Capítulo veintidós.

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- No, no, no ¡Estás loca! -Sonreí.

Me levanté rápidamente de la mesa y me lancé en los brazos de mi mejor amiga, ella me devolvió el abrazo con fuerza.

- No puedo creerlo -Es que enserio no puedo creerlo.

- Es..esto.. ¿Es... es cierto? -Habló finalmente Joel.

- Si amor, me enteré hace una semana -Oh no, va a llorar.

- No puedo creerlo -una sonrisa de dibujo en su rostro.

Me separé de Karla, y en cuestión de segundos Joel ya estaba abrazandola.

Jamás se me pasó por la cabeza que mi mejor amiga tendría un hijo antes que yo.

Y estoy muy felíz por ella, en el tiempo que he estado aquí en Miami pude notar que mi mejor amiga maduró mucho, y sé que está lista para este enorme paso, y Joel es un chico increíble, sé que la va a apoyar en todo.

Cada unos de los chicos felicitó a mi mejor amiga, incluyendo a Noah.
Ya terminado el almuerzo, cada uno se fué a su casa.

- ¿Te quedas conmigo hoy? -Miré a Noah.

- ¿Quieres que me quede?

- Pues... no te lo estaría preguntando -Sonreí.

- Entonces me quedo -Me devolvió la sonrisa.

Entramos a la habitación, y me dirigí al baño, me quité la ropa y entré a la ducha, enjuagué todo mi cuerpo y al terminar me envolví en una toalla.

Salí al cuarto y Noah ya estaba en la cama, sonreí y fuí a mi armario, saqué un pijama y me lo puse.

Ya estando lista, me metí a la cama al lado de él y lo abracé.

- Aún no puedo creer lo de Karla -Hablé.

- Si, me alegra que ya vayan a tener un bebé.

- Si, es cierto -Me acomode en su pecho.

- Bueno.. y ¿Nosotros para cuando? -Preguntó Noah, tomándome el mentón y haciendo que lo mirara.

- Alto ahí vaquero -Sonreí -Tenemos mucho tiempo para eso -Terminé por decir.

Noah me devolvió la sonrisa y luego se acercó a mí para besarme, llevé mi mano a su nuca para intensificar el beso.

- Eres tan hermosa -Susurró al separarse de mi.

- Y tú tan guapo -Sonrei.

- Vamos a dormir señorita Valdés, mañana tenemos trabajo -Contestó acomodándose y estirando su brazo para llevarme junto a él.

- Buenas noches Noah, descansa -Me acerqué más a él.

(...)

Los rayos del sol hicieron que me removiera en la cama, sentí el brazo de Noah en mi cintura y sonreí.

- Buenos días -Escuché su voz.

- Hola -Di la vuelta y quedé frente a su rostro.

- Ya es hora de ir a trabajar preciosa.

- ¿No nos podemos quedar cinco minutos más? -Intenté hacer un puchero.

- No, siempre que dices eso... pasa media hora y así.

Me dió un tierno beso y luego se levantó de la cama, hice lo mismo.
Busque mi clásico buzo en mi armario y lo dejé sobre la cama, esperé que Noah saliera del baño y luego entré a ducharme.

Nunca más... (Christopher Vélez) -TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora