Dedicado a AnahRamrezLlamas
***
El auto se detuvo frente al hotel.
Hana suspiró profundo y sopesó sus opciones. La excusa que se había inventado de por qué estaba en la terraza había funcionado a la perfección. Sin embargo, si él se marchaba sin que pudiera ver el papel que le había entregado el otro accionista todo habría sido en vano, sobre todo el sacrificio de soportar a Tadashi. Quizás era información inútil, pero tenía que comprobarlo.
-Sube conmigo -soltó, sin pensarlo demasiado. La sorpresa de Haru fue evidente-. Es decir, que... no he tenido un día demasiado bueno y charlar con alguien que me entienda no estaría mal. Perdona si me estoy tomando demasiadas libertades. Si lo prefieres puedes marcharte.
-Bueno... supongo que puedo subir un rato...
Ella asintió.
-Esta vez no tengo cervezas -dijo mientras salía-, no he tenido mucho tiempo de salir de compras.
-No te preocupes, puedo arreglar eso -respondió él y le sonrió-. Volveré en unos minutos, no te duermas.
Luego puso el auto en marcha y se alejó.
Hana subió hasta su habitación y cerró la puerta. Soltó los zapatos en el suelo y lanzó la bolsa a la cama. Dio un par de vueltas en la habitación y se soltó el cabello. No sabía qué estaba haciendo ni hasta dónde tendría que llevar ese juego para obtener lo que quería. Pero no pensaba detenerse.
Finalmente, se arrodilló frente a la mesita de noche y sacó del último cajón el recorte de la foto de su padre que mantenía oculto entre sus pertenencias.
«Yo voy a hacerlo -prometió mientras la acariciaba con sus dedos-. Vengaré a nuestra familia a cualquier precio, papá. Lo haré».
Luego de observarla por unos instantes volvió a guardarla y se sentó en la cama más decidida que nunca. Esos cabrones de mierda pagarían todo lo que habían hecho. Todo lo que estaba haciendo valdría la pena.
Menos de diez minutos después tocaron a la puerta. Suspiró profundo y guardó todas sus emociones reales antes de abrir. La hora de actuar había comenzado.
-Hice un cambio de planes de última hora -le dijo Haru elevando una botella de licor en su mano derecha-. Cerveza me pareció poco para borrar la presencia de mi primo de tu noche.
Una risa se le escapó al escucharlo.
-Me parece bien, entonces -respondió y se apartó para que él entrara-. Puedes sentarte en-
-Aquí estoy bien -la interrumpió él y se sentó en el suelo a los pies de la cama con la botella en las manos. Ella se encogió de hombros y buscó un par de vasos entre las cosas que tenía sobre la nevera.
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La flor del ocaso © [✓]
Mystery / Thriller"Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos". -William Shakespeare. ** Hana Langford no conoció a su padre. Él murió en un accidente de tránsito antes de que ella naciera, o al menos eso le han contado. Sin...