Dedicado a yendysaavedra0306
***
Hana lo observaba mientras él trataba de recuperar el aliento. Había pasado mucho tiempo sin pesadillas y esa noche habían vuelto para atormentarlo. No lograba pensar con claridad.
—Debo irme... —musitó y saltó de la cama. Comenzó a vestirse con prisa.
—¿Irte? —le preguntó ella—. Es muy tarde, mejor espera a que amanezca.
—No. Yo... mejor me marcho.
—Haru —dijo ella y lo detuvo sosteniéndolo por un brazo—. ¿Estás bien?
Haru hizo el intento de asentir y sonreírle a la chica. Pero no tuvo éxito. Su sonrisa debía de parecer la de un condenado a muerte al saber que ya lo llevaban camino a la silla eléctrica.
—Solo... Tadashi debe de estar preocupado, jamás duermo fuera de casa.
—De acuerdo —asintió ella, finalmente.
Cuando terminó de vestirse, caminó hasta la puerta y se volteó a observar a la seria Hana que dejaba tras de sí.
—Lo siento —le dijo—. Luego hablamos.
Hana asintió una vez más y permaneció en silencio. No era su intención dejarla de ese modo, pero debía regresar a su casa y aclarar sus ideas.
El trayecto pasó sin que pudiera apenas prestarle atención a la carretera. No sabía exactamente qué lo había hecho todo regresar. Quizás el alcohol. Quizás la conversación con Hana. O quizás toda la situación en general.
Aparcó el auto y entró a la casa como por inercia. Ni siquiera se tomó el tiempo de encender las luces. Solo quería darse un baño de agua fría y acostarse en su propia cama.
—Finalmente obtuviste lo que querías...
La voz de Tadashi rompió el silencio sepulcral que envolvía toda la residencia. Luego encendió la lámpara que estaba a su lado y Haru pudo verlo en medio de la oscuridad, solo iluminada por la débil fuente de luz. Estaba sentado en uno de los sillones sosteniendo una botella casi vacía de licor.
Haru maldijo por lo bajo. No tenía deseos de lidiar con él y mucho menos en ese estado. Tadashi se levantó y se le acercó tambaleándose.
—Ya me dejaste en ridículo frente a todos —balbuceó. Había un claro reproche en su voz y sus ojos reflejaban su ira. Abrió ambos brazos—. ¿No era eso lo que querías? ¿No es eso lo que has querido siempre?
—Déjate de tonterías, Tadashi. Ve a tu cuarto y—
—¡Dime! —gritó y lanzó la botella con furia contra la pared. El vidrio se hizo añicos y se esparció por el suelo de la habitación—. ¿No es eso lo que quieres? ¿No te esfuerzas por demostrar que eres mejor que yo en todo y por hacerme ocupar mi lugar siempre a tu sombra?
Haru permaneció observándolo en silencio. Cada grito de su primo se sentía como un martillazo en su cabeza. Se pasó las manos por el rostro y se apoyó en la pared a su espalda.
—¿Nunca tendrás suficiente? —volvió a escupir su primo con odio, aunque había un pequeño rastro de dolor oculto en sus palabas. Quizás solo se debía a su molestia por lo ocurrido con Hana y al alcohol—. ¿Nunca te cansarás de burlarte de mí?
—¡Ya basta! —respondió y caminó hacia él. Intentó sostenerlo por los hombros—. Debes ir a dormir, mañana te sentirás mej—
—¡Vete a la mierda!
Tadashi lo empujó con todas sus fuerzas y lo hizo retroceder. Ambos se tambalearon, pero no cayeron.
—¿Sabes qué? —dijo Haru y soltó un bufido de hastío—. ¡Haz lo que te dé la jodida gana! ¡Estoy harto de ti y de tus berrinches!
Luego se dio media vuelta y avanzó hasta la salida de su habitación, no sin antes escuchar las claras amenazas de su primo:
—Mantén tus ojos bien abiertos, Haru... porque un día te demostraré y les demostraré a todos que no eres tan perfecto como crees... —Retrocedió unos pasos y volvió a lanzarse en el sillón. Su mirada era más fría y oscura que nunca antes—. Y ese día seré yo quien te humille...
«Solo está borracho», se dijo. No era la primera vez que Tadashi montaba una escena por no salirse con la suya. No podía estar hablando en serio... ¿o sí?
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La flor del ocaso © [✓]
Mystery / Thriller"Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos". -William Shakespeare. ** Hana Langford no conoció a su padre. Él murió en un accidente de tránsito antes de que ella naciera, o al menos eso le han contado. Sin...