Capitulo 10

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Al día siguiente – Oficina de Lucía

Soledad entraba a la oficina que estaba junto a la de ella para tratar de calmar a su amiga. Había pasado media hora tratando de concentrarse en su trabajo sin prestarle atención a los gritos de Lucía, pero hubo un momento que ya no los pudo aguantar y se levantó de su silla para ir a intervenir.

— ¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE ESTO PASA!—enfrente de la castaña habían unos siete empleados alineados con la cabeza agachada mientras Lucía caminaba delante de ellos. Soledad entró y apoyándose en el escritorio de la chica se decidió a mirar, le encantaba cuando Lucía perdía sus cabales—NO LO VOY A PERMITIR—la castaña caminó hasta el escritorio y agarró un montón de papeles—Estos son sus currículos—agarró uno al azar y lo leyó—Secretaria ejecutiva durante tres años en Waterhouse Cooper, manejo de tres idiomas, bla, bla, bla—lo tiró al piso y agarró otro—Licenciado en manager de negocios con un doctorado en Yale, etc—agarró todos los papeles y los cortó por el medio para después hacer una lluvia de papel con los mismos—¿TODO PARA QUE? ....ALGUNO CONTESTE... ¿Para qué Olivia?—ordenó parándose enfrente de su secretaria privada.

La mujer subió la cabeza y buscó ayuda en Soledad, se dio cuenta que no la iba a encontrar cuando vio la sonrisa malévola en el rostro de la chica—Señorita Sandoval... lo sentimos mu...

— La respuesta es...—volvía a su normal tranquilidad—Todo para que cuando su jefa se quiera tomar una aspirina y vaya a buscar agua para hacerlo y el dispensador esté vacío—contó el final de la cuestión

— No es mi cul...—uno de los chicos quiso hablar pero la mirada de Lucía se lo comió

— Retírense—les dijo dándose vueltas hacia su escritorio. Ninguno de los empleados dudó un segundo en seguir la orden

— ¡OYE TÚ!—Sol frenó a su propia secretaria, poco le importó que había caído en el reto de su socia—Emily...

— Es Emely—la corrigió la chica

Soledad giró los ojos—Emily ¿Qué te dije de la falda?—le preguntó haciendo que la joven mirara su vestimenta.

La chica se la desprendió y la subió unos cinco dedos por arriba de la rodilla—¿Así está bien?—preguntó ruborizada.

— Camina hasta la puerta como te dije y después lo charlamos en mi oficina—le dijo la morena despidiéndola. La mujer hizo caso y salió agitando bien su trasero como le había enseñado Soledad.

— No tienes remedio Soledad—la reprendió Lucía

Soledad esperó a que todos los empleados salieran para mirar a su amiga que ya estaba sentada en su trono y con una lapicera firmaba papeles—Oye Lu, no es que me moleste, porque tú sabes que cuando se trata de torturar gente, a mi me encanta, Pero ¿Qué demonios pasa contigo hoy? Nunca en mi vida te había visto perder los cabales tantas veces en un mismo día— agregó.

La castaña soltó la lapicera bruscamente para después agarrarse la cabeza y apoyar sus codos en el escritorio—Dime que tú estás tan preocupada como yo Sol. Son las seis de la tarde y aún no sabemos nada—soltó de repente.

La morena suspiró y caminó hasta el sillón que Lucía tenía en su oficina—¿Por el freak? Por supuesto que sí—le aseguró una vez sentada—Pero Lucía no podemos...

La castaña salió de su posición y se paró nerviosa para caminar por su amplia oficina—No me digas nada Sol, ¿Cómo carajo se nos ocurrió dejarlo ahí? Tendríamos que haber hecho algo. No apareció en toda la noche—le dijo

— Te vi durmiendo en su cama esta mañana cuando me levanté—parte era verdad y parte era mentira, era verdad que Soledad había visto a Lucía durmiendo en el sofá cama de Alex, pero lo había hecho cuando se levantó por quinta vez a ver si Alex había llegado.

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora