El día de la reina.

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Una voz despierta a la adolescente de su sueño, al estar más despierta sonríe por escuchar la voz de su nana y cuando abrió bien los ojos se enfocó en la mujer que ha estado junto a ella y su hermano desde que nacieron, la mujer deja el desayuno favorito de su niña en el gabinete que está al lado de su cama y agarra el mini pastel de fresa y vainilla que hizo especialmente para ella, lo acerca más a la joven y le canta con gran alegría.

 —Cumpleaños feliz te deseo a ti, feliz cumpleaños mi amada Fabiana, feliz cumpleaños a ti —. Finaliza. 

Aplaude con entusiasmo la mujer un poco mayor cuando Fabiana sacó la vela del mini pastel y la sopla en dirección opuesta a la de su nana para que no le de su aliento matutino, deja la vela en gabinete y corre rápido hacia el baño para cepillarse los dientes, se lava las manos y sale del baño; se acerca a su nana y la mujer le da un abrazo fuerte.

 —Feliz cumpleaños, no puedo creer que mi niños ya están cumpliendo diecisiete años —. Dice feliz y nostálgica al mismo tiempo.

 —Gracias nona —. Agradece enternecida por la mujer mayor.

Ella influyó mucho en su crianza en especial en los último años de su vida, una pequeña bola peluda aparece corriendo trayendo consigo un objeto en su hocico, mira a su nana y ella solo pone una cara muy falsa de no comprender lo que pasa, riendo se agacha y acaricia la cabeza de su perrita bebé mientras esta deposita el objeto frente a su dueña, ella abre la caja y mira maravillada los aretes semi largos dorados con forma de mariposa de color azul en las puntas de las alas y celeste por dentro de ellas, además también tiene un collar dorado con una perla blanca en medio del cuello y más abajo el dije de la misma mariposa de los aretes.

 —¿Cuándo pensabas decirme que tienes tanto dinero como para regalarme joyería, Copo de nieve? —pregunta en broma a su pequeña perrita.

Su mascota sólo mueve la cola feliz por las caricias de su dueña, Fabiana agarra la silla de su tocador y la pone en frente de la cama.

 —Sube bebita —. Ordena mientras palmea su colchón.

La perrita no tarda mucho para atacar la orden, brinca en la silla y después a la cama, gira un par de veces y se acuesta de lado izquierdo, sabiendo que Fabiana se acuesta en lado derecho, su nana la mira con reproche y ella le dedica una sonrisa dulce.

 —Te va a manchar la cama y —se calla para tomar rápidamente la bandeja de comida, cuando ve que Copo de nieve ya se estaba acercando a ella —. Va a intentar comerse tu comida —. Termina la oración.

 —No se comió la comida porque acabas de evitarlo, gracias por cierto y no va a manchar mi cama porque mi bebé es una perrita muy limpia —explica con una sonrisa entretenida—. Además es mi cumpleaños, así que no deberías regañarme —. Afirma sin perder la sonrisa.

 —Te tengo muy malcriada —. Asegura la mujer con los puños en las caderas.

 —¿Ya desayunaste? —pregunta interesada.

 —No, porque se que no te gusta comer sola, voy por mi comida y la de Copo de nieve para que comamos las tres —. Informa.

 —¡Nana eres la mejor! —. Exclama feliz mientras le da un sonoro beso en la mejilla.

La mujer ríe y le da la bandeja de comida para poder ir por la suya, Fabiana se recuesta en el espaldar de la cama y extiende las piernas para abrir los soportes que levantan la bandeja, Copo de nieve acuesta su cabeza en los muslos de la rubia, agarra su teléfono para ver los mensajes de felicitación y con la mano libre agarra la mitad de uno de sus sándwiches de jamón y queso muy bien tostada.

 —Dios, ¿nana hay algo que no hagas bien? —. Cuestiona cuando prueba el sándwich.

Se mete en WhatsApp y busca el chat de su hermano para felicitarlo también, se mete y empieza a leer el mensaje.

Perfección Disfrazada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora