I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

♖𝟙𝟠♜

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Mᴇ ᴠᴏʏ ᴀ Nᴜᴇᴠᴀ Yᴏʀᴋ﹐ Hᴀʀʀʏ

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𝟷𝟿𝟼𝟽 (𝟷𝟿 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

Rose y Jack caminaban por el jardín en dirección a la salida de la parcela, sosteniendo dos grandes cajas en sus brazos. Al llegar a la puerta, Harry corrió hacia Rose para ayudarla a cargar su pesada caja. Jack, aunque seguía receloso de que su pequeña se fuese a vivir con un desconocido, tomó ese gesto como algo positivo.

El maletero del coche de Harry estaba repleto de objetos de Rose y Jack los miraba con tristeza, no se podía creer que su hija fuese a abandonarlo.

Rose le dio un abrazo a su padre como despedida.

    —Llama todos los días —exigió el mayor.

    —Dos veces a la semana —rebatió ella.

    —Tres —cedió él.

Se separaron del abrazo y se miraron fijamente a los ojos.

    —Si tienes cualquier problema o, si necesitas dinero, no dudes en llamarme.

    —No te preocupes por nada, papá.

A Jack le dolió que lo llamase de esa forma, era la primera vez que no lo llamaba "papi" ya que, cuando acababan de adoptarla, su evolución en cuanto a referirse a él pasó de "señor", a "Jack" y, por último, "papi". Que hubiese pasado a una nueva fase solo significaba una cosa, Rose se estaba convirtiendo emocionalmente en una adulta y Jack no estaba preparado para ello.

El hombre le dedicó una mirada desafiante a Harry como advertencia de que si le ocurría algo a su pequeña, sufriría las consecuencias. Éste respondió asintiendo mientras apretaba los labios.

Rose, por su parte, giró la cabeza para mirar a su madre, ésta la observaba desde la entrada de la casa. Seguían sin hablarse, pero eso no quitaba que se preocupara por su hija. Aunque, a diferencia de su padre, Emma se preocupaba por el futuro de Rose. Temía que esta independización significase una vida de eterna pobreza para su hija. Ésta seguía considerando que la mejor opción era que consiguiese un marido adinerado acorde al estatus social de los Johnson y, que al igual que ella, Rose jamás tuviese la necesidad de trabajar.

Pero eso no era lo que Rose había decidido para ella misma y, aunque le costara, tenía que aceptarlo.

Rose echó un último vistazo a la fachada de su casa, suspiró y miró a Harry sonriendo. Era el momento de empezar su nueva vida.

El chico abrió la puerta del coche para que Rose entrara y se despidió de Jack con un apretón de manos.

Luego, se introdujo en el vehículo y arrancó el motor para comenzar el viaje hacia su apartamento.

Rose se despedía de su padre con un movimiento de mano a través de la ventanilla. No dejó de hacerlo hasta que estaban lo suficientemente lejos como para dejar de verlo.

Rose estaba feliz a la vez que ansiosa. No se podía creer que hubiese accedido ante la locura de irse a vivir con un chico que apenas días atrás odiaba. Pero tenía un buen presentimiento.

Llegaron al apartamento y Harry le presentó su dormitorio. La habitación que tenía en casa de sus padres era bastante más grande que esa; pero era suficiente, no necesitaba más. Rose comenzó a abrir las cajas para empezar a colocar todo en su sitio.