I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

♘𝟚𝟠♞

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Nᴏ ᴛᴇ ʀɪ́ᴀs﹐ Bᴇɴɴʏ

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𝟷𝟿𝟼𝟾 (𝟸𝟶 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

    —¡¿Cómo que te quedas en Rusia?! —exclamaba Rose mientras sostenía el auricular del teléfono negro entre su hombro y su oreja, pues sus manos estaban ocupadas moviendo una de las piezas del tablero. 

    —Sí… Al menos, durante un tiempo —respondió Beth al otro lado de la llamada. 

    —Pero… No lo entiendo…

Rose cogió el auricular con una mano, la base del teléfono con otra y se puso en pie. Necesitaba caminar para aliviar la tensión de la llamada. Benny, al ver que la partida de ajedrez había concluido para la chica, tensó la mandíbula y se cruzó de brazos. 

    —No me queda nada que me una a Estados Unidos… Siento que este es mi lugar, quiero quedarme aquí.

    —¿Y qué pasa conmigo? —Rose no recibió respuesta por parte de la pelirroja y tragó saliva mientras apretaba los ojos con fuerza— Siento todo lo que te dije, Beth… Fui una estúpida… Aunque reconoce que tú también lo fuiste. —Escuchó la risa de Beth por el auricular. 

    —Si esa es tu forma de pedirme disculpas… —respondió Beth— Las acepto.

    —¿De verdad? —contestó Rose con tono de sorpresa. 

    —De verdad —rio Beth—. Siempre serás mi hermana, Rose. 

A Rose se le escapó una lágrima y la limpió rápidamente con la manga de su vestido. Le hubiese gustado que Benny no se hubiese dado cuenta de ello, pero, teniendo en cuenta que en el proceso tuvo que levantar el teléfono y estirar el cable, fue misión imposible. 

    —Me invitarás a ir a Rusia algún día, ¿verdad? —preguntó Rose con la voz rota. 

    —Cuando quieras. 

    —Te quiero, Beth —añadió Rose—. Olvida todo lo que te dije. 

    —Yo también te quiero, Rose. 

Rose comenzó a llorar mientras dejaba el auricular sobre el interruptor que colgaría la llamada. Benny, al ver a Rose en ese estado, se puso en pie y se acercó a ella para abrazarla por la espalda. La chica lloraba desconsolada mientras se abrazaba al aparato y Benny depositaba tiernos besos en el hombro de ella. 

    —La he perdido… Por idiota… —sollozó Rose. 

Benny no respondió y continuó abrazándola mientras ésta se iba tranquilizando. 

Rose se sorbió los mocos y dejó el teléfono sobre la silla más cercana para después secarse las mejillas con las palmas de sus manos. 

    —¿Estás mejor? —preguntó el chico. Rose asintió. 

    —¿A ti no te molesta que no vaya a volver? —preguntó Rose con el ceño fruncido. 

    —No, claro que no —rio Benny—. Me alegro por ella. Y tú también deberías. 

    —¿Cómo quieres que me alegre de que mi hermana se quede a vivir en la otra punta del mundo? 

    —Porque ella es feliz —respondió Benny con obviedad—. Y tú deberías buscar tu propia forma de serlo. —Se acercó a Rose y la agarró de las muñecas— Tu vida no gira en torno a Beth.