𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)

Capitulo 31

Un mes después

Departamento de Lucía – Sábado a la noche

— ¿Entonces hoy no sales con James?—Mariana cuestionaba a Soledad mientras ambas llegaban al departamento con comida para cenar dispuestas a unirse a Lucía en una relajada velada de amigas.

Soledad agitó su cabeza y trató de calmar sus respiraciones cuando vio la enorme sonrisa de Mariana por su respuesta—Dijimos que hoy era noche de chicas ¿O no? Tengo ganas de estar con mis dos mejores amigas, charlar sobre moda, comer y ver películas—le aseguró—Además James está de viaje—mintió. James no estaba de viaje, pero la misma morena se había ocupado de que el chico entendiera que ahora Soledad estaba demasiado ocupada para cumplir con sus deberes de novia, ahora Soledad estaba trabajando en recomponer su relación con Mariana. Por supuesto que eso no era lo que Soledad le decía a su novio, las excusas que llegaban al oído del muchacho eran de diversa temática, desde dolores de cabeza hasta ciclos menstruales, el caso es que siempre algo se interponía en sus juntadas. Desde su enfrentamiento con Daniel se había prometido que ella no iba a ser nunca más la causa de las lágrimas de la bailarina y que, por el contrario, iba a trabajar duro para que la castaña alta se convirtiera en la misma felicidad andante que era antes de que Daniel apareciera. Pero para todo eso se tenía que sacar a su novio de encima, y de hecho lo hacía, pero con mentiras diferentes que se le estaban agotando por cada día que pasaba lejos del muchacho. Al principio pensó que se estaba metiendo en un lío terrible, James estaba prácticamente a un llamado de distancia de su madre, pero el primer viernes por la noche sintió a Mariana llegar a su dormitorio con la excusa de no poder dormir para después abrazarse a ella, pensó que todo valía la pena. Y esa noche no iba a ser una excepción, había esquivado la invitación de su novio para algún evento social poco interesante y si tenía suerte iba a poder tener a la bailarina acurrucada en sus brazos nuevamente como ya casi todas las noches que ambas que se quedaban mirando televisión, charlando o simplemente la gran vista que les ofrecía el ventanal del departamento.

— Me encanta ese plan Sol—le dijo Mariana sinceramente mientras dejaba un beso en la mejilla de la sonrojada morena

— ¿Tienes tu llave?—preguntó Soledad—Aún tenemos que sacar al idiota de Iván del departamento—el muchacho pasaba casi todos los fines de semana revoloteando alrededor de Lucía y tratando de que algunos de sus métodos de apareamiento, muy precarios si le preguntaban a Soledad, funcionaran.

Mariana alzó en su mano a la pequeña llavecita dorada que colgaba de un llavero enorme de pato que le había regalado Soledad en alguna ocasión y la puso en la cerradura para luego empujar la puerta—¡Lu! ¡Noche de chicas! ¡Trajimos comida! ¡Trajimos tu pref...—no alcanzaron a llegar a la sala que tuvieron que frenar ante la imagen de su amiga acostada en el sillón blanco con Iván encima de ella. Los dos tenían aún la ropa puesta, pero por las manos del chico parecía querer ir por mucho más.

Soledad se adelantó y enfrentó al muchacho—¿Qué demonios crees que haces?—preguntó

— ¿Qué piensas que estoy tratando de hacer Soledad?—contestó él parándose del sillón de muy mala gana

Soledad miró a una sonrojada Lucía que esquivaba las miradas de sus amigas mientras se alejaba del muchacho acomodándose la ropa—¿En serio Lu? ¿En serio? ¿Cuál es tu problema? ¿Piensas que vas a cambiar al freak por este estúpido? ¿De verdad?—indagó.

— ¡Oye! ¡Yo no soy...!—Iván quiso defenderse

— Vete Iván—ordenó Lucía

El chico la miró de inmediato—Pero Lu, tú y yo estábamos en medio de algo. Si recuerdo bien me llamaste solo para eso—la sonrisa de baboso del chico descompuso tanto a Soledad como a la bailarina.