I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

♕𝟙𝟚♛

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Qᴜᴇ ᴛᴇ ᴅᴇɴ﹐ Bᴇɴɴʏ

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𝟷𝟿𝟼𝟽 (𝟷𝟿 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

A la mañana siguiente, Rose se despertó con el sonido de una cucharilla golpeando una taza al remover el contenido de ésta. La chica frunció el ceño y miró al responsable con odio por haberla despertado, pero sus ojos se abrieron ampliamente al ver que éste estaba sin camiseta. 

«¿Acaso no sabe vestirse por las mañanas?» pensó Rose. 

La chica se puso en pie y se acercó a él para prepararse un café, Benny la miraba de soslayo con una expresión divertida. 

    —¿Terminamos la partida? 

Rose no respondió, solo miró a Benny con odio y fue suficiente para que éste se riera de su reacción. 

Luego, ignorándola por completo, se dirigió a la mesa y apoyó su taza en la misma. Después, cogió el tablero del suelo y lo dejó en el centro de la superficie para a continuación comenzar a colocar las piezas en su posición inicial. Rose, mientras daba pequeños sorbos a su café, observaba la manera delicada en la que Benny cogía cada una de las piezas. Había observado a su hermana jugar y le parecía curioso ver cómo cada persona tenía una manera particular de realizar los movimientos. 

Cuando el chico finalizó su labor, cogió los dos reyes y, tras barajarlos en su espalda, extendió las manos hacia Rose. 

    —No voy a jugar. 

Lo que Rose no dijo fue que, durante esa noche, había encontrado más libros sobre ajedrez y los estuvo leyendo, pues a la chica no le hizo ninguna gracia perder de esa manera. 

Benny no respondió, simplemente continuó con las manos extendidas y una expresión relajada. Él sabía que Rose iba a acabar cediendo y, en el fondo, ella sabía que también. Caminó hacia él y tocó con delicadeza la mano del chico en un rápido toque, éste abrió la mano inmediatamente mostrando el rey blanco. 

El chico sonrió y se sentó en la silla del lado de las piezas negras, Rose suspiró y se sentó en su silla dejando su taza frente a la de Benny. 

    —Empiezas tú. 

Rose asintió y empezó avanzando un peón. Al igual que la noche anterior, Benny contraatacó colocando su peón justo delante del de ella. La chica frunció el ceño y observó cada una de las piezas del tablero. Acabó avanzando otro de los peones. Benny también avanzó un peón pero, tal y como le había explicado el día anterior, solo lo avanzó una casilla. Rose se sintió segura, eso significaba que en ningún momento trató de engañarla.

Intentó recordar los diferentes movimientos que podían realizar las piezas. No sabía cuál mover y le ponía nerviosa que el chico bebiera tranquilamente de su taza sin apartar la vista de ella, como si quisiera analizar cada uno de sus movimientos. Rose resopló y acabó moviendo uno de sus caballos. 

    —¿Por qué te fuiste sin decir nada? —preguntó seriamente Benny mientras avanzaba su caballo de manera simétrica al movimiento de Rose. 

    —¿Intentas distraerme? 

    —Intento hablar contigo, ahora que he descubierto que no eres muda, para que dejes de ser como un mueble. 

Aquello fue como un puñal en el corazón para Rose y sintió ganas de llorar. Inconscientemente, se abrazó a sí misma para darse consuelo.