CAPITULO 23

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NARRAR VALENTINA:

-Enserio no puedo creer que Sebastián haya hecho todo eso con tal de lastimarme, mientras que yo lloraba, ¿el que hacia?, iba y se emborrachaba-digo con frustración, llevo media hora contándole todo a Majo la cual al decir lo ultimo me mira con enojo.

-Mira Valentina-dice parándose de la cama con enojo-no eres la única que sufrió en todo esto, así como a ti te estaba cansando aguantar los malos humores de tu marido así el tuvo que aguantar el dolor de perder a una mujer que creía que lo amaba para luego darse cuenta de que no-nada me hará cambiar de opinión.

-Varias veces se llego a venir, no solo borracho sino drogado, conduciendo y sin seguridad, te imaginas que en uno se esos días no hayan llamado de un maldito hospital y nos hayan dicho que murió, quedo en coma o simplemente lesiones menores-niego con miedo al ponerme a pensar en eso, trato de calmarme ya que soy un manojo de nervios y eso le hace mal a los bebes.

-Claro que no, porque cada quien tenia sus problemas, pero ahora no solo eres tu, ahora son eso bebes que están en tu vientre, crees que cuando te dispararon no se le para el corazón a Sebastián, casi, casi era al a quien lo tenían que atender, se puso histérico de solo pensar que los podía perder-se me encoje el corazón de solo pensarlo.

La noche cayo y el vino a dormir aunque no lo esperaba, dejo sus cosas en el tocador y entro al baño con su pantalón de pijama en mano y no dijo nada, espere unos minutos, pero no salió hasta que se escucho la regadera, salió nuevamente se dirijo a su closet saco ropa interior y volvió al baño, parece que no se quiere acostar aun, yo mientras tanto sigo viendo en mi computadora los proyectos que tengo pendientes gracias a mi atentado, aunque Sebastián este a cargo necesito salir, volver a mi rutina.

Pasan unos minutos hasta que veo a Sebastián salir, con su pijama, se dirige a la cama se acuesta dándome la espalda y apaga su lampara de noche, debo admitir que me dolió, dejo la computadora apago la luz y me acuesto igualmente dándole la espalda.

Pasan unos minutos y siento a Sebastián moverse y acercarse a mi, pasa su brazo al rededor de mi cintura para luego acariciar mi vientre, pero si quiere jugar a ser un inmaduro podemos hacerlo los dos.

Quito su brazo de mi cintura y me recorro un poco hacia adelante, Sebastián se da la vuelta agarra celular y se marcha de la habitación.

No espere que hiciera eso, pensé que iba a tratar de arreglar las cosas. Unas lagrimas rebeldes quieren escapar. Malditas hormonas.

NARRA SABESTIAN:

Trato de arreglar las cosas ¿y que pasa?, me rechaza, esta bien que me equivoque en mentirle pero esto lo que esta haciendo es un berrinche y muchos dirán que en eso tienen que ver las malditas hormonas pero yo no lo creo, yo no le voy a rogar cuando quiera que hablemos lo vamos hacer, mientras tanto...no se que hacer ella lleva en su vientre a mis hijos y no me gusta pelear pero es que ella es tan terca como una mula.

Bajo a la cocina y me encuentro a Fernando tomando un baso de agua.

-¿Tu que hacer aquí?-niega-no, tu que haces aquí-me quedo un segundo en silencio hasta que decimos al mismo tiempo-mujeres-el deja escapar un suspiro cansado y yo uno lleno de frustración, ruedo los ojos, por algo esas dos tenían que ser amigas.

-¿Que le hiciste a mi hermana?-pregunto dándole un pequeño zape al pasar detrás de el para sacar un jugo de la nevera.

-¿Yo?-se señala indignado-mas bien que fue lo que hizo ella-dice con enojo-¿Y que fue lo que Majo?-pregunto poniendo los ojos en blanco.

-Llego una chica, se me acerco con intensión de saludarme ¿y que fue lo que hizo tu hermana? le vacío la copa de champaña en frente de mis padre y para joderla era mi prima-dice levantando la manos en modo de pedir clemencia mientras tanto yo me empiezo a morir de la risa con solo imaginarme la escena y al ver la cara de enojo de Fernando.

-No te rías-dice viéndome mordazmente, aplano los labios en modo de aguantarme la risa-¿y que haces aquí y con una almohada?-pregunto percatándome de una almohada a su lado izquierdo.

-Tu hermana me corrió de la habitación y como no puedo dormir sin mi almohada pues...-alza lo hombros.

-¿Y tu porque no puedes dormir?-me pregunta curioso, dejo escapar un bufido.

-Ya vez que te dije que yo y Val discutimos por la mentira de las amantes y el departamento-asiente en silencio-pues trate de hacerme el enojado pero no pude ella me rechazo y pues como sabes que tengo un orgullo enorme no le voy a rogar, me salí de la habitación. Vamos hablar hasta que ella quiera y se sienta lista-termino de contarle, es lo mejor, le doy su espacio para que piense y razone mejor.

Cadenas de un pasado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora