Capitulo 25

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— ¿Se puede saber por qué carajo tuve que pagar por cuatro cajas de pizza Lucía?—a Soledad le habían prometido una cena y eso era lo que quería y lo iba a defender hasta morir. Atacó a la castaña y a Alex apenas los vio salir de la cocina—¿Qué pasó con el aroma exquisito que salía de la cocina? ¿Qué pasó con los mariscos que vi que estabas usando? ¿QUÉ CARAJO PASÓ CON MI CENA?—les reprochó con mala cara.

Lucía giró los ojos mientras tiraba de la mano de Alex—Cálmate Sol, la comida se quemó, eso es todo—les informó.

— A mi dame una buena pizza con mucho queso y haces mi noche—opinó Daniel que aún seguía muy relajado en el sillón.

— Cállate idiota—el horno no estaba para bollos.

— Puedo... puedo...—el ojiverde se quería soltar de Lucía para volver a la cocina–Puedo intentar hacer algo con la comida que queda—dijo.

Lucía no aflojó su agarre sino que tiró más fuerte haciendo que Alex se acercara a ella—Tú no vas a cocinar nada. Soledad es una caprichosa que no entiende cuando se le dice que no—la cena no iba por buen lado.

— Cierra tu boca castaña idiota—dijo—Tú no tienes derecho a decirme malcriada a mi, cuando hace dos segundos llorabas porque el freak prefiere este buen par de tetas a tu enorme culo—lo acompañó con gestos.

— El trasero de Lucía es perfecto—Alex habló tensandose cuando el chico que estaba al lado de Soledad lo inspeccionó.

— Y tus tetas no están nada mal—opinó Daniel.

— ¿CUANDO VAS A CERRAR TU SUCIA BOCA ESTÚPIDO PELOS LOCOS?—le reprochó Soledad.

— No le hables así a Daniel—le advirtió Mariana.

Lucía estaba a punto de estallar, su cabeza no podía aguantar una discusión más entre estas tres personas, y de hecho hubiera salido a frenarlos con uno de sus gritos de alto si la cara de su novio no le hubiera llamado la atención. Con sus brazos en su espalda y balanceándose en sus talones miraba a Soledad con su cabeza torcida y su típica cara de idea—Alex...—Lucía quería saber que le llamaba la atención.

El ojiverde la miró rápidamente respondiendo al llamado—Perdón... Es que... es que...—Alex golpeó su frente con su palma reprochándose su actitud. Después de la "charla" en la cocina el tatuador se había prometido no dejar que Lucía se sintiera dejada de lado por él.

Lucía se acercó a él y sacó la mano de la frente del chico—No te pegues—acarició el sector y dejó un pequeño beso sobre él—Me gusta esa cara, tu cara de idea—confesó.

— ¿Mi ... mi... yo tengo una... mi cara de idea?—preguntó curioso y torciendo su cabeza.

Lucía sonrió—Sí, esa que pones cuando piensas en alguno de tus dibujos o tatuajes—le aclaró recibiendo una profunda mirada de su novio.

— ¿Cómo lo supiste?—Alex la examinó tratando de buscarle secuelas de algún súper poder—¿Tienes poderes?—le llegó a preguntar.

Lucía soltó una carcajada y se abrazó a él—El único poder que tengo es el de conquistar a guapos ojiverdes como tú que me derriten con cada una de sus caras—le dijo besando su cuello y soltando varios resoplidos para hacer reír a Alex.

El tatuador se escondió en el cuello de Lucía para aguantar su risa—No... no hagas eso—le pidió.

— Entonces dime que pensabas—amenazó con sus dedos en las costillas de él.

— Pensaba en el tatuaje... en el tuyo... En el de ustedes—confesó sobre su cuello y mientras con una de sus manos jugaba con el estómago de Lucía.

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora