Dedicado a zira953
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—No puedo creer que seas capaz de inventarte algo así —dijo Haru. Lucía algo enojado, pero ella no perdió la calma.
—¿En serio crees que me lo estoy inventando? —respondió en tono irónico—. Me parece que estás bastante crecidito como para tener que darte una clase de cómo funcionan esas cosas.
—¡Déjate de burlas, Hana! ¿Crees que soy estúpido? Ha pasado muy poco tiempo desde que—
—¿Desde que olvidaste hasta tu nombre mientras follábamos? —lo interrumpió en un claro intento de provocarlo—. Créeme, ha pasado el tiempo suficiente como para saberlo.
—¿Y por qué le creería a una mentirosa como tú?
—No tienes que hacerlo. Compruébalo con un doctor.
Haru la miró con impotencia y permaneció en silencio un instante.
—Bien —respondió finalmente con dureza—. Tú ganas esta vez, voy a llevarte a que te examinen y si es cierto tendrás a mi hijo. Si cometí el error de concebir a mi primogénito con una maldita farsante, aceptaré las consecuencias.
—¿Aunque la mitad de su sangre sea Sakura? ¿Qué pasa entonces con la tradición familiar de eliminar a todos los Dragones Rojos, Haru Miyasawa?
Haru soltó una carcajada.
—¿Sakura? —dijo con malicia—. Mi hijo no tendrá nada en común con los Dragones, Hana. Por las venas de tu padre no corría ni una gota de sangre Sakura, y tú ni siquiera llevas el apellido...
Ella sintió su estómago revolverse al escucharlo.
—Eres un cabrón de mierda —escupió con odio—. Algún día pagarás todo lo que estás haciendo.
—Modera tus palabras, Hana —respondió él sin inmutarse—. Un bebé no necesita a su madre biológica para crecer y... nueve meses pasan en un abrir y cerrar de ojos.
Luego se volteó hacia sus hombres, que aguardaban fuera de la bodega:
—Desátenla con cuidado —ordenó.
Los dos tipos caminaron hacia ella y comenzaron a retirar las cuerdas. No se resistió, pues sabía perfectamente que estaba en una posición de desventaja. Sus muñecas y sus tobillos ardían por la fricción, y le costó un poco levantarse porque todo su cuerpo estaba adolorido.
—Escúchame bien claro —dijo Haru mientras caminaba hasta detenerse a escasos centímetros de ella—: Te subirás a mi auto y no intentarás hacer absolutamente nada estúpido.
—¿O qué? —contraatacó ella—. ¿Me matarás?
—No —dijo él con simpleza y las comisuras de sus labios se elevaron ligeramente—. ¿Sabes qué? Las rosas amarillas siempre fueron las favoritas de mi tía, quizás por eso me gustan tanto. Debo reconocer que tu madre tiene mucho talento para cultivarlas, hacen que tu casa luzca muy pintoresca, al igual que los geranios que cuelgan desde la ventana de su habitación... —Su pecho se oprimió al escuchar la simple mención de su madre—. Siguen muy hermosos después que te marchaste, por si interesaba saberlo. Ella aún le dedica mucho tiempo a la jardinería.
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La flor del ocaso © [✓]
Mystery / Thriller"Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos". -William Shakespeare. ** Hana Langford no conoció a su padre. Él murió en un accidente de tránsito antes de que ella naciera, o al menos eso le han contado. Sin...