— Pero qué demonios—la castaña empresaria se despertó en su propia cama, dentro de su cuarto y con su pijama puesto—¡BARRIOOOOS!
A los tropezones la castaña salió de su cama y con todo furia caminó hacia la sala—¿Quién se piensa que es? Si yo digo que duermo en ese sillón es que duer...
— Jajajajajaja—ecos de risa entraban por el pasillo, Lucía apuró aún más su paso—Jajajajaja—las risas se hacían cercanas
— ¿Qué están haciendo?—apenas entró en la sala vio a Mariana y Alex sentados en el sofá cama mirando antiguos dibujos animados. Al parecer era algo que los dos estaban disfrutando al máximo. Mientras la bailarina devoraba su desayuno, el ojiverde jugaba con unos de los tantos almohadones que tenía a su alrededor cubriéndolo.
Apenas escuchó la voz de la castaña Alex volteó a verla, por supuesto que vino el famoso mirar, torcer, entreabrir la boca y después las palabras—Yo... ella... el correcaminos—no sabía para donde señalar, si para Mariana, para el televisor o hacia él mismo. Gesticulaba sin encontrar la forma de explicarle a la castaña que estaba pasando
— Yo llegué y me puse a mirar la tele, Alex despertó después—explicó Mariana ayudando al chico
Alex asintió la versión de Mariana—Eso—agregó esta vez seguro
Lucía caminó hasta la cocina en busca de su café diario—Pues será mejor que te olvides de la televisión por el momento porque quiero hablar contigo, no te vas a escapar más de mi Barrios ¿Me oyes? Barrios...—insistía—¡Dios! ¿Por qué es tan difícil?—volvió a la sala en busca del ojiverde, no pensaba posponer la charla, lamentablemente no contaba con el correcaminos.
La castaña chocó su pie contra el piso indignada. ¿Por qué todo era más importante para el chico que ella? ¿Por qué Alex no se fijaba en ella como ahora estaba fijándose en como ese estúpido coyote es aplastado una vez más por una enorme roca? Esto se tenía que acabar de inmediato. Lucía caminó con paso firme rodeando el sillón y se puso enfrente del televisor, ambos televidentes torcieron sus cuerpos para poder mirar entre los agujero que Lucía dejaba libre, lo que le dio más rabia a la empresaria y después de un nuevo pisotón en el piso, se dio vuelta dándole la espalda a las otras y apagó el televisor
— ¡AUCH!—algo le había pegado en la cabeza y se dio cuenta que era un almohadón cuando el objeto cayó al lado de sus pies— ¿Quién fue?—aunque se dio vuelta con la idea de sacarle a tirones el culpable, lo supo de inmediato porque el ojiverde miraba a Mariana con el ceño fruncido y su cara se había puesto de la misma forma que la tenía segundos antes de irse contra Damián
— Fue Alejandro—Mariana señalaba injustamente al tatuador
El ojiverde miró el dedo acusador de Mariana y apenas se dio cuenta de que lo señalaba a él miró a Lucía y empezó a agitar su cabeza negando la acusación—No... yo... yo... no fui—lo negaba con énfasis
Lucía lo iba a calmar, pero le divirtió la idea de jugar un poco con él, después de todo, le había desobedecido—¿Alex? Explícame porque me tiraste un almohadón—le exigió levantando su ceja.
Alex seguía agitando su cabeza, hasta que la ceja levantada de Lucía lo frenó. El pelinegro enfocó su mirada en esa parte del cuerpo de la castaña—¿Cómo haces eso?—le preguntó sin suprimir una sonrisa.
La cara de Lucía se relajó y cambió su estado
— No, no, no—Lucía no entendía a que se negaba Alex—Hazlo de nuevo—pidió poniéndose de rodillas en la cama.
— ¿Qué quieres que haga?—nunca fue tan difícil entender a alguien
— Eso, que haces con tu ceja—le dijo señalando
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𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)
FanficESTA NO ES MI HISTORIA, ES UNA ADAPTACIÓN CRÉDITOS A SU MARAVILLOSA AUTORA Lucía, una millonaria inversora llega a la ciudad de New York acompañada de su socia y mejores amigas con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a s...