Capítulo seis.

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Narra Karla:

Este plan tenía que salir bien, al notar que Nohe se fue, fuí directamente a su armario y guarde todas sus cosas en sus maletas, hace días que con Catalina decidimos solicitar el traslado.

Si Nohe no acepta tendrá que ir de todas formas a Miami a buscar su cama, su armario y lo demás, porque organizamos todo para que se lo lleven a Miami, debo admitir que la mamá de Nohe ayudó bastante en todo, ella será la encargada que concretar todo lo que tiene que ver con que se lleven sus cosas a Miami.

Ya dejando las maletas listas, tomé las mías y salí de la casa, tomé un taxi y me fuí al aeropuerto, al llegar a este, tomé mi teléfono y le envié un mensaje a Nohe.

"Tus maletas están esperándote en el comedor de tu casa, te espero."

Aún faltaba media hora para que el vuelo a Miami saliera, tenía dos boletos en mi mano y espero no tener que irme con uno.

Pasaron los minutos y la primera llamada con destino a Miami había sido dada por los altavoces, comencé a buscarla con la mirada, pero nada…

Pasaron diez minutos más y la segunda llamada a Miami había sido dada, me levanté de donde estaba sentada y me dirigí a la puerta para subir, le entregué mi boleto a la chica y comencé a caminar, no había vuelta atrás, ella no llegó.

- ¡ESPEREN! –Escuché su voz.

Me di vuelta con la mayor sonrisa del mundo y corrí hacia la chica, le entregué el boleto de avión extra y mi mejor amiga llegó a mi lado.

- ¡Si viniste! – Grité.

- Te voy a matar –Dijo ella abrazándome.

- Vamos que un nuevo comienzo te espera sis –Dije correspondiendo a su abrazo.

- No sabes lo que he pasado para poder llegar –Confesó.

- Pero ya estás aquí, conmigo –Dije sin parar de sonreír.

Narra Nohe:

Sí, no sabía que estaba haciendo, no sabía si después me arrepentiría.

Abordamos el avión, mis manos sudaban, estoy muy nerviosa, es un país nuevo, una vida nueva, un trabajo nuevo, si algo me consolaba es que volvería a ver a mis chicos, a mis cuatro chicos favoritos.

- Tranquila, ellos estarán felices de verte – Dijo Karla sonriendo.

- Lo sé y estoy muy emocionada de poder abrazarlos, los extraño mucho – Dije devolviéndole la sonrisa.

- Te va a encantar nuestra casa, durante este tiempo intenté darle un toque femenino, ya sabes que Joel no pasa en ella asi que yo me encargué de ello.

- ¿Estás segura que no seré una molestia en la casa?, puedo quedarme en un hotel –Sugerí

- ¿Estás loca?, no te he visto en meses, necesito recuperar el tiempo perdido, a parte el otro día escuché una conversación de Joel y Erick, y decían que te extrañaban –Soltó Karla.

- Son unos lindos, Ya quiero llegar.

Después de esa conversación, me puse mis audífonos al igual que Karla y en cuestión de minutos me quedé dormida.

- Nohe, Nohe –Escuché a Karla

- 5 minutos más mamá –Me removí en el asiento.

- Cual mamá, hija de la chingada, despierta que ya llegamos –Dijo moviéndome de una manera brusca.

- No se te quita lo brusca para despertarme –Me quejé.

- Y agradece que no tenía agua –Soltó.

Nos levantamos y nos bajamos del avión, fuimos por nuestra maleta, hacía un frío horrible, tomé un abrigo y me lo puse.

- Los primeros días se extraña mucho el clima de Chile, pero luego te acostumbras –Dijo Karla con gracia al verme tiritando de frio.

- Vaya que lo extraño –Dije Sonriendo.

Fuimos en busca de un taxi, al subirnos Karla le dio una dirección y al llegar quedé asombrada, era una casa muy linda, muy hogareña, tenía un patio delantero enorme y unas flores que llamaban mucho la atención.

Al entrar al patio, un pequeño perrito apareció de entre las flores.

- Ay no, porque no me habías contado de esta hermosura –Dije agachándome para acariciar al perro.

- Oh, es que Joel lo trajo hace poco, se llama Manchas –Dijo viéndome.

- Bastante original con los nombres ustedes –Dije viendo al perro blanco con unas manchas color café.

- Joel es el culpable –Rió. 

- Es hermoso –Contesté levantándome y entrando a la casa.

Si por fuera es hermosa, por dentro lo era aún más, me hacía acordar mucho a las casas que con Karla imaginábamos para nuestro futuro.

- Has hecho un increíble trabajo –Dije sonriéndole a Karla.

- Está en proceso, pero ya casi –Contestó mirando su casa y soltando un suspiro.

- Quedará increíble.

- Ven te llevaré a la habitación –Dijo Karla yendo hacia una puerta.

Al abrir la puerta me di cuenta que la habitación era perfecta, no tenía tantas cosas, pero todo estaba acomodado perfecto, esto consistía en una cama, un escritorio color blanco, un closet de tamaño medio, un sillón muy cómodo y un televisor pegado en la pared.

- Acaso tenías la habitación planeada para mí –Dije sonriendo.

- Sabía que te iba a gustar –Me devolvió la sonrisa.

- Me encanta, pero sácame de una duda, ¿Dónde está mi cuñado? –Pregunté.

- Viajando, llega mañana, de hecho… él no sabe que estás aquí –Confesó.

- ¿No sabe? –Volví a preguntar.

- No, sorpresa doble –Dijo abriendo sus brazos.

- Tú no cambias –Dije negando.

Después de arreglar mis cosas y guardar mi ropa, nos dirigimos a la cocina a comer algo.

Karla preparo dos cafés, unos sándwiches y nos sentamos en la mesa para seguir conversando.

- Y ¿Cuándo debes ir a la academia? –Preguntó Karla

- Mañana debo ir a buscar mis horarios, hablar con el encargado y eso –Respondí.

- Bien, entonces iremos temprano, aprovecharemos la mañana y luego iremos al súper por unas cosas –Soltó.

- Me parece una excelente idea –Sonreí

Terminamos de comer y luego cada una se fue a su habitación, esto es muy emocionante, aunque debo decir que ya extraño a mi madre y a mi gato, como el viaje fué tan inesperado, no pude arreglar para que viniera conmigo, pero apenas pueda lo traeré.

Me quité mi ropa, me puse pijama y metí a la cama, le envié un mensaje a mamá para que supiera que ya había llegado y que todo estaba bien…

Nunca más... (Christopher Vélez) -TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora