No dejarse manipular segunda parte.

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Los cuatro amigos entran a la escuela y se separan para ir a sus casilleros quedando que se van a encontrar otra vez en el casillero de Mila porque es el que está más cerca de la siguiente clase que es la única que comparten todos juntos, la atención de la chica de ojos color café se va al chico moreno que está intentando abrir su casillero de forma brusca dominado por la molestia de tener que lidiar con la cerradura dañada de ese casillero; no puede evitar reír por la situación y se le acerca para ayudarlo antes de que su furia haga que ataque al lugar en donde guarda sus útiles escolares y otras cosas personales.

 —¿Has puesto bien la contraseña? —Pregunta con disposición para ayudarlo.

 —Si —. Dice con disgusto en la voz y una mala mirada al causante de su disgusto.

 —¿Seguro? —Le cuestiona con una mirada y tono de duda.

 —Muy seguro —. Dice con exasperación.

 —Entonces te toco el casillero del líder novato—. Le explica al ver la marca del casillero.

El chico de ojos color café frunce el ceño y al mirar la marca, rueda los ojos por el aumento de su disgusto.

 —Creí que me había salvado —. Comenta sincero.

 —Sabes muy bien que es una tradición que el nuevo mariscal tenga el casillero infernal en su primer año en ese puesto —. Comenta con obviedad.

 —Lo sé, debí sospechar cuando me cambiaron el casillero ayer al final de clases —. Dice pasándose la mano izquierda por la cabeza.

 —Por suerte para ti el año pasado pude ver el truco que tenía Brad para abrirlo —. Dice sonriendo.

—Si logras abrir esa cosa infernal te deberé una —. Afirma con franqueza.

 —Hum, el gran León Castillo debiéndo me un favor —dice pensativa—. Trato —. Acepta.

León se aparta y extiende los brazos y manos en dirección al casillero, esa es su forma no verbal de decir todo tuyo, ella se pone en frente del casillero y lo mira sin hacer nada tratando de recordar el truco; ella chasquea los dedos y sonríe como niña pequeña cuando logra recordarlo, acción que hizo sonreír al León por lo tierna que se vio. Ella le da tres golpes al casillero uno hacia abajo, otro hacia arriba y uno en el medio. Como si fuera un truco de magia el casillero se abre y la chica de cabello oscuro lo muestra.

 —Ta ra —. Dice riendo y haciendo varios movimientos con las manos.

El chico sonríe y en su mirada se nota la gratitud pero esa sonrisa no le duró mucho, la razón de eso se va caminando rápido al notar que el chico noto su presencia.

 —Gracias Bianca —. Dice rápidamente León mientras se va.

—De nada —. Confundida cierra la puerta del casillero y se va.

León camina rápido para alcanzarla y cuando ve su cabello entre los estudiantes acelera el paso, cuando la alcanza la voltea y aunque no se nota ningún tipo de emoción en su rostro, él sabía que no le gusto lo que vio.

 —Fabiana te lo puedo explicar, lo que pasó —. La rubia lo interrumpió.

 —No te he pedido explicaciones y este no es el momento ni el lugar para dármelas —. Aparta la mano de León de su hombro mientras que mira a ambos lados preocupada.

 —Lo sé pero yo quiero darte las —. Admite con cierta súplica en su mirada.

 —No me interesa León y por favor solo superalo, así que no dramatices y nos vemos luego —. Dice severa.

Perfección Disfrazada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora