CAPITULO 28

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NARRA VALENTINA:

Me siento débil, cansada y con un poco de hambre, abro poco a poco mis ojos y de primero veo todo negro pero luego mis ojos se acoplan al color de la pequeña habitación, solo hay un pequeño colchón en donde estoy recostada trato de levantarme, de primero avanzo un metro a lo mucho, pero de pronto una cadena en mi tobillo me lo impide.

-¿A donde vas preciosa?-pregunta un hombre que sale de la oscuridad, ojos rasgados, tes blanca y con uno que otro golpe en el rostro.

-¿Quien eres?, ¿Dónde estoy?-pregunto aun confundida y un poco somnolienta, como si fuera el gato del pais de las maravillas, su sonrisa se agranda de oreja a oreja, una sonrisa maligna que me causa miedo.

-Aquí las preguntas las hago yo, preciosa-dice lentamente la palabra, como si apreciara cada gesto, cada respiro, cada momento por mi parte.

-Dejame ir, te juro que no le diré a nadie, desapareceré, si esto tiene que ver con Sebastián, me olvido de el, pero por favor no me hagas nada-le ruego, soy solo una madre intentando proteger a sus bebes.

-Veamos, ellos...o...tu-dice primero apuntando a mi vientre y luego a mi, cubro intuitivamente mi vientre.

-Solo...dejame ir-le suplico, las lagrimas empiezan a desbordar de mis ojos, el deje escapar una risa, saca de sus bolsillos traseros un sobre para después lanzármelo.

Lo abro, sorprendiéndome por las fotos que encuentro, la primera que veo es de mi boda, después una donde salí a comprar el vestido de madrina de la boda de Emiliano o cuando estaba nadando un día común, otra donde me encuentro entrando a la constructora, otra incluso cuando estoy en la ducha en el departamento y la ultima en la tienda para bebes escogiendo la ropita de mis bebes.

-Eres hermosa-dice acariciándome con la punta de la pistola, de mi mejilla hasta mis pechos.

-Ahora, es mejor que comas-dice parándose de pronto-no querrás ponerte fea-hace un puchero-nos vemos luego, linda-dice saliendo de la habitación cerrando la puerta.

Ese tipo de solo tenerlo cerca me da asco, tengo unas ganas de vomitar que solo acaricio mi vientre para tratar de clamar mis arcadas, esto no estaba en mis planes, mis planes era decirle a Sebastián que tendríamos 3 preciosas niñas y un hermoso niño.

Pero...no es posible, si tan solo no le hubiera pedido un tiempo, esto no estaría pasando, es mi culpa, si yo no me hubiera alejado de el, esto no pasaría, simplemente no.

NARRA SEBASTIAN:

Esto de ser mafioso tiene sus ventajas ya que puedo tener hombres dentro de la policía, que es de gran ayuda, ya que estamos esperando a que le maldito de Zhao Yang se comunique para poder rastrear el lugar en donde se encuentra Val.

-Parece que lo invocaste-ironiza Emiliano al ver que esta timbrando mi celular-recuerda, has todo por que dure la llamada y así poder rastrearlo-me informa el agente Alfonzo asiento, contesto ya que no para de timbrar, nunca en mi vida he estado mas nervioso, las manos me suda frio y el labio inferior me tiembla.

-Arango-contesto con mi habitual saludo, haciendo parecer como si todo estuviera perfecto.

-Antes que nada, dejame felicitarte por tu maravillosa mujer y no se me olvide decirte que pudiste haber sido un maravilloso padre, pero la vida no es como la queremos, mi estimado amigo-trago grueso al escuchar un disparo, siento mi alrededor dar vueltas al punto de caer pesadamente en la silla detrás de mi.

-¿Creíste que no te daría el gusto de ver por ultima vez a tu mujer?, pues no, te voy a dar una dirección y espero que vayas solo, porque si no lo haces no podrás ver graduarse a tus hijos o peor aun estarás en primera fila para ver a tu esposa serrar sus ojos, pero esta vez para siempre-suena como todo un psicópata, aclaro mi garganta antes de hablar.

-¿Y como se que esta viva?-tenia que hacer esa pregunta-simple-dice como si nada, no escucho nada, hasta que la escucho a ella, al amor de mi vida-Te amo, Sebastián-dice sollozando, eso me parte el alma, nunca me ha gustado verla sufrir y ahora me duele aun mas porque no pude hacer nada para impedir que se la llevaran.

-Te amo, te amo Valentina, escuchame muy bien, tu vas a estar bien, no te pasa...-mis palabras queda al aire cuando Zhao me interrumpe.

-Muy hermosa la escena, pero el tiempo se agota Sebastián, y no querrás ver morir a tu mujer y con tus hijos en su vientre ¿o si?-el maldito sabe que estoy atado de manos y sabe perfectamente que caeré en su trampa pero no cometeré el mismo error.

-Enviame la dirección y hora, y ahí nos vemos-termino por colgar la llamada sin esperar una respuesta.

-Era mas tiempo-me reclama Alfonzo-claro, como no es la madre de tus hijos la que esta en lugar de Valentina, era mas tiempo-digo utilizando su frase.

-¿Pero te mandara la dirección, no?-pregunta Mauricio-pero aunque tengamos esa dichosa dirección, tal vez allí no se encuentre Valentina y esto solo sea una trampa para atentar contra la vida de Sebastián-dice Emiliano con obviedad, causando una mirada de furia por parte de Mauricio hacia el, desde que ocurrió lo de Belén y lo de separarse, todos han esta en contra de Emiliano, claro Valentina no porque son como hermanos, con decirles que Ale también se enojo con Valentina por ese tema.

-¿Tenemos el franco tirador?-pregunto hacia Fernando que se encuentra rodando los ojos ante tan adolescente enfrentamiento.

-Si, solo necesitamos la dirección y con eso bastara, si es una trampa será para ellos mismos-dice cruzándose de brazos, como si lo hubiéramos invocado mi celular vibra al indicar que ha llegado un mensaje, le muestro el mensaje a los chicos, Fernando informa a mis hombres que estén listos.

-Prepárense-digo tomando mis armas, ambas de nueve milímetros, en mi pantorrilla coloco un estilo elástico que me permita colocar mi navaja. Siempre se puede asegurar la vida o tratar, así que me pongo un chaleco anti balas debajo de mi camisa para después tomar mis armas e irme.

Parece que llego la hora de mandarle otra alma a lucifer...

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Cadenas de un pasado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora