Extra 1

1.3K 59 10
                                    

-2

Viernes en la mañana – Casa Barrios Sandoval

— ¡MAMAAAAAA!—Lucía estaba preparando un perfecto desayuno familiar justo cuando oyó el grito exageradamente aterrador por parte de sus hijas. Desde que Molly había empezado a utilizar el baño más seguido para sus reacciones naturales que todas las mañanas en casa eran iguales, o al menos lo eran las mañanas que eran escolares. La empresaria miró a una ya sentada en su pequeña sillita Daphne y suspiró justo cuando fuertes golpes de pies se sentían desde venir desde la escalera.

— No crezcas nunca cariño—la empresaria besó la pequeñita cabeza de su hija menor al mismo tiempo que Camila aparecía con Berenice agarrada en una de sus manos.

— No puedo hacerle las trenzas a Bere si no puedo entrar al baño a usar el espejo y si no tengo acceso a ningún cepillo o coleta o algo—se quejó la mayor de sus hijas. Berenice acompañaba el relato de su hermana con pucheros en su boca—Ni siquiera puedo arreglarme yo misma—suspiró la joven—Sabes que le tengo paciencia pero hay veces que me dan ganas de matarla...

Lucía admiró el control y la paciencia que Camila había adquirido aún en sus peores años de adolescencia—Cariño...

— MAMÁ—Amara, que sin lugar a dudas se había ganado hace rato el trono a la heredera suprema del carácter Sandoval, fue la tercera en irrumpir en el lugar. Larissa la seguía de cerca igual de ofuscada pero más tranquila. Lucía tuvo que aguantar la risa ante el desaliño que portaban todas sus hijas. Era una evidencia ante la clara falta de baños en la casa. La empresaria iba a tener que hablar con su esposo acerca de un futuro cambio de casa—Esto así no se puede—recriminó la niña de doce años volviendo a llamar la atención de su madre—Me pediste paciencia...

— NOS pediste paciencia—Maia se sumaba y sumaba su idiotez a la mañana

Amara miró a su hermana y asintió—Eso. Nos pediste paciencia, pero esto ya es demasiado, así no se puede. Es la número no sé cuanta vez que tenemos que hacer cola en el baño—protestó la melliza recibiendo el apoyo de su hermana

— Niñas...—Lucía entendía a la perfección a sus hijas

— No mamá—esta vez fue Maia la que tomó el mando—No nos pidas más paciencia ni mucho menos tranquilidad—a la empresaria le impresionó el nivel de enfado de Maia, si Amara era la archienemiga declarada de Molly, Maia era todo lo contrario—Hoy puse el despertador una hora antes para tratar... ¿Me oyes? Tratar de llegar al baño antes pero... pero...—la jovencita cerraba los ojos tratando de calmarse—PERO MOLLY YA ESTABA ALLÍ—no fue útil la técnica de yoga que su abuela Marlene le había enseñado—No es justo—terminó cruzándose de brazos enfadada.

— Además hace unos ruidos bien raros—Berenice era demasiado chica para entender

Camila miró a su madre con súplica. Algo había que hacer.

— De acuerdo—Lucía aceptó—Pueden usar el baño de mi habitación mientras yo... ¿Qué?—sus hijas se habían mirado entre si

— Papá está ocupando el otro—la personalidad de Larissa era totalmente distinta a la de su melliza, pero aún así no le impidió hablar aunque su cara se sonrojó de inmediato. Lucía acarició a su pequeña para animarla al mismo tiempo que giraba los ojos pensando en su esposo

— Hace muuucho tiempo que papá no sale del baño—aportó un dato importante Camila mirando fijamente a su madre—Me pregunto culpa de quién será eso—la enterada joven miró a su madre con gracia

Lucía apretó su nariz, no podía creer que Alex siguiera en el baño. Ella misma se había levantado y le había dedicado un considerable tiempo a la enorme carpa que su esposo había construido con las sábanas de la cama. No podía entender cómo el ojiverde podía seguir tan entusiasmado después de el sabroso despertar que tuvo por parte de la boca de Lucía—Dios mío...

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora