34: Pregúntale

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- ¡Orlando! ¡Ya vine! - camine hacia la habitación pero al cruzar la puerta me lleva la sorpresa de que un chico estaba con "mi prometido" abrí los ojos, jugaré un poco - ¿Quién es el?

- Es un amigo, Dani.

- Si claro y yo soy idiota. Los amigos no se acarician las piernas ni están tan cerca del otro.

Or abrió su boca en una "O" el chico se sonrojo.

- Los amigos con derechos si.

Solté una carcajada tremenda, cuando volví la mirada a ellos el chico se había levantado y Or estaba tapando su cara con sus manos.

- Miren si van a coger que no sea aquí - camine ala cocina

- ¿No estas molesta? - la voz del desconocido habló

- Creí que ese hombre te había contado. Pregúntale.

El chico regresó a la habitación era obvio a lo que iba. Después de unos 20 minutos los dos salieron con unas caras mega largas ¿Qué fue lo que le dijo? Los mire caminar desde que salieron asta que desaparecieron de mi vista.

- ¿Todo esta bien? - asintió

- Qué bueno que llegas Calle, quiero comentarte algo.

- Primero debo contarte algo - fruncio el ceño - Me acosté con Garzón.

- ¡Te lo dije Daniela! ¡Sabía que me serías infiel! - se levantó de su asiento, exagerando. De repente se puso serio - lamentó desilusiónarte pero debes parar lo que sea que tengas con María José ¿No entiendes que estamos amarrados al otro? Además Garzón no tiene muy buena reputación que digamos.

- Entiendo todo, Or pero lo último no explícame.

- Antes de que nos conociéramos fui con mi padre hacer unas cosas a Colombia, ahí tengo unos amigos los cuales me llevaron a varios bares en ellos se corría el rumor de que ella iba, se besaba con hombres, mujeres perros, gato bueno con todos. Lo raro Es que según no se acostó con nadie.

- Eso es... sorprendente. Ella nunca fue de ir a lugares así, ahora entiendo el porque es tan buena con el alcohol.

- Mira te quiero mucho y lo sabes Calle por eso quiero que te alejes de ella, no podrás estar con Majo ni hoy ni nunca, ni yo con Christian. No quiero verte deprimida, lo que te estoy diciendo es exactamente lo mismo que yo hice hace un rato con el, lo separe de mi por su bien y por el mío.

- No tengo otra opción ¿Verdad? - negó - Lo are hoy mismo, tienes mucha razón así yo la ame no debo ser egoísta y amarrarla a mi, la dejaré libre - un nudo en la garganta se me formó

- Es lo mejor Dani.

- Iré de una ves, no quiero arrepentirme después.

- Una copa para tomar valor - corrió ala cocina y abrió un cajón del cual sacó un vino después tomó dos copas - No es muy fuerte pero irse mejor.

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Me encontraba a unas calles de su casa, estaba sentaba en una banca tratando de encontrar las palabras correctas para decir que esto debe parar, en realidad ya tenía todo planeado sólo no tenía el valor para ir a decirle todas esas cosas, no a ella. No podía lastimarla pero sino le digo le are un daño aún más peor. Con ese pensamiento me levanté y camine a paso rápido a su casa.

Cuando por fin llegue me paré en frente de su puerta y respire profundo antes de tocar. Ella abrió como siempre deslumbrante, apenas vi su cara mi mente se bloqueó y no pude decir nada.

-° ¿Calle? - Movió su mano en frente de mi cara - ¿Eres un zombie?

- No soy un zombie, Poché.

-° Es que estabas perdida en no se donde, tu alma no estaba aquí pero tu cuerpo si, eso es un zombie.

Rodé los ojos según yo molesta - ¿Me dejaras entrar o no?

-° Ay perdón - abrió su puerta por completo

Apenas cerró comencé hablar.

- Debemos parar con esto.

-° ¿Qué? ¿Por que?

- No puedo estar contigo, no quiero lastimarte.

-° No lo haces ¿Por qué quieres irte si ya estamos bien?

- Yo soy el problema. Estoy comprometida, mi padre me obliga a esto y también te odia ¿Qué puedo hacer contra el? ¡Nada Poché!

-° ¡No puedes dejarme Daniela! Are lo que sea para que ambos estén libres.

- No aras nada, Or dejó ir al amor de su vida y ahora me toca hacerlo también.

-° Si vas a irte no vuelvas nunca más - habló fría - Pero quiero tenerte un día para mi, un último día. Necesito escucharte decir que me amas, necesito escucharte reír, necesito ver tu sonrisa - se comenzó acercar - necesito sentirte, necesito escucharte gemir - Me abrazo, estaba avergonzada. Mi mente procesaba todo, yo igual lo necesitaba, quería todo lo que dijo. No me tarde ni dos segundo en corresponder a su abrazo.

- Yo también lo necesito - Me separe un poco - mañana vendré para estar todo el maldito día contigo mi Poch.

-° Te juro que no te arrepentirás, Calle.

- Lo se, Poché, lo se muy bien. Ahora abrazame de nuevo, no te quiero soltar.

Me sonrió y enrollo de nuevo sus brazos el rededor mi cintura ocultando su cara el mi cuello, metí mis dedos entre su cabello, disfrutando de su suavidad. De repente sentí sus carnosos labios dejando besos en el lado derecho de mi cuello, cerré los ojos por la agradable sensación y pequeños suspiros salieron de mi boca.

-° ¿Calle?

- ¿Qué... que pasa?

-° A mi también me gustan los besitos en el cuello.

- ¿Quieres que te de unos? - asintió. Separe su cabeza de mi y la lleve al sillón donde la senté y después me senté en sus piernas, de inmediato lleve mis labios a su cuello, ella se estremeció, soltando unos suspiros puso sus manos al rededor de mi cadera la cual apretó un poco. Esto se pondrá interesante.

¿Quieren que les narre el smut?

ÚnicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora