I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

♗𝟙𝟜♝

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Nᴏ ᴛᴇ ᴘʀᴇᴏᴄᴜᴘᴇs﹐ Rᴏsᴇ

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𝟷𝟿𝟼𝟽 (𝟷𝟿 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

Rose y Benny caminaban por los pasillos de un supermercado en busca de su objetivo. La chica agarró una botella cualquiera de la estantería y miró al chico con cara de cachorrito.

    —No —dijo toscamente él.

Rose resopló y volvió a dejar la botella de cristal en la estantería.

Continuaron caminando hasta llegar a las cervezas y Benny cogió un pack completo de latas.

Era el día en el que Beth competiría contra Borgov en París y, aunque Rose no se había molestado en hablar con su hermana, Benny se había mantenido al tanto de los progresos de la pelirroja en la competición.

El chico decidió que ese sería el mejor día para que Rose se emborrachara, él estaba seguro de que Beth ganaría y ésta sería una buena forma de celebrarlo.

Cuando llegaron al apartamento, Benny encendió la radio para poder estar al corriente de lo que ocurría en esa competición.

Rose cogió una lata de cerveza y la abrió, luego, agarró otra y se la ofreció a Benny. Éste la rechazó, pues estaba ansioso por saber qué decían sobre Beth en la radio y no quería distracciones. Rose rodó los ojos y comenzó a beber su cerveza.

    —¿Tienes tabaco? —preguntó Rose.

    —Puede que haya algún paquete por ahí. Busca si quieres —respondió él sin siquiera mirarla.

Rose frunció los labios y comenzó a remover todos los objetos que tenía Benny en el salón.

Finalmente, consiguió encontrar un paquete viejo y aplastado. Lo abrió y, por suerte, quedaban cigarrillos. Sacó uno y colocó la boquilla entre sus labios. Después, lo encendió para comenzar a inhalar y exhalar el humo de éste.

Rose se bebió tres cervezas antes de que en la radio informaran que Beth había comenzado la partida. Benny estaba nervioso y ya había cogido su primera cerveza.

Ella miraba al ajedrecista mientras se llevaba la lata a la boca ocasionalmente. Benny se mordía el labio inferior mientras miraba fijamente a la radio, aunque no miraba nada en concreto, solamente estaba concentrado en lo que el locutor explicaba sobre lo que estaba sucediendo en París.

Rose no podía evitar sentirse celosa, incluso sin estar presente, Beth seguía opacándola. Lo cual era frustrante y desesperante.

Hacía mucho tiempo que Rose deseaba encontrar a alguien a quien pudiese considerar un amigo de verdad. De hecho, había perdido totalmente la esperanza de encontrarlo algún día. Pero dicho día parecía haber llegado y, como si fuese un capricho del destino, aquel chico se llamaba igual que su perro fallecido.

Había algo en la forma de ser de Benny que encajaba con la de Rose, aunque no de manera idílica, pero lo suficiente como para entenderse el uno al otro.

Solo había una cosa que fallaba y era que el chico no podía dejar de pensar en Beth y eso Rose lo notaba y, por supuesto, no le hacía ni pizca de gracia.

Los minutos fueron pasando y las latas de cerveza vaciándose hasta que anunciaron la victoria de Borgov. Benny se sentía decepcionado y, en parte, enfadado con Beth.