Capitulo 5

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Hora más tarde

Las tres chicas iban en un taxi de camino a encontrarse con Damián en la puerta del estudio de tatuajes.

— No entiendo porque nos tuvimos que tomar un taxi. No te bastó con hacerme mudar a ese nido de ratas donde no puedo pegar un ojo porque si me duermo, estoy segura de que el freak es capaz de secuestrarme para sacarme la piel y hacerse un tapado—protestó la morena nuevamente. Desde que Lucía le había arrebatado de un manotazo las llaves de su auto, la cara de Sol no había cambiado. Se subió al taxi, se cruzó de brazos y se encargó de actualizar sus protestas a cada rato—¿Qué tienes contra mi Lucía? ¿Por qué no dejas que use mi hermoso coche?— presionó.

Lucía no quería volver a contestar la misma pregunta, no quería que Soledad la sacara por tercera vez de sus pensamientos. Su mente estaba en el lugar que quería y no quería interrumpirla, Así que decidió ignorar a su amiga una vez más.

La empresaria no entendía su cuerpo, no entendía su mente, no entendía cómo se comportaba cuando Alex estaba frente a ella. Cuando el chico dormía, qué más hubiera querido Lucía que acostarse a su lado y mirarlo sin cansancio. Cuando despertó asustado por el exabrupto de Mariana, Lucía no pudo evitar querer tomarlo entre sus brazos y tenerlo seguro entre ellos hasta que el ojiverde se tranquilizara. ¿Pero cómo podía hacer eso si él apenas permitía que estuvieran a unos cuantos pasos de distancia? Se preguntó a sí misma. Pregunta que la hizo mirar a la otra castaña que tenía a su lado, Mariana. Mariana había visto lo mismo que ella, la bailarina también había presenciado la forma en que Alex llegó a temblar por el solo hecho tener las manos de Lucía en cada uno de sus brazos. Evidentemente al ojiverde lo ponía incómodo la presencia de otras personas a su alrededor, y ni hablar de que otra persona se acercara a él o intentara tocarlo. La misma Lucía alcanzó a ver como apenas ellas salían por la puerta del departamento, todo el cuerpo del chico se relajó, y si no hubiese sido porque en ese momento Soledad había empezado con sus chillidos, la castaña hubiera jurado que escuchó a Alex suspirar.

— Si yo hubiera manejado ya hubiéramos llegado ¿Sabes?—al parecer Sol no se callaba—si yo hubiera manejado MI COCHE, no tendríamos que ir todas apretujadas en este mugriento carcacho y...

— Hazme el favor de callarte Soledad—La morena lo había logrado, había logrado que Lucía saliera de sus pensamientos—¿Cuántas veces tengo que explicarte que por unos meses hay que tratar de pasar desapercibidas? ¡Contéstame Soledad! ¿Cuántas veces tengo que explicarte?—insistió irritada

La morena cruzó aún más sus brazos de ser posible—Si no me dejaste usar mi Porsche, al menos hubiéramos salido en tu Mercedes—alcanzó a murmurar

Gracias a Dios que el taxista frenó antes de que Lucía pudiera contestar. La castaña pudo divisar a un impaciente Damián en la vereda.

— Dijeron en una hora—les reclamó el chico apenas las tuvo de frente.

— Calma tu bombacha princesita, y no me mires así—lo frenó Sol—SiI hubiéramos usado mi...

— YA SABEMOS QUE SI HUBIERAMOS USADO TU COCHE HUBIÉRAMOS LLEGADO ANTES, PERO NO LO HICIMOS SOLEDAD. YA NOS TIENES CANSADAS CON TUS QUEJAS—para sorpresa de los otros tres, Mariana había perdido la paciencia que la caracteriza. Las idas y vueltas con la morena no la tenían bien. Después de la fiesta de despedida, se había prometido firmemente que no iba a dejar que Soledad hiciera y deshiciera cuando ella quisiera, se iba a poner firme en exigir de la morena mucho más de las migajas que recibía. Pero después la estúpida de Soledad la tuvo que seguir a su cuarto y bastó con que le susurrara dos o tres cosas lindas para que Mariana dejara que Sol la pusiera contra la pared y la hiciera gritar rápidamente su nombre. Las convicciones de la bailarina se habían ido a la mierda junto con la ropa interior de la misma.

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora