zona, por tal razón en menos de veinte minutos ya me encontraba en el lugar mencionado por mi amiga minutos antes.

Una voz gruesa me hizo saltar abruptamente, tanto que mi pobre celular sufrió las consecuencias de aquel acto. Al percatarme de la presencia frente a mí, algo dentro de mí se encendió inundando mi cuerpo de un calor abrumador - Maldita sea - en verdad pienso que este hombre detecta mi presencia a la menor provocación. El verle me hace rabiar sobrenaturalmente, por más que quisiese contestarle cortésmente me es imposible, es como si una fuerza me obligase a perder los estribos con él.

- ¿Estás loco acaso? - obligo a mi cuerpo a moverse para poder tomar de nuevo mi teléfono

- Uy eso se ve muy mal - no me digas imbécil - mi mente grita internamente esto, pero mi garganta toma más prudencia saliendo de ella algo menos obsceno

-Vaya, que buen observador eres - incontrolablemente una sonrisa falsa adorna mi rostro, probablemente la más falsa que jamás he dado

-No es mi culpa que seas tan torpe - wow ¿en verdad espeto aquello?, esto simplemente me enojo en un dos por tres

- ¿Ahora es mi culpa? - su estúpida expresión no me dice absolutamente nada, genial como sabré que piensa

-Tú lo tiraste no fue mi culpa - alza sus tonificados hombros en señal de desinterés respecto al tema

-Porque me espantaste idiota - esto sale como vomito verbal, una maldita risa es lo que recibo del idiota atractivo frente a mí, haciéndome rabiar; preguntando rápidamente - ¿Cuál es la gracia? - obviamente yo no le vi nada de divertido a lo que dije

- Tu - pero que rayos, acaso soy comediante para causarle gracia, estoy a dos de salirme de mis casillas

- ¿Pues que soy tu payaso o qué? - articulo aquello, en un vago intento de parar aquella conversación

-Mmmm Podemos negociar - pero qué clase de persona cree que soy este idiota, oh no, no me conoce

-Imbécil - me es imposible controlar mis palabras en estas circunstancias

- Oh vamos cenemos y negociamos los términos - pero que se cree este tipo

-No seré tu puta de una noche - maldito cínico, en este preciso momento quiero matarlo, pero soy demasiado joven para ir a prisión

- Y quien dijo que serias mi puta - dice esto de lo más despreocupado, acercándose de nuevo a mi anatomía, mi cuerpo responde congelándose por completo - no me digas que no disfrutaste del beso de la noche anterior - dios por que tenía que mencionarlo

- N....no - mierda Joaquín, deja de tartamudear, puedo ver en su mirada que no me ha creído y claro quien lo haría después de mi pequeña dificultad de habla

- Tu cuerpo no dice eso bonito - los recuerdos de aquella noche llegan como ráfaga de viento en mi memoria, nuestros cuerpos han sobre pasado la linea de distancia

- Claro que no - agarro todo el valor que me queda aún para poder decir esto sin complicaciones expresivas

- ¿Entonces por qué tus ojos me dicen lo contrario? - dice esto rozando ligeramente mi labio inferior, ese simple acto me hace querer besarlo de una maldita vez, quiero ser dominado por su majestuosa boca una vez más.

A punto de lograr mi cometido, un carraspeo proveniente de cualquier parte del edificio, revienta mi pequeña burbuja en la que aquel hombre hermoso me envolvió con anterioridad. Cayendo en cuenta que nos encontrábamos a plena vista de todo trabajador ahí, mi mirada se desvía de aquellos orbes color avellana, enfocándose en los iris color gris poseídos por mi castaña amiga. Sam.

Emilio se percata de la situación, regalándome una sonrisa llena de picardía, acompañada por supuesto de un guiñado de ojo haciéndolo lucir aún más sexy de lo que ya es este hombre. Una mirada acusadora es lo único que me regala mi castaña amiga, a lo cual respondo con una mueca de vergüenza. Al salir de aquel lugar acompañado de Sam, subimos al auto el cual se queda en silencio unos escasos minutos, se perfectamente que Sam muere por bombardearme con miles de preguntas, así que soy el valiente que rompe el silencio que se ha mantenido en el auto.

-¿Que quiere saber Sam? - un suspiro de rendición se cuela por mi garganta abriéndose paso en mi boca, sintiendo las vibraciones del acto

Sam: ¿Desde cuándo le conoces? - se voltea quedando a mi vista, en espera de una respuesta

- Un par de semanas, no lo conozco mucho solo hemos coincidido algunas veces y .... - me quedo callado al recordar el suceso en el club

Sam: ¿Y?, Dios joaco dime qué no te acostaste con el - mis ojos se voltean a mi castaña amiga, ganado se un bufido de mi parte

- ¿Que?, No nada de eso solo fue un beso - siento el calor recorre mi piel, hasta acoplarse a mis mejillas

Sam: Demonios pensé que había pasado algo más - permanezco callado, dejando que Sam tome de nuevo la palabra

- ¿Qué hacía el ahí? - hasta ese momento fui consiente se aquello, tal vez tuvo una reunión con el jefe de Sam o yo que se, cosa de empresarios

Sam: ¿Cómo que, que hacía el ahí? - los ojos de Sam se despegan de la ventana enfocándose en mi rostro, mientras el suyo es poseedor de confusión pura

- Pues sí, supongo hablo con tu jefe ¿no? - la nueva de confusión se convierte en una de diversión, maldición ¿acaso es chistoso lo que digo?

Sam: Joa él estaba ahí, por qué él es mi jefe - el auto es invadido por la risa ensordecedora de Sam, mientras yo freno abruptamente, provocando que Sam se estampe contra el parabrisas - Joaquín que te pasa maldito loco

- ¿O sea que él es el imbécil de tu jefe? - ignoro el quejido de mi amiga por el freno abrupto

Sam: Pues sí, ni modo que Santa Claus o ¿sí? - dice esto con sarcasmo ganándose una mirada matadora por mi parte

- Que pinche graciosa me saliste - Sam simplemente alza los hombros y me regala una sonrisa inocente

Sam: Ni creas que te has salvado aun Joaquín, todavía me debes la historia completa - simplemente asiento, resignándome a la idea de poder escapar del país para librarme de la investigación de Sam, tal vez exagere, pero Sam puede ser una investigadora profesional si se lo propone abecés da miedo.

Llegamos a mi departamento, para poder acabar con esta tortura de una vez por todas.

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Sam

Admito que el ver a tu jefe a escasos centímetros del rostro de tu mejor amigo te saca de orbita al instante, sobre todo si tú no sabias nada al respecto. Al retirarse Emilio de la compañía, a los segundos Joaquín y Yo imitamos la acción de mi jefe.

Después de una larga platica con Joaquín, respecto al tema, decido irme a la cama. He decidido quedarme en casa de Joaco. 

Al exponer mi cuerpo al calor de las mantas que cubren la acolchonada y tersa cama, mis músculos se relajan, mis ojos se cierran y mi mente se da un paseo por aquella cafetería, específicamente en la chica sentada en el rincón del establecimiento junto al ventanal que da a la calle del Downtown; tan concentrada en lo que sea que se encontraba leyendo con tanto interés en los documentos desparramados por la mesa rustica de madera. Dios que bella y sensual extraña.

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Interesanding ... jaja bueno criaturas ya tiene una idea de quien podría ser? Nos leemos pronto bay ✌✌

-Nat 🌹

🔥Sienteme🔥|| Emiliaco [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora