I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

♔𝟚𝟛♚

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Aᴅɪᴏ́s﹐ Rᴏsᴇ

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𝟷𝟿𝟼𝟽 (𝟷𝟿 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

Rose miró su reloj por décima vez consecutiva en el último minuto. Seguían siendo las diez y cuarto de la mañana y Benny todavía no había vuelto a la habitación.

Se puso de pie y recogió sus cosas, dispuesta a abandonar el hotel. Miró por última vez la cama donde había tenido su primera experiencia sexual con Benny y apretó los labios antes de salir por la puerta y cerrarla tras ella.

Rose se puso unas gafas de sol y comenzó a caminar a lo largo del pasillo. Sus tacones bajos se hundían levemente en la moqueta del suelo, amortiguando así sus pasos. Un paseo de la vergüenza perfectamente sigiloso.

Llegó a las escaleras y comenzó a bajar por éstas. A cada escalón que bajaba, un sentimiento de querer darse la vuelta y correr escaleras arriba se apoderaba de ella. Algo en su interior le exclamaba a gritos que Benny volvería, que solo tenía que seguir esperando un poco más; pero su parte más racional le recordaba que no iba a volver. ¿Por qué iba a hacerlo? Ni que ella fuera Beth.

Rose llegó al final de las escaleras y cogió una bocanada de aire antes de dar el primer paso en dirección a la salida.

El suelo de la recepción, a diferencia del de los pasillos, era de un gres porcelánico, por ello, el sonido de sus zapatos chocando contra las baldosas alertaron al dueño del hotel de su presencia. Éste se situaba en la misma posición que el día anterior, tras el mostrador.

Rose intentó mantener la cabeza alta, con la espalda completamente erguida y demostrando en todo su esplendor lo incómoda que se encontraba.

Notaba la mirada del hombre clavada en su nuca y sabía que la estaba juzgando por todos los episodios bochornosos que Benny le había hecho pasar. Primero, una habitación conjunta con camas separadas, y luego, que ambos abandonaran el hotel por separado.

    —Señorita —escuchó que el hombre la llamaba desde la otra punta de la estancia.

Rose dudó durante unos segundos si darse la vuelta o no y, finalmente, se dio cuenta de que no estaba preparada para enfrentarse a una conversación, por lo tanto, lo que hizo fue correr los escasos metros que quedaban hasta la salida y empujar la puerta con violencia para abrirla.

    —Señori... —La voz del hombre se cortó con el sonido de la puerta cerrándose.

Rose comenzó a respirar agitadamente y tuvo que inhalar y exhalar profundamente un par de veces para intentar controlar la respiración. Tragó saliva y comenzó a caminar hacia donde tenía que estar el coche de Benny aparcado.

Tal y como lo sospechaba, éste ya no estaba allí.

«¿Qué narices hago ahora?» pensó la chica cerrando los ojos con fuerza y masajeándose las sienes.

Rose agarró fuerte el asa de su mochila e, intentando parecer lo más digna posible, se dirigió de nuevo al hotel.

En cuanto la chica cruzó por la puerta, el hombre la miró con una expresión seria mientras alzaba una ceja.

Rose caminó hacia él y carraspeó antes de hablar, no estaba segura de que su voz fuese a salir con naturalidad.

    —Necesitountaxi —dijo Rose rápidamente y casi sin vocalizar.