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Oᴊᴀʟᴀ́ ᴛᴇ ᴍᴜᴇʀᴀs﹐ Bᴇᴛʜ

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𝟷𝟿𝟼𝟽 (𝟷𝟿 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

Rose cerró la tapa de su libro con rabia. Por primera vez, no era capaz de entender lo que estaba leyendo. Su mente divagaba en cientos de cosas; como, por ejemplo, la conversación que había tenido con su padre diciéndole que necesitaba quedarse un tiempo en casa de Beth. A Jack no le pareció bien, en absoluto, pero Rose acabó convenciéndolo al decirle que, por el momento, no estaba preparada para volver a casa y que Benny no estuviese para recibirla.

Y, allí estaba, sentada en la parte trasera del coche de un ajedrecista con el que ni siquiera era capaz de hablar. Él y su hermana canturreaban la canción que sonaba en la radio y Rose solo pensaba en que preferiría que el coche se saliese de la vía y se estrellaran contra cualquier cosa. Por lo menos, de esa forma, acabaría su sufrimiento.

Pero la cosa no fue a mejor. Al contrario. Llegó un momento en el que Beth y Benny comenzaron a jugar al ajedrez en sus mentes. O eso simulaban. Rose estaba segura de que aquello era imposible y ambos estaban diciendo números y letras al azar para gastarle una broma.

Por suerte, durante unos minutos en los que ambos guardaron silencio, Rose pudo cerrar los ojos y quedarse dormida.

    —Rose —susurró Beth mientras la zarandeaba suavemente.

Rose abrió los ojos y todo estaba oscuro. Era de noche, pero pudo reconocer que estaban en una ciudad. Debían haber llegado a Nueva York.

Rose salió del coche y, mientras cogía su maleta, Benny comenzó a bajar unas escaleras subterráneas.

«¿Dónde vive este chico?» se preguntó Rose totalmente confundida.

Beth fue la primera en bajar las escaleras y Rose la siguió. Todo estaba oscuro y lleno de bolsas de basura. El ambiente era realmente escalofriante teniendo en cuenta que apenas conocían a ese peculiar individuo.

    —Perfecto, Beth... —susurró Rose— Tu amigo nos ha traído a Nueva York para secuestrarnos...

Beth le dio un codazo a Rose para que guardara silencio.

    —¿Benny? —preguntó Beth al ver que éste continuaba bajando más escalones.

    —Vamos —respondió él.

Rose miró a Beth con los labios fruncidos y una auténtica expresión de odio.

    —Te odio —vocalizó sin emitir sonido.

Beth chasqueó la lengua y decidió confiar en ese chico. Continuó bajando y Rose no tuvo más remedio que hacerlo también.

Benny abrió la puerta y entró a su casa. Si es que se podía llamar así. Rose se quedó totalmente perpleja al ver la estancia. El trastero de su casa era cien veces más habitable que ese lugar.

Había una estantería con libros, una mesa con un tablero de ajedrez en ella y, a simple vista, nada más.

    —¿Hay baño? —preguntó Beth.

    —Sí, está por ahí —respondió él señalando la puerta.

Lo primero que Rose hizo fue mirar la estantería y comprobar qué libros habían ahí. Escuchó los pasos de Benny y dio media vuelta para mirarlo. Seguía sin fiarse ni un pelo de él.

I HATE YOU, BETH  ♕  [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora