Capitulo 4

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— Nada de cosas raras bajo mis narices Barrios—subió el puño y golpeó sin prudencia. Nada escapa del control Sandoval.

Después de los golpes en la puerta, la castaña volvió a apoyar su oreja en la pared y esta vez sí escuchó ruidos. Eran ruidos de movimientos, una silla que se corría tal vez, también captó uno que otro paso. Por fin iba a volver a ver al ojiverde.

Escuchó varios pasos y estaba lista para ver abrir la puerta, hasta que un estruendo en la sala la hizo cambiar su atención—¡ERES UN IDIOTA!—Un hombre con la boca rota desde el piso le gritaba a otro—MIRA LO QUE HICISTE—la vasija que había alojado velas flotantes se había convertido en pequeños pedacitos de vidrio que estaban desparramados por el piso de la sala. Vaya saber a dónde habrán ido a parar las velas. El tipo que estaba en el piso se levantó y agarró a otro por el cuello de su camisa, estaba listo para romperle la cara de un golpe.

— Mhmm—una carraspera lo detuvo e hizo que ambos hombres y todo el círculo de personas que observaban divertidos la pelea, fijaran su mirada en la persona que tenían enfrente. Parada en la entrada del pasillo estaba Lucía Sandoval cruzada de brazos y con un gesto inmutable.

— Lucía....digo... Señorita Sandoval... Lo siento mucho—el primero de los hombres que lanzó el golpe se agachó y empezó a recoger los pedazos de cristal.

— Deja eso—ordenó Lucía haciendo que el hombre detuviera su intento. La castaña sabía que Soledad ya debía estar en su cuarto entre las piernas de alguna mujer, así que era el momento perfecto para terminar con esa fiesta— De más está decir que quiero que mi departamento quede vacío en menos de un minuto ¿Cierto?—no hubo respuestas verbales, directamente cada persona fue tomando sus pertenencias y saliendo por donde habían entrado—Y Paul—esta vez sí se dirigió al chico golpeador, quien a su vez se frenó y volteó a verla—No aparezcas por la oficina el lunes, ni ningún otro día – ordenó. Ups, Alguien se había quedado sin empleo.

La castaña sintió una puerta cerrarse y volteó rápidamente a la habitación donde estaba Alex, evidentemente el pelinegro había contestado a su llamado pero al no ver a nadie volvió a cerrar. — Carajo—se quejó Lucía con todas las intenciones de volver a esa puerta y golpear nuevamente. Alguien frenó su intento agarrándola del brazo.

— Lucía—la llamó

— ¿Qué quieres Martínez?—la castaña se sacó la mano del chico de su brazo

— ¿Yo también me tengo que ir?—preguntó tratando de sonar seductor

La empresaria miró a Iván, luego volvió a mirar la puerta de Alex, volvió a Iván, volvió a la puerta y finalmente suspiró—Espérame en mi habitación—le dijo al chico finalmente.

Con una sonrisa de superioridad el chico contestó—De acuerdo. Pero no me hagas esperar tanto, no creo poder aguantar mucho tiempo—esto último lo dijo mientras caminaba hacia el cuarto sacándose su cinturón.

— Genial—se dijo Lucía para sí misma—Al menos se va a pasar rápido—caminó despacio hasta la puerta de Alex por segunda vez en la noche. Levantó su puño cerrado para golpear...

— ¡LUCÍA! SI NO VIENES EMPIEZO SIN TI—fue el grito de Iván que la frenó

— Estúpido Martínez—se quejó volviendo a su propia habitación. El plan confrontar a Alex Barrios quedaba para después— ¿Ya empezaste?—La cara de Iván lo decía todo, su mano había estado trabajando.

— Me vas a tener que dar un tiempo para recuperar Lu—respondió el chico acomodándose en la almohada.

— Idiota—fue lo último que dijo Lucía antes de apagar la luz. Mañana será otro día.

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora