Dejando las cosas claras.

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El adolescente respira de forma acelerada por el enojo, su mirada intimidante está fija en la cara de Freddy el cual está asustado pero finge que no lo está, demostrando solo seriedad en su rostro mientras piensa en que decir para que no se vuelva a repetir lo que le pasó el día que conoció al chico que lo tiene sujeto.

—Te recuerdo que si yo caigo, te arrastraré conmigo y los dos sabemos que a ti te irá peor que a mí —. Dice ceñudo pero con cierta rabia en la voz.

 —No les dije nada de ti —dice con franqueza Freddy—. Al menos no de manera directa—. Confiesa el adolescente.

 —Te recomiendo que me cuentes de una vez todo lo que le dijiste a los detectives —. Dice molesto.

 —En resumen les dije que no fui yo y que no les quitarán la mirada de encima a los niños ricos del North o sea a ustedes y a los que tenía chantajeados Genevieve —. Admite con gran descaro.

 —¿Qué hiciste, qué? —Pregunta con incredulidad.

 —¿Qué esperabas que hiciera? —le hace una pregunta retórica—. Ustedes mandan a los policías para que me investiguen y se supone que yo debía estar tranquilo mientras me lanzaban a los lobos —. Le cuestiona furioso.

 —Eso no es cierto —. Dice la verdad a medias mientras lo suelta de un empujón.

 —Se que para ustedes solo soy un pendejo pero no lo soy así que si ustedes no se meten conmigo, yo no me meteré con ustedes.— Confiesa con franqueza queriendo evitar problemas.

 —Solo para dejar las cosas claras
—dice volviendo acercarse de forma amenazante, haciendo que Freddy se ponga recto y alerta en su lugar -. Lo que pasó ese día, solo debemos saberlo los involucrados y nadie más; ¿te queda claro? —Pregunta demostrando una gran seriedad.

 —Tan claro como el agua —. Dice calmado.

Freddy levanta su mano para estrecharla con la del chico pero rápidamente la baja al notar que él no iba estrechar su mano, el otro chico al final solo asiente y sale dejando a un Freddy nervioso y preocupado; sin saber si tiene que cuidarse más de los detectives o de los chicos del North, el adolescente se sube a su moto y cuando iba a ponerse su casco una llamada evitó que lo hiciera.

 —Hola Leoncito —. Saludo con tono burlón.

 —Sabes muy bien que no me gusta ese apodo, Drew —. Dice fastidiado León.

 —Pero a Ceci si la dejas que te llame así—. Dice con cierto reclamo.

 —No es que la deje, es que a ella no le puedo decir que me deje de llamar así porque de inmediato usa la carta de yo te tuve nueve meses en mi vientre así que yo te llamo como se me da la gana que para eso soy madre —. Dice lo último imitando la voz de su madre.

 —Se nota que ella no está cerca de ti porque si la tuvieras cerca no te atreverías a imitarla —. Dice riendo.

 —Obviamente no está cerca, ni que fuera suicida o estúpido para arriesgarme a que me escuché hacer esta gracia.— Admite León.

 —¿Para qué me llamas?, ¿Ya te hago falta? —Pregunta por curiosidad y por bromear.

 —¿Quieres venir a comer y jugar con el play? —Pregunta interesado.

 —La pregunta hasta ofende, te envío cuando llegué mi morenito hermoso —. Dice bromeando y corta antes de que León le responda.

Perfección Disfrazada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora