I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

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Lᴀ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀʀᴇ́﹐ ᴍᴀᴍᴀ́

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𝟷𝟿𝟼𝟼 (𝟷𝟾 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

    —¡Vamos, Benny! —gritaba Rose mientras corría por los pasillos de la casa.

El perro corría tras ella mientras ladraba en un volumen demasiado alto. Emma, que estaba en el sofá del salón intentando leer un periódico, gruñó de frustración y se quitó las gafas de lectura para girar la cabeza en dirección a la puerta. A través de ésta solo podía ver a Rose durante un segundo cada vez que la chica cruzaba de un lado a otro del pasillo intentando que el perro no la alcanzara.

    —Como rompáis algo... ese perro no vuelve a entrar en esta casa —gritó Emma antes de volver a colocarse las gafas—. Y tú tampoco.

    —Vale, mamá —gritó Rose desde el pasillo.

Rose acarició y abrazó a Benny, éste correspondió con varios lametones en la cara que la chica inmediatamente limpió con la manga de su blusa y una mueca de asco.

Luego de eso, Rose sacó al animal al jardín y acomodó su ropa antes de entrar al salón donde se encontraba su madre.

    —¿No tienes que estudiar? —preguntó Emma sin apartar la vista del periódico que hojeaba.

    —Ayer tuve mi último examen de historia. De momento no tengo nada más que estudiar —respondió Rose mientras se sentaba en el sillón contiguo.

    —¿Y cómo fue?

    —Creo que bien.

Emma no respondió y centró toda su atención en el periódico. Rose resopló y se puso en pie con intenciones de dirigirse hacia su habitación, pero su madre interrumpió sus intenciones al hablar.

    —¿Elizabeth Harmon es tu hermana?

Emma se giró completamente sorprendida ante la pregunta, pues en todos esos años nadie había mencionado a Beth y dudaba que alguno de ellos la recordara. Incluso, en ocasiones, le costaba recordarla a ella misma.

Rose estaba completamente aturdida, no sabía cómo reaccionar ante la mención de su hermana y, sobre todo, no entendía a qué se debía que su madre preguntase por ella.

Pero Emma resolvió su duda dando la vuelta al periódico y enseñándole lo que estaba leyendo.

    —Sois iguales.

Rose corrió hacia su madre para quitarle el periódico de las manos y observar la foto con atención. Beth estaba completamente cambiada. Los vagos recuerdos que le quedaban de ella, eran muy diferentes a la imagen del periódico. Pero sin duda era ella, pues, como Emma bien había dicho, seguían siendo idénticas, a excepción del pelo.

En la fotografía del papel, Beth lucía un peinado más moderno, completamente alejado al horroroso corte que les hicieron en aquel orfanato. Beth seguía llevando el pelo corto, sí, pero estaba muy cambiada. De hecho, estaba muy guapa.

    —¿De cuándo es este periódico? —preguntó Rose tensa.

    —De esta mañana.

    —Eso significa que está en Las Vegas ahora mismo —respondió Rose totalmente emocionada—. Necesito ir a verla.