Adiós.

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Margareth abre la puerta y sonríe al ver a su novio, le agarra el brazo y lo hace entrar, él sólo ríe, le agarra la cara y le da un corto beso. Examina el hogar, al ver la cara de Margareth, iba a hablar, pero ella se le adelantó.

—Un amigo de papá le aviso que pronto nos van a embargar, así que empezamos a pedirles a algunos de nuestros familiares que nos hagan el favor de guardarnos nuestras cosas, por eso está tan vacía.

—¿Cuánto tiempo tenemos?

—Me dijeron que vendrán cerca de las siete.

—Perfecto, no perdamos tiempo.

Freddy la agarra de la mano, él voltea al ver que se queda quieta en su lugar, ella solo mira al piso, Freddy con las cejas fruncidas se le acerca.

—Te advierto que en los cuartos también se hizo esto, así que por los momentos mi cuarto está casi vacío.

—Preciosa, eso no me importa —confiesa mientras levanta con delicadeza el mentón de Margareth —. Yo estuve cerca de tres años durmiendo en un colchón en el piso, conmigo no debes sentir vergüenza de la bancarrota de tu familia, aun así sigues siendo mucho mejor que yo.

Margareth sonríe por sus palabras, ahora es ella quien toma la mano de Freddy y lo lleva a su habitación, Freddy aprieta los dientes al ver la habitación sin muchos de los objetos personales de Margareth; la mano que tiene libre la aprieta tras sus espalda.

—No es justo que tengas que dejar de tener tu estilo de vida.

—Digamos que son las consecuencias de que solo tengamos el dinero de papá, el cual perdió por no saber invertir bien.

—Nosotros pobres y ya sabes quiénes, con comodidades en su casas.

—Freddy, otra vez no, por favor.

—Discúlpame si te molesta, pero es que no lo puedo evitar, me hierve la sangre ver nuestra situación y compararla con la de ellos, una persona chantajista y otra casi homicida viven la gran vida, mientras que nosotros debemos arreglarnos como podamos.

—Basta por favor, además ya te he dicho que no me gusta que los pongas en la misma balanza, sabes bien que G.P. hace todo para salvarnos y…

—¿Salvarnos? —la interrumpe dejando notar su incredulidad en su voz —. Me encantaría que esa venda que tienes en los ojos se te cayera de una buena vez, todo esto es para salvar su pellejo, incluso para salvar a la persona que te aterra Margareth, su amor es más grande que su miedo.

—No soy tonta, sé que siente amor por esa persona, pero sabe que es una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento, lo sabe mejor que tú y yo.

—No entiendo esa lealtad y confianza que le tienes, ¿qué hizo o dijo para que estés siguiéndole en cada paso sin dudar?

《Me hizo sentir que no estoy sola en esto y que me protegerá.》

Confiesa en su mente, mientras se aleja un poco de Freddy, él al notarlo solo niega con la cabeza, Margareth solo agacha la mirada y juega con sus manos.

—No quiero perder el poco tiempo que tenemos peleando, me gustaría que dejáramos esto por la paz, no te pido que veces el piso por el que pisa G.P. lo único que te pido es que mantengas una tregua hasta que todo esto acabe.

Freddy solo la mira inexpresivo, clavándose las uñas en las palmas, su teléfono suena y eso hace que rápidamente lo revise, Margareth nota esta acción, pero aún así no levanta la mirada.

Tengo tu dinero, dime donde nos vemos para que por fin acabemos con esto y dejes tu estúpido jueguito.

Freddy inhala hondo, agarra fuerte las manos de Margareth, ella traga saliva al ver la mirada de Freddy, él corazón se le acelera al sentir el leve temblor de las manos de él.

Perfección Disfrazada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora