Pistas, pistas, pistas.

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Bianca está tan concentrada en la trenza que le está haciendo a su mejor amiga que no ha emitido ninguna palabra y ha estado ignorando la mirada de Mila, ninguna de las dos ha dicho una sola palabra desde que se despertaron. Mila se intenta relajar jugando con sus manos, Bianca analiza la trenza, al ver un lazo blanco en su tocador, se lo pone a Mila en la parte baja de su peinado.

—Ahora si está bien —afirma Bianca satisfecha.

—No me has dicho nada, de… Bueno, ya sabes.

Mila deja de mirarla en el espejo para estar cara a cara con ella, Bianca inhala y exhala, mientras aún sigue sosteniendo su cepillo de peinar.

—La verdad, es que no se que decirte Mila, entiendo que hay cosas que de seguro te las quieres guardar solo para ti, pero no voy a negar que se siente raro que tu mejor amiga no te cuente sobre su primera cita, ni te cuente cómo le hace sentir esa persona… Se siente feo ser bastante transparente con alguien y que esa persona no lo sea contigo, y te juro que no digo esto para hacerte sentir mal o culpable, solo digo esto porque es como me siento.

Bianca hace un puchero cuando ve que los ojos de Mila se empiezan a llenar de lágrimas, es Bianca quien da el primer paso y abraza a su amiga.

—No llores, sabes bien que si veo a alguien llorar lo haré yo también, además es muy temprano para que andemos llorando peor que bebés con hambre.

Esas palabras hacen que salga una corta risa por parte de Mila, la cual tiene tan sujeta a Bianca que cualquier que las viera, creería que tiene miedo a que Bianca desaparezca si la suelta.

—Lo siento Bianca, nunca quise hacerte sentir mal, es solo que ni siquiera me acepto yo misma del todo y si te lo decía significaba que me tenía que dejar de mentir a mi misma.

—Ay, linda, te puedo decir que seas sincera contigo y con el resto del mundo, pero en la vida siempre es más fácil decir las cosas que hacerlas, así que solo vive tu vida como tu quieres, solo toma las decisiones que debas hacer a tu tiempo.

Mila sonríe, mientras Bianca se calla un momento, buscando en su mente cómo abordar el siguiente tema de la mejor forma posible.

—Entonces… Genevieve, ¿eh? Tengo tantas preguntas —al ver la cara de Mila, Bianca empieza a mover las manos de manera frenética —. Pero no tienes que responderlas si no quieres.

—¿Podemos hablar de eso en otro momento?

Bianca asiente, ambas bajan riendo por los gritos insistentes de Jordan para que se den prisa.

—¿Existirá el día en el que no me estés apurando? —cuestiona Bianca con una ceja elevada.

—¿Existirá el día en el que no te tardes? —contraataca su hermano —. Y para colmo le contagias a Mila esa mala costumbre.

—Mejor nos vamos —intercede Mila, al notar que sus amigos iban a empezar a discutir.

—No hemos desayunado —dice Bianca con los brazos cruzados.

—No hay problema.

Jordan con una gran sonrisa, les deja ver las tazas con los desayunos, se los entrega y empieza a caminar, Bianca mira a Mila, esta solo se encoge de hombros y sigue a su amigo, a Bianca le toca resignarse y los sigue a los dos… En la entrada Jordan y las chicas se separan, ellas van a hablar con uno de sus profesores, mientras él busca a Ian, lo encuentra en su casillero.

—¿Cómo sabes si alguien te está coqueteando? —pregunta Jordan con genuino interés.

—Hola Ian, buenos días, qué bonita mañana, hola Jordan, buen amigo, buenos días para ti también, para mi es promedio, pero bueno, visión de cada quién —Ian no aguanta, y se ríe ante la mirada de Jordan —. Ay, quita esa cara, si la persona que te coquetea te ve, creerá que eres un amargado.

Perfección Disfrazada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora