𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)

Capitulo 30

Lucía frunció el ceño—¿No puedo decir que no?—preguntó tratando de pensar cuál era el engaño.

— No—sentenció el ojiverde—Tu prenda es... es contestar sólo que sí—repitió tomando aire, ahora solo faltaba arrodillarse.

El cuerpo del tatuador empezó a bajar...

— ¡QUE LOS CUMPLA FELIZ! ¡QUE LOS CUMPLA FELIZ!—Alex se incorporó rápidamente volviendo a apretar la cajita entre sus manos. Apenas se reincorporó del todo vio a Soledad y Mariana entrar con una enorme torta entres sus manos. Cerca de ellas estaban Daniel y James. Las velas del pastel estaban prendidas y detrás de ellos venían todos los amigos de Lucía que estaban aquella vez en el departamento más un montón de gente que el pelinegro no conocía—¡QUE LOS CUMPLAS QUERIDA LUCÍA! ¡QUE LOS CUMPLA FELIZ!—el ojiverde se hizo para atrás de inmediato dando lugar a que Soledad y la bailarina se acercaran para que Lucía soplara las velas.

La castaña tenía una sensación rara, sus ojos iban entre Alex y sus amigos—¿Tú sabías de esto?—le preguntó al chico agarrando su mano. Alex negó rápidamente, esto no le gustaba nada pero si su novia estaba feliz no había nada que hacer.

— ¡Es una sorpresa! ¡Sopla ya castaña culona, que me estoy cansando de tener este estúpido pastel!—por la música ninguna de las tres chicas alcanzó a escuchar a Alex murmurar lo perfecto que era el trasero de Lucía—Yam llamó a Mariana para pedirle tu teléfono y de paso nos contó de la reserva del freak en este lugar—dijo la morena mirando de costado a Alex—Tan solo un llamado y organicé todo ¿Soledad Bernal puede o no con todo?—Soledad se sentía orgullosa mientras que Alex estaba planeando una forma de comunicarse con su empleada para despedirla.

— ¡Pide tres deseos Lu!—la animó Mariana para que soplara las velas.

Lucía sonrió y tomó aire para apagar las veinte y cinco velitas. Todo el mundo en la sala aplaudió y Alex tuvo que soltar a su novia para que pudiera recibir los saludos de toda la gente que quería felicitarla.

Poco le molestaba todo eso mientras la sonrisa de la empresaria seguía en su lugar, el problema llegó cuando Alex vio al estúpido chico de peinado raro acercarse con su sonrisa seductora y caminando como si se llevara todas las miradas del lugar. Alex detestaba a ese chico más que a ninguno, bueno su amiga tampoco le caía bien—Esa era Tatiana—pero al menos no se trataba de comer a Lucía cada vez que la veía

— ¡Lucía!—la saludó Iván abriendo sus brazos para abrazar a la castaña—Que bueno verte y encima en tanto detalle—los ojos del chico se fueron hacia el escote de la empresaria y Alex tuvo que obligarse a clavar sus pies en el piso.

El ojiverde odió que la sonrisa de Lucía siguiera allí aunque estuviera el chico y le dijera cosas que Alex no aprobaba—¡Iván!—la pelirroja le correspondió el saludo y se dejó abrazar por el muchacho. Alex pudo ver que el chico quiso besar en la boca a Lucía pero ella lo esquivó con facilidad y le puso la mejilla. El chico se dio cuenta y rió con una carcajada. Alex pensó que el chico veía bien. Era alto y tenía su físico marcado. Vestía con ropa cara y moderna y tanto su color de piel como su peinado combinaban a la perfección el look de chico malo que atraía a casi todas las mujeres. El tatuador veía a su novia interactuar con el muchacho y veía la pareja perfecta, él no le llegaba ni a los talones a Iván—¿Cómo estás Martínez?—la voz de Lucía lo sacó de sus pensamientos.

— Yo bien Lu, aunque no también como tú—le dijo mirando al ojiverde que estaba oculto detrás de Lucía.

La castaña tomó de la mano a su novio—Ya conoces a Alex ¿cierto?—le preguntó Lucía a su ex amante.

— Claro, he escuchado todo de él y cuando digo todo es TODO—el chico miró la entrepierna del tatuador con especial énfasis. Con Soledad la chismosa era imposible que nadie se enterara—¿Qué tal?—Iván le estiró el brazo al ojiverde y Alex no dudó en corresponder el apretón de manos con la mayor fuerza posible—¿Tú le has hablado de mi Lucía? ¿Le contaste de nuestros revolcones prohibidos?—Alex quería arrancarle la ceja que movía atrevidamente de un puñetazo.