43: galletas de dinosaurios

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Desde que tuve la pesadilla no me despegue de ella asta que Mari me llamo diciendo que sebas estaba aquí, me asuste un poco no sabía lo que podría pasar.

- Buenas tardes y perdón la tardanza.

- Tranquilo, ven siéntate - caminamos a mi escritorio y nos sentamos, el estiró su currículum hacia mi.

- Tome, supongo que lo quiere ver.

- Si y háblame de tu por favor - Asintió, le quite la mirada y revise sus papeles. Me decepcione al ver que no tiene la experiencia que necesita pero como dije anteriormente no tengo tiempo de buscar a alguien más, suspire y seguí mirando pero no tenía caso - No tienes suficiente experiencia pero aún así te daré el trabajo, Mari, mi secretaria, te ayudará a saber lo que necesites.

- Dios, gracias muchas gracias señorita Calle.

- Sólo dime Calle y no es nada, desde mañana comienzas.

Me sonrió feliz - Claro como digas Calle, nos vemos mañana - dio vuelta y se dirigió ala puerta - esta luego señorita Garzón.

-° Adiós sebas.

Pase mis manos por la cara y me levanté para ir a donde Poché, Ella jugaba con el botón de su pantalón.

-° Te dije que no pasaría nada bebé - dijo sin mirarme

- Tenías razón.

-° Sip - hizo que me sentará en sus piernas - Estaba pensando en que deberíamos irnos de viaje ¿Qué dices?

- Es buena idea, de echo yo te iba a decir lo mismo.

-° ¡Genial! Estaba pensando en ir a Cancún, dicen que es espectacular y yo quiero comprobarlo.

- Pero... bueno si, sería increíble ir a México, hace mucho no voy.

-° Pues empacamos y nos vamos - se levantó tomando mi mano jalandome a la puerta

- Espera aún ni tenemos los boletos de avión.

-° Ya los tengo, es que se supone que era una sorpresa pero no podía hacer una de un día para otro - hizo un puchero, sonreí boba y me acerqué abrazarla.

- Eres hermosa. Vamos a prepararnos para irnos de viaje.

-° ¡Yupi!

Tomo mi mano y salimos corriendo de mi oficina, le sonreía a pesar de las miradas que nos daban, esto llegará a los odios de mi padre pero eso ya no me importa estoy decidida a no soltar nunca más a Poché.

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Metí la última prenda y cerré mi maleta, suspire cansada y voltee a ver a Poché, Estaba tirada en el suelo con sólo una playera gigantesca su ropa estaba regada por todos lados y ella sólo miraba y jugaba con sus pies.

- ¿Poché? - levantó su mirada para verme - Apresurate o no te daré galletas de dinosaurios. - Agarró su ropa y la aventó así como estaba - No pero lindo - dejó de mirarme - Galleta de dinosaurios ¡Si! - cante. Fui a la cocina por dos galletas, bueno tome tres, dos para mi y una para Poch. Camine de nuevo hacia donde ella y mire si ya se había apurado pero no, seguía en la misma posición. - No amor, este no era el trato.

-° Lo hago si me das mi galleta - lo pensé un momento y después le entre la galleta

- Lo aras María José.

Asintió y se puso a doblar su ropa por fin, la mire un rato para después irme a la cama ya es tarde y esa mujer no se apresura hora actual 11:14 p.m

ÚnicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora