Capitulo 48

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Pocos días después – A metros de distancia del estudio de tatuajes de Alex

— ¿PUEDES APURARTE CASTAÑA CUL...—la bebé en sus brazos la detuvo—TRASERO GRANDE SANDOVAL?—Soledad había sido la primera en abandonar su lindo auto para ir a la tienda de tatuajes. Sacó a su sobrina del coche de seguridad del asiento de atrás y empezó a caminar pero se tuvo que volver cuando fue a decirle un comentario gracioso a su socia acerca de las horrendas calzas que estaba usando una mujer que justo cruzaba la calle enfrente de ella y se dio cuenta que caminaba sola. Caminó con furia y con Maia tambaleándose en sus brazos hasta el auto nuevamente, para encontrarse con Lucía revisándose en el espejo por decimonovena vez en lo que iba del pequeño trayecto que habían recorrido desde la oficina hasta la tienda de tatuajes.

— Dame un segundo—pidió Lucía sacando el maquillaje de su bolso para darse un retoque.

Soledad suspiró y apoyó su frente en la ventanilla de Lucía para luego besar la cabeza de Maia. La pequeña chupaba ansiosa su sonajero sin importarle cuanto se demoraba su madre. Soledad pensaba quedarse calmada y tener paciencia hasta que vio como su socia sacaba el peine de su bolso—Lucía... Por el amor de Dios.... Por vigésima vez, te ves todo lo hermosa que alguien tan cul... de trasero grande como tú puede verse. El freak va a estar babeando por ti aunque uses una bolsa de papas y te maquilles como una pu... como una mujer de la calle, que por cierto es lo que pareces ahora...—de un manotazo le sacó el rímel de las manos a su amiga

— ¡OYE!—a Lucía no le gustó para nada—Soledad Bernal devuélveme eso ya mismo—nadie le sacaba nada de las manos a Lucía Sandoval. Bueno eso era antes, porque ahora estaba segura de que si tuviera el libro de todas las respuestas de la vida en sus manos y alguna de sus tres hijas o Alex se lo sacaran de un manotazo a ella no le importaría. La risa de Maia hizo que su ceño fruncido desapareciera en menos de dos milésimas de segundos.

Soledad no hizo más que reírse mientras miraba la falsa amenaza de su amiga—Por Dios Lu, desde que eres madre y estás enamorada del portador de terrible martillo has perdido toda tu maldad—la morena se reía pero en realidad estaba muy orgullosa de su amiga. Soledad alzó a Maia para enfrentarla—¿No es cierto pequeña culoncita? ¿No es cierto que desde que tu mamá está loquita por el rarón de tu papá está hecha una blandita?—la voz de la morena era lo más ridículo del mundo y ni hablar de la cara de babosa que ponía Soledad cuando Maia le soltaba un millón de balbuceos por segundo.

Lucía solo giró los ojos y volvió a recuperar de un manotazo lo que le habían sacado aprovechando que su hija mantenía distraída a su socia—Mira quién habla, señorita tengo que salir corriendo de una reunión de negocios porque Mariana quiere un picnic improvisado en el parque o empiecen la fiesta sin mi porque mi hija quiere que cocinemos juntas—era el turno de Lucía de reír y de Soledad de girar los ojos. Si había una competencia de dominadas claramente Lucía y Soledad eran ganadoras.

— Como sea—le restó importancia y volvió a posicionar a su sobrina sobre sus caderas—¿Nos podemos ir ya? Quiero ver a mis otras sobrinas—sentenció apoyándose en el auto y dándole la espalda a Lucía

— Dime como me veo. Y dime la verdad porque necesito que Alex me vea y se me eche encima, así que respira y dime que me veo deseable—nuevamente se miraba en el espejo al mismo tiempo que se acomodaba el cabello para después acomodarse el escote de su ajustado vestido azul marino.

Soledad suspiró y miró a su sobrina que la estaba mirando a ella como diciendo "No me dejes en las manos de esta loca". Un nuevo suspiro de la morena le dio el impulso que necesitaba para caminar hasta el lado del conductor y abrir la puerta para sentarse.

— Lucía...

— ¿Me veo terrible cierto? Mejor llévame al departamento y me cambio el vestido por uno más escotado... estoy segura que con un vistazo a este cuerpo puedo convencer a Alex para que no se vaya a Londres y...—la castaña atinó a abrir la puerta para cambiar de lado con la morena pero Soledad se apuró y la agarró del brazo

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora