Capítulo veintisiete.

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Maratón 1/5.

Me levanté rápido de la cama, fuí al baño, me miré al espejo y suspiré.

Ni siquiera tengo ganas de arreglarme

Volví a la cama y me cubrí nuevamente con las mantas, encontré una película de terror y la dejé en pausa.

Sentí el timbre de mi departamento y me levanté, al abrir ví a Christopher sonriendo con la pizza en la mano.

- Pizza y refrescos a la puerta de su casa -Sonrió.

- Pero que servicio más eficiente -Le devolví la sonrisa -Adelante.

Christopher entró al departamento y nos dirigimos a mi habitación, me tiré rápidamente a la cama y él se sentó a mi lado, dejó la piza frente a nosotros.

- ¿Y qué pasó? -Pregunté tomando un trozo de pizza y llevándola a mi boca.

- ¿Por qué? -Me miró confundido.

- Oh vamos, es viernes por la noche ¿No deberías estar con tu novia? -Alcé una ceja.

- Está en casa de sus padres -Levantó sus hombros.

- Osea soy tu segunda opción -Llevé mi mano a mi pecho, haciéndome la ofendida.

- De hecho la tercera -Sonrió -Iba a quedarme con Joel, pero estaban de empalagosos y salí de ahí.

- Gracias ahora me siento peor -Lo golpeé suaventen en su brazo.

- ¿Y qué hay de ti? -Preguntó.

- ¿Con qué?

- Oh vamos, es viernes por la noche ¿No deberías estar con tu novio? -Dijo intentando imitarme.

- Pues tuvimos una pequeña discusión y dijo que tenía cosas que hacer -Rodé los ojos.

- Al menos no soy el único que discutió hoy -Sonrió él.

- Ya pero dejemos de hablar de ellos, ¿Como estás con lo que te pidieron Karla y Joel? -Di un sorbo a mi bebida.

- Muy felíz, de hecho no me lo esperaba -Dijo llevandose una rebanada de pizza a la boca.

- Si, tampoco yo, de hecho pensé que yo tendría un hijo primero -Reí  -Pero la muy caliente se me adelantó  -Terminé de decir.

- Lo mismo digo, Joel era el más reservado, el más tímido y quien lo viera ahora, el segundo en ser padre -Habló él.

- ¿Qué hay de ti, Christopher? -Lo miré -¿No te gustaría tener un hijo? -Pregunté.

- Claro, siempre he querido formar mi propia familia -Habló.

- ¿Y por qué no la has formado?, tienes 25 años, es muy buena edad -Sonreí.

- Quizá no he encontrado a la chica perfecta que me acompañe -Dijo bajando la vista.

- Oh... es un buen punto.

- Quizá perdí a la chica perfecta para eso -Volvió a decir y aquí es donde los nervios comienzan a apoderarse de mi.

- Chris.. yo.. -No me dejó terminar.

- Tranquila, no diré o haré algo que te incomode, me gusta esto, que nos llevemos bien y compartamos momentos así... aunque no podamos decírselo a nadie -Contestó.

- Es lo mejor, lo sabes. Si tu chica se entera que viniste a mi departamento a las 10 de la noche, te matará y luego Noah me matará a mi -Reí.

- Es cierto -Sonrió.

- Peeeero, podemos aprovechar cada momento así, sin peleas, sin celos y gritos -Lo miré.

- Oye, la otra semana es tu cumpleaños... Christopher llevó su vista a mi.

- Vaya, con tanta cosa lo había olvidado.

- ¿Qué harás?, ¿Irás a Chile a ver a tu mamá? -Preguntó.

- Tenia pensado traerla a ella aquí, y así quizá pueda traer a Sammy -Suspiré, cómo lo extraño...

- Vaya, estoy seguro que a ese gato no le caigo bien -Habló.

- Es muy celoso -Alcé mis hombros y sonreí.

- Pero ahora no estoy contigo, quizá ya no me odie.

- Quizá lo convenzas.

- ¿Harás una fiesta o algo? -Preguntó.

- No lo sé, sabes que no soy mucho de fiestas ahora, quizá sólo comparta algo con Karla.

- Es cierto.. Estaremos en México para tu cumpleaños -Agregó él.

- Pues si, pero al menos tendré a Mi mejor amiga -Intenté sonreír.

- ¿Recuerdas tu cumpleaños hace dos años? -Habló.

- Cómo lo voy a olvidar -Dije levantandome de la cama y dirigiéndome al armario, de ahí saqué una pequeña caja y de esta saqué el brazalete que él me había dado con su dije.

- Pensé que ya no lo tendrías -Lo tomó y pide notar como sus ojos se cristalizaron.

- Te odié, te lloré pero no, no pude deshacerme de él.

- Pues yo tampoco -Dijo sacando su billetera y de un pequeño bolsillo sacó el otro brazalete.

- Vaya... Creí que Samantha te había hecho botarlo -Bromeé.

- Sobre eso yo.. -Lo interrumpí.

- Ya pasó, tranquilo -Sonreí.

Seguimos conversando de muchas cosas, extrañaba estos momentos con Chris, sólo nosotros dos, sin los celos de Noah, ni las insinuaciones de mi mejor amiga.

No sé en qué momento los párpados comenzaron a pesarme y me dormí, la ganas de ir al baño hicieron que me despertara, abrí mis ojos y lo primero que vi fué a Christopher a mi lado, me tenía abrazada y su rostro estaba a centímetros del mío, me giré lentamente y miré el reloj de la mesita de noche.

4:58 de la madrugada.

Volví a mirar a Christopher ¿Debería despertarlo?, ¿Lo dejo que se quede?

Me levanté lentamente y me dirigí al baño, me miré al espejo, suspire y volví a salir.

Al llegar a mi cuarto pude ver a Christopher sentado en la cama.

- ¿Que hora es? -Me miró mientras intentaba abrir sus ojos.

- Las cinco de la mañana -Me acerqué a la cama.

- Dios, que tarde... o temprano -Rió.

- ¿Te irás? -Pregunté.

- ¿Quieres que me vaya? -Preguntó con su voz adormilada.

- Umh.. No -Ya lo dijiste, no puedes arrepentirte pendeja.

- Sigamos durmiendo entonces -Se volvió a estirar a mi lado.

Nunca más... (Christopher Vélez) -TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora