Nunca más... (Christopher Vélez) -TERMINADA.

Capítulo veinticuatro.

- Siéntate, Dios que pendejo estoy hoy -Dije indicandole el sillon.

- Gracias Chris.

Ella es la única que cuando me dice Chris, hace que se me revuelva el estómago y parezca un tonto.

Me senté a un lado de ella y la miré, se veía tan linda.

- ¿Cómo has estado? -Hablé.

- Oh, pues bien dedicándome al trabajo.

- Como vas con... umh.. ¿Nico? -Pregunté aunque claramente sabía que no se llamaba así.

- Noah -Dijo alzando una ceja -Todo bien. -Terminó por decir.

- Oh, que bien -Intenté sonreír.

- Y.. ¿Cómo vas con Catalina? -Preguntó ella.

Incómoda situación...

- Pues bien, de hecho muy bien -Mentí.

- Me alegra saber que eres felíz -Bajó la mirada.

- No tan felíz como contigo... -Susurré para que no escuchara.

- ¿Cómo han estado las giras? -Rompió el hielo.

- Genial, hemos recorrido mucho, he conocido a muchas CNCOwners, todo increíble -Sonreí.

- No sabes cómo me alegra escuchar eso.

Llevé mi vista a sus labios, esos labios rosas al natural.
Relamí mis labios y luego desvíe mi vista al vino, me esforcé y lo tomé, lo abrí y serví un poco en cada copa.

- Ten -Dije ofreciéndole la copa.

- Oh, gracias -Sonrió.

Así pasamos en rato, entre risas y bromas, también anécdotas del pasado, como nuestro primer beso, la vez que golpeé al chico de la barra en la fiesta y me hice pasar por su novio.

El vino estaba haciendo efecto y yo cada vez me relajaba más, y sonreía por todo.

- ¿Y qué tal el trabajo? -Pregunté antes de beber un sorbo de la copa.

- Genial, de hecho cada día mejor, mis alumnos son increíbles, aprenden muy rápido y son muy talentosos -Sonrió.

- Con la profesora que tienen, imagino que si -Contesté y vi como se sonrojaba.

- Ellos son los talentosos, yo sólo los dirigo -Dijo ella.

- Por favor Nohe, hoy te vi bailando... y lo sigues haciendo igual o mejor que la primera vez que te vi hacerlo ¿Recuerdas? -Pregunté.

- Cómo olvidarlo, un día antes terminaste lo que teníamos por WhatsApp -Bajó la vista.

- Hey -Me acerqué a ella, tomé su mentón e hice que me mirara a los ojos -Lamento eso, fuí un completo imbécil -Dije a escasos centímetros de su rostro.

- Y... ya pasó... ¿No? -Dijo bajando la vista a mis labios, y subiendola a mis ojos nuevamente.

- Créeme, si pudiera retroceder el tiempo, cambiaría todo e intentaría hacer las cosas bien contigo - Imité la acción de ella y llevé la vista a sus labios, comencé a acercarme poco a poco, vi como ella se tensaba y los nervios aparecían en ambos.

Podía sentir su respiración, las ganas de besarla aumentaban cada vez más, quería besarla como si no existiera nada ni nadie más, como si no existiera Catalina, cómo si no existiera Noah, solo ella y yo.

- Chris... -Susurró.

- Shh

Estaba a punto de cortar la distancia entre nosotros y mi teléfono sonó.

Nohe se separó de inmediato y desvió su vista hacia la ventana.

- Deberías contestar, puede ser importante -Dijo aún mirando hacia la ventana.

Suspiré pesadamente y saqué mi teléfono del bolsillo, miré la pantalla y en el identificador de llamada estaba la foto de Catalina.

- ¿Bueno? -Contesté.

- Amor -Habló al otro lado de la línea.

- ¿Qué ocurre?

- Oh, sólo llamaba para decirte buenas noches -La escuché, ¿Es enserio?... Dios..

- Entiendo, descansa -Dije mirando a Nohe que se había levantado a mirar por la ventana.

- ¿Está todo bien? -Preguntó Catalina.

- Si, todo bien.

- Genial, nos vemos mañana -Dijo ella y colgó.

Caminé hacia donde estaba Nohe y pasé mis manos por su cintura, ella al sentirme se tensó y se apartó.

- No puedo Christopher... -Dijo con la vista baja.

- Si.. yo.. lo siento -La verdad es que no lo sentía, quiero abrazarla, tenerla cerca...

- Descuida -Intentó sonreír  y rápidamente se lanzó a mis brazos.

No podía creer que la tuviera en mis brazos, ella estaba aquí.

La abracé con fuerza y acaricie su cabello.

- Te extrañé tanto -Dijo con un hilo de voz.

- Y yo a ti pequeña, y yo a ti...

No sé cuándo tiempo exactamente estuvimos ahí frente a la ventana abrazados, sólo sé que no quería separarme de ella, quería congelar el tiempo y que se quede en mis brazos para siempre.

- Eres un idiota -Susurró.

- El mayor de los idiotas -Sonreí.

Se separó un poco de mi y levantó su cabeza, llevó su vista a mis ojos y pude notar que sus ojos estaban cristalizados.

En cuestión de segundos, una lágrima cayó por su mejilla.

- No, no, no por favor no llores -Dije secando rápidamente la lágrima.

- Yo... te... quiero Chris -Dijo volviendo a abrazarme.

- Yo también te quiero cariño -La acerqué más a mi.

- Debo irme... - Dijo aún en mis brazos.

- Yo... ¿Quieres que te lleve? -Pregunté.

- No, descuida... vine en mi auto -Se separó de mí.

- Vaya, si que te a ido bien, ahora tienes auto propio.

- Ya ves, no podía estar manejando siempre el tuyo -Sonrió.

- Así me gustas más -Acaricié su mejilla.

- ¿Con auto? -Alzó una ceja.

- Sonriendo -Aclaré.