— ¿Gracias? — repitió confundido Bakugō que seguía de pie en la puerta, se asomó para ver si había alguien afuera y entró de nuevo a la habitación cerrando la puerta atrás suyo.
Kirishima no respondió nada, intentaba crear una excusa en su cerebro lo suficientemente creíble para el rubio cenizo.
— Creo que entré en un mal momento — continuó mientras se quitaba su capa y la dejó sobre una pequeña mesa que tenía cerca.
— Claro que no, está bien — respondió el pelirrojo aún algo nervioso.
— ¿Por qué te agradeció? — preguntó Bakugō y se sentó a los pies de la cama mientras estiraba sus brazos tomando su codo, presionandolo de manera suave contra su pecho.
— Ah eso... Solo la ayudé a recoger sus cosas — dijo de manera vaga. No podía dejar de ver el cuerpo del rubio cenizo, tenía su mirada clavada en el pecho del contrario que era apretado por sus fuertes brazos.
Bakugō notó que Kirishima parecía distraído, así que dejó sus ejercicios de estiramiento para inclinarse un poco y que su rostro quedara justamente en el punto que el pelirrojo tenía su mirada.
— ¡Hey idiota! — lo regañó el rubio cenizo y chasqueó sus dedos frente a su rostro para sacarlo de su ensoñación. — Ponme atención.
— ¡O-oh, claro! — exclamó innecesariamente fuerte el pelirrojo algo nervioso.
Kirishima vio que en el rostro del rubio cenizo aún quedaba un rastro de duda sobre lo que le había dicho así que se apresuró en hablar de nuevo.
— Jirō me dijo que lo que bebimos la noche anterior no era veneno.
— Creo que es evidente que no era veneno idiota, seguimos aquí — dijo con obviedad Bakugō mientras aflojaba los cordones de una de sus botas.
— Ella me dijo que era un sedante con propiedades alucinógenas — siguió el pelirrojo. — Así que si hice algo extraño anoche fue por eso, no tienes que enojarte.
— ¿Enojarme? — repitió sin entender a qué se refería y volteó de nuevo para ver al cambia formas.
— Eh sí, ¿hoy no estabas enojado conmigo? — el pelirrojo ahora estaba confundido también.
— ¿Qué mierda? Claro que no — ya se había quitado una de sus botas y aflojaba los cordones de la otra.
— Bueno yo creí que sí, por lo que sucedió la noche anterior y como te comportaste hoy — soltó desprevenidamente.
Realmente no se había puesto a pensar si lo que había pasado hubiera sido real o no, pero la posibilidad de que todo hubiera producto del sedante cayó frente a él como un bloque de hierro y ahora se arrepentía de no haberlo considerado antes.
— ¿Qué sucedió anoche?
Mordió su lengua y puso sus manos sobre sus piernas algo temeroso a responder.
— Bueno... nos besamos.
Bakugō estaba viéndolo a los ojos y no se había movido ni un centímetro desde que Kirishima había terminado de hablar.
— ¡P-pero puede que haya sido una alucinación mía! — exclamó nervioso y bajó su rostro al ver como el rubio cenizo se ponía de pie y tomaba sus cosas. Se sentía completamente avergonzado al tener que haber confesado en voz alta, y frente al protagonista de sus fantasías, como había delirado que se besaban.
Sintió que el colchón junto a él se hundía y elevó su mirada en esa dirección. El rubio cenizo estaba sentado junto a él dándole la espalda y tenía sus manos a sus costados apoyándose en la cama.
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Rise of the Dragon | KiriBaku
FanfictionEn las tierras mágicas de un reino ancestral, Eijirō Kirishima, un valiente cambia formas con una piel resistente como la roca y escamas resplandecientes, lucha junto a Katsuki Bakugō, un intrépido guerrero cuyas habilidades son tan afiladas como su...