Prólogo.

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Gloss City es una ciudad reconocida por ser ideal para vivir en ella. Destaca por sus hermosos paisajes, la calidad de sus habitantes, su excelente Institución Educativa, la tranquilidad, los grandes inversores que han hecho de ella fascinante y atrayente para los turistas, visitantes y personas interesadas en mudarse.

Lo que esta encantadora ciudad y sus habitantes no se esperaban, era lo que había pasado aquella noche estrellada y "ordinaria", pero que traería consigo, un gran cambio en la vida de los habitantes de manera directa e indirecta.

Un ciudadano, como cualquier otro, paseaba tranquilamente a su mascota... cuando de repente, el perro empezó a ladrar con desesperación y corrió, adentrándose aún más al bosque y arrastrando a su dueño con él; el hombre se detuvo cuando lo hizo su perro, el cual lloraba. Puso sus manos en las rodillas y su mirada estaba en el piso, le costaba respirar, y cuando levantó la mirada, descubrió la razón del llanto del animal... Sus ojos se abrieron por la preocupación y el horror que sintió en ese momento, se acercó más y se arrodilló, tomando los signos vitales del cuerpo que estaba ante él, y al darse cuenta de que la joven tenía un pulso débil, llamó al 911 y empezó a realizarle a la joven primeros auxilios.

—Novecientos once, ¿cuál es su emergencia? —preguntó la operadora.

—Vengan a ayudarme, por favor. Acabo de encontrar a una adolescente inconsciente en el bosque; tiene una herida en la cabeza, de ella sale sangre... se ve mal y su pulso es débil —informó preocupado el hombre.

—Señor, haga presión en el área afectada y dígame en qué parte del bosque está —le pidió la operadora.

El hombre le dió la ubicación, y después de varios minutos, llegó una ambulancia para alivio del hombre. Llevaron a la joven al hospital realizando el debido procedimiento.

Al llegar al hospital, la joven fue llevada de inmediato a urgencias. No tenía nada que la identificara, pero por suerte, un doctor que estaba de guardia ese día la reconoció como la hija de una de sus pacientes.

El doctor llamó a la madre y suspiró mientras esperaba que atendiera… sin importar los años en la carrera, nunca era fácil dar malas noticias a las personas.

Hola —atendió la mujer.

—Buenas noches, señora Gala. Soy el doctor Fleming, usted y su esposo deben venir de inmediato al hospital. —La mujer lo interrumpió.

—¿Por qué debemos hacer eso? —preguntó la mujer imaginando el motivo, pero negándose a reconocerlo.

—Un hombre ha encontrado a su hija en el bosque, mal herida. —La llamada se cortó.

El doctor llamó de nuevo varias veces, pero no le contestaban. El motivo era que la mujer empezó a llamar de manera desesperada a su esposo, el cual llegó a la mansión mirando extrañado a su esposa por su comportamiento, pero al enterarse del motivo, tambien se desesperó y ambos se fueron al hospital de inmediato.

Al llegar, entraron corriendo y se acercaron a la enfermera que está en la sala de espera en busca de información.

—Necesitamos saber sobre nuestra hija; su nombre es Genevieve Pritchett —dijo el señor Pritchett, directo.

—La joven ya ha sido ingresada y está en cirugía. Deben llenar esta hoja de información y esperar —les informó la enfermera.

Nerviosos y asustados por la situación, además de inconformes por la poca información que les proporcionó la enfermera, se fueron a sentar. Y mientras que la madre llenaba la hoja, el padre llamaba a su amigo, el director del hospital, para conseguir información a detalle de lo que pasó y ocurre con su hija; a los pocos minutos el director apareció ante los Pritchett y ellos se acercaron de inmediato a él.
 
—¿Cómo está nuestra hija, Klauss? —le preguntó con varias emociones y pensamientos la señora Pritchett, pero demostrando el predominante: miedo y preocupación.

—Lamento ser yo quien les diga esto, pero Genevieve está en un estado delicado. Ahora está en cirugía, como ya les habrán informado —reiteró seriamente, sintiendo lástima por la pareja.

—Pero se va a recuperar —dijo seguro, pero al ver la expresión de su amigo, su preocupación creció—, ¿verdad? —preguntó esperanzado de que afirmara su oración.

—Eso aún no lo sé, Gerard; por ahora solo debemos esperar que Genevieve salga de la cirugía —respondió con franqueza.

—Pero después de que se recupere, ella va a estar bien —dijo persistente la señora Pritchett.

—Lo siento, Gala; pero eso tampoco lo sé… Aún no se sabe cuales serán las secuelas del golpe —les explicó.

—¿Golpe? —preguntaron los Pritchett al mismo tiempo, confundidos.

—Genevieve fue encontrada en el bosque que está en Gloss Park... con un golpe preocupante en la cabeza —les detalló con tristeza a la pareja.

—¿Fue atacada? —escupió con enojo Gerard Pritchett.

—Es lo que parece, considerando que no tiene consigo ningún objeto personal que nos ayudará a identificarla... si no fuera por Fleming que la vió cuando la traían, ella sería una desconocida —les explicó molesto, disimulando.

—¿Vivirá? —preguntó con miedo Gala Pritchett.

—Tenemos que esperar a que salga de cirugía para saber eso, Gala —dijo con tristeza por la situación de la familia Pritchett.

Ella empezó a llorar por el miedo y la incertidumbre mientras que su esposo la calmaba, aun estando afectado por las palabras de su amigo.

Las horas parecían eternas para el matrimonio que sufría cada vez que veía el reloj, esperando noticias que no llegaban. Una doctora que ellos reconocieron al instante se les acercó, ellos se levantaron de las sillas apenas la vieron.

—¿Cómo está? —Fue la primera pregunta que hicieron ambos.

La cirujana los vió seria y les pidió que se sentaran antes de comunicarles como sería la vida de allí en adelante. Las reacciones del matrimonio no le sorprendieron, a fin de cuentas, no era algo sencillo de digerir lo que les acababa de informar. Esperaba que fueran fuertes para el cambio inesperado y brusco que la vida les acababa de imponer...

Perfección Disfrazada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora